La estrella porno estadounidense Stormy Daniels, que afirma haber tenido una relación sexual con Donald Trump hace más de una década, ofreció el lunes devolver los 130.000 dólares que recibió a cambio de no hablar del asunto, informó The New York Times.
De acuerdo al diario, el abogado de Daniels, Michael Avenatti, le envió una carta con esta oferta al abogado personal de Trump, Michael Cohen.
Avenatti presentó la semana pasada una demanda, en nombre de Daniels, en la que trata de desechar el acuerdo confidencial que la actriz firmó días antes de las elecciones presidenciales de noviembre de 2016.
La demanda alega que Daniels, cuyo verdadero nombre es Stephanie Clifford, comenzó una “relación íntima” con el actual presidente a mediados de 2006 y que continuó hasta entrado el 2007.
En la carta del lunes, Avenatti explicó que, una vez que Daniels devolviera el dinero, el acuerdo sería considerado “nulo e inválido” y ella podría “hablar abierta y libremente sobre su relación previa con el presidente y los intentos de silenciarla”.
La actriz también podría “publicar cualquier mensaje de texto, fotos y/o videos relacionados con el presidente que pueda tener en su posesión, todo sin temor a represalias ni responsabilidad legal por daños y perjuicios”, afirmó.
Daniels transferiría el dinero a una cuenta elegida por Trump antes del viernes, informó el Times.
Cohen, el abogado de Trump, tiene hasta el mediodía (16H00 GMT) del martes para responder.
Avenatti había afirmado la semana pasada que Daniels “cree que es importante que el público sepa la verdad sobre lo que sucedió”.
El mandatario, en tanto, “ha negado las acusaciones en su contra”, según indicó la semana pasada la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders.
Como parte de la demanda presentada ante un tribunal de California que busca declarar nulo e inválido el acuerdo de confidencialidad, Avenatti dio a conocer una copia del documento.
Éste muestra que Daniels recibió un pago de 130.000 dólares de una compañía conocida como Essential Consultants LLC a cambio de su silencio.
Usando los seudónimos de Peggy Peterson y David Dennison, Daniels y Trump debían firmar el acuerdo, junto con Essential Consultants.
Pero Trump nunca lo firmó, proporcionando la base para el intento de Avenatti de desecharlo y liberar a Daniels de sus obligaciones.