El presidente venezolano Nicolás Maduro dijo esta semana que la milicia civil de su país ha reclutado 1.6 millones de miembros, quienes están listos para repeler un ataque extranjero.
“Armaremos a la milicia bolivariana hasta los dientes”, dijo el lunes Maduro a los miembros de la milicia en el complejo militar de Fuerte Tiuna, ubicado en Caracas, pero no mencionó cuántos de los nuevos reclutas en realidad estaban armados, según reportó Reuters. “Una fuerza imperialista invasora podría entrar a una parte de nuestra patria, pero los imperialistas deberían saber que no saldrán de aquí vivos”.
Maduro dijo que emitió una directriz el 13 de abril para aumentar el número de miembros de la milicia en 1 millón. El hombre fuerte añadió que había “casi 400,000 miembros” al momento, lo cual significa que la milicia ha más que triplicado su número.
El anuncio se dio menos de una semana después de que él acusó a Estados Unidos de planear una invasión a Venezuela, aun cuando no dio evidencias, añadió Reuters. La Milicia Nacional Bolivariana es una fuerza compuesta de voluntarios civiles y fundada por el difunto presidente Hugo Chávez en 2008 para apoyar a las fuerzas armadas del país.
Después del anuncio, el mayor general Carlos Leal Tellerías dijo que la milicia es “la fuerza más poderosa de la nación para su defensa, [gracias a] hombres y mujeres preparados y comprometidos de corazón, alma y cuerpo”.
Tellerías explicó que “en medio de los ataques y amenazas con los que ha lidiado nuestra patria, estos han sido derrotados gracias a la consciencia fomentada por nuestro comandante Hugo Chávez”, según el periódico venezolano Correo del Orinoco. Tellerías también alabó los “esfuerzos [de Maduro] por mantener la paz entre el pueblo de Venezuela”.
En septiembre de 2017, Maduro instó a los líderes militares de Venezuela a prepararse para una guerra con Estados Unidos tras las sanciones que la administración de Trump le impuso al régimen, prohibiendo préstamos al gobierno y a la compañía petrolera estatal PDVSA ese mismo mes.
“Hemos sido amenazados desvergonzadamente por el imperio más criminal que haya existido y tenemos la obligación de prepararnos para garantizar la paz”, dijo Maduro durante un ejercicio militar que involucró tanques y misiles por entonces. “Necesitamos tener rifles, misiles y tanques bien aceitados a la orden… para defender cada centímetro del territorio de ser necesario”.
El discurso ante el estado mayor de su ejército ocurrió un mes después de que el presidente Donald Trump dijo que consideraría invadir Venezuela en agosto del año pasado. “Tenemos muchas opciones para Venezuela, incluida una posible opción militar, de ser necesaria”, expresó él por entonces. Los comentarios de Trump tomaron por sorpresa a altos funcionarios como H.R. McMaster, el entonces asesor de seguridad nacional, y Rex Tillerson, ex secretario de estado, según un reporte de AP en junio pasado.
Miembros del Congreso también han repetido los llamados a invadir Venezuela. En septiembre pasado, Marco Rubio, senador republicano por Florida, comentó en una entrevista para Univision 23, la televisora domiciliada en Miami, que no se debería descartar una acción militar.
“Por meses y años, quise que la solución para Venezuela no fuese militar, sino una solución pacífica, simplemente para restaurar la democracia”, dijo Rubio. “Creo que las fuerzas armadas de Estados Unidos solo se usan en caso de una amenaza a la seguridad nacional. Creo que se puede hacer un argumento muy convincente en este momento de que Venezuela y el régimen de Maduro se han convertido en una amenaza para la región e incluso para Estados Unidos”.
La idea de una acción militar estadounidense no fue bien recibida por algunos expertos. “Amenazar con una acción militar conlleva el riesgo de arruinar el progreso diplomático y difunde una falsa esperanza entre las voces extremistas de la oposición venezolana de que no tienen que hacer el trabajo duro de construir una coalición y una estructura de liderazgo”, dijo en septiembre a Newsweek Geoff Ramsey, director adjunto del programa para Venezuela de Defensa por los Derechos Humanos en las Américas.
Ese mismo mes, un reportaje de The New York Times reveló que la administración de Trump sostuvo reuniones secretas con oficiales militares venezolanos desencantados para derrocar a Maduro, pero uno de los comandantes militares venezolanos involucrado en las conversaciones dijo que esto era “difícilmente una figura ideal para ayudar a restaurar la democracia”. Funcionarios de Estados Unidos decidieron no ayudar a los conspiradores, señaló la publicación.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek