El nuevo gobierno de México anunció en diciembre un plan para detener el robo de combustibles de Pemex en el que participan 15 dependencias –entre ellas el Ejército y la Marina–, delito que representó una pérdida de 60 mil millones de pesos el año pasado, según datos oficiales.
A menos de un mes de su aplicación, el gobierno informó que se ha reducido el comercio ilegal de combustibles y que ya investiga a 16 empresas por huachicoleo. Sin embargo, las medidas como el cierre y reparación de ductos han causado escasez de gasolina en algunas zonas del país.
En medio de esta estrategia, el viernes explotó una toma clandestina en un ducto en Hidalgo, lo que causó la muerte de al menos 79 personas que habían ido a la zona a recolectar el combustible.
México no es el único país que se ha esforzado por detener el robo de combustible. Estas son los casos y las estrategias de otras naciones.
Estados Unidos
El problema del robo de combustible ocurre en menor escala en Estados Unidos y se acentúa particularmente en Texas, la principal entidad productora de petróleo en todo el país, de acuerdo con información de Notimex.
Sin embargo, según el Consejo de Seguridad Energética, entre 10 y 30 millones de barriles de petróleo fueron robados en 2016 a los productores de Texas, lo que representó una pérdida de entre 450 y mil 500 millones de dólares, cifra que podría aumentar en los próximos años al incrementarse la red de oleoductos del país.
El robo de petróleo y gasolina en Estados Unido, explica Notimex, se da en puntos de almacenamiento, más que en la red de distribución y transporte, de manera esporádica y con escaso volumen debido al uso de tecnología de detección de fugas en las redes de tuberías.
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De acuerdo con la agencia mexicana, los productores utilizan sensores y uso de cámaras de televisión, además de que son apoyados con la vigilancia e investigación por parte de las autoridades.
Asimismo, los legisladores de Texas han propuesto incrementar las penas al robo de combustible, como una medida para terminar con esta práctica.
Incluso, el FBI creó en el 2008 una fuerza de tarea especialmente para vigilar el robo de petróleo en el oeste de Texas. Aunque en sus orígenes, la fuerza de tarea se centró en prevenir el robo de materiales alrededor de la industria petrolera, principalmente el de cables de cobre, el aumento de robos de petróleo se ha convertido en un problema más grande para las autoridades.
Canadá
Rob Hoffman, directivo de la Canadian Fuels Association dijo a Notimex en 2017 que el país cuenta con un “complejo y seguro” sistema de distribución de combustibles, que garantiza la transportación del petróleo crudo.
Comentó que cuentan con un sistema robotizado que controla el volumen de petróleo transportado, así como gasoductos a “buena profundidad”, lo que desestimula cualquier intento de robo.
Para él, los dos metros de profundidad en que se encuentran los gasoductos permiten que estén más seguros de cualquier intento de robo o manipulación. La clave para garantizar esta seguridad, dijo, es tener prácticas de operación consistentes y un buen sistema de vigilancia.
Añadió a la agencia mexicana que poseen un sistema de vigilancia y seguridad en todo el proceso de distribución de combustibles, que incluye el escaneo del personal que ingresa a los centros petroleros, así como sistemas robotizados de control del volumen transportado.
Colombia
Tras se afectada por el robo de miles de barriles desde 1999, Colombia diseñó una estrategia de acciones de vigilancia policiaca, endurecimiento de las penas a los infractores e innovaciones tecnológicas, con lo que logró disminuir 13 veces el volumen de los sustraído a 41 barriles diarios en la actualidad.
De acuerdo con Notimex, la información de la Empresa Colombiana de Petróleo (Ecopetrol) señala que la práctica del robo de gasolinas y diésel empezó a cobrar relevancia en Colombia a partir de 1999, aunque en 2002 alcanzó su punto máximo al llegar a 7,270 barriles diarios, equivalente a 3% de la demanda diaria del país, lo cual en su momento significó pérdidas por 107 millones de dólares.
Esta situación llevó a la empresa a establecer una estrategia conjunta que implicó acciones policiacas, judiciales, legales, tecnológicas, operativas y sociales.
La estrategia incluyó el fortalecimiento de los Grupos de Operaciones Especiales para los Hidrocarburos (Goesh), con hombres de la Policía Nacional dedicados al control del apoderamiento de los combustibles en las regiones más críticas.
Asimismo, las autoridades crearon grupos interdisciplinarios dedicados exclusivamente al control del apoderamiento de hidrocarburos, donde se entrelazaban Estructuras de Apoyo denominadas Edas.
Estas estructuras se conformaron con funcionarios de la Fiscalía General de la Nación, el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI), el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) y la Dirección de investigaciones de la Policía Judicial (DIJIN).
Según del documento de Ecopetrol citado por Notimex, “estos grupos tenían la responsabilidad de realizar investigaciones, judicializar delincuentes y propiciar el fortalecimiento de leyes y decretos para impulsar las transformaciones legales con el fin de combatir con más fuerza esta actividad”.
Asimismo, se trató de sensibilizar “a las comunidades vecinas a los poliductos de lo riesgoso que era la instalación de válvulas para extraer la gasolina y el diésel”.
Según Notimex, la efectividad de la estrategia y el trabajo interinstitucional logró una disminución en el robo de refinados, que pasó de 7,270 barriles por día calendario en 2002 a 41 barriles diarios en la actualidad.
Con información de Notimex