El estado de Texas ejecutó a un mexicano que asesinó a su familia en Estados Unidos, ante la oposición del gobierno de México y de expertos de la ONU y la OEA, que alegaron una violación del derecho internacional.
Roberto Moreno Ramos, de 64 años, fue pronunciado muerto a las 21:36 locales del miércoles, tras recibir una inyección letal en la penitenciaría de Huntsville, a unos 100 km al norte de Houston.
“Estoy muy agradecido de todo el arduo trabajo del consulado mexicano al pelear por mi sentencia de muerte”, señaló el reo en su declaración final, en la que también mostró su gratitud por el “trato humano” recibido en las dos cárceles en las que estuvo y por haber obtenido finalmente del gobernador su “viejo reloj de oro”.
“Gracias, Dios. Señor, envíame un carruje. Estoy listo”, dijo.
Moreno fue condenado a muerte por asesinar a martillazos a su esposa y a sus dos hijos, de siete y tres años, en 1992 en la ciudad de Progreso, cerca de la frontera con México, donde la familia había estado viviendo durante varios años, según documentos judiciales.
Tras enterrar los cuerpos debajo del baño de su casa, a los tres días se casó con su amante, quien no tenía idea de que su novio tenía una familia. Los cadáveres recién fueron encontrados dos meses después.
En los 25 años que estuvo en “el corredor de la muerte”, los abogados de Moreno intentaron varios recursos, todos sin éxito, argumentando que padecía problemas mentales.
México y defensores de los derechos humanos denunciaron que Moreno no haya podido recibir asistencia legal de su consulado, un derecho garantizado por la Convención de Ginebra de 1963, de la cual Estados Unidos es signatario.
– “Franca violación” –
“El gobierno de México condena enérgicamente la ejecución del connacional en Texas”, señaló el canciller mexicano, Luis Videgaray, en su cuenta en Twitter. “La pena de muerte es una violación esencial de los derechos Humanos, así como una sanción cruel e inhumana”.
El gobierno de México condena enérgicamente la ejecución del connacional Roberto Ramos Moreno en Texas, EUA. La pena de muerte es una violación esencial de los Derechos Humanos, así como una sanción cruel e inhumana. https://t.co/lGnHw4i2II
— Luis Videgaray Caso (@LVidegaray) November 15, 2018
La cancillería mexicana recordó en un comunicado que Moreno es el sexto mexicano ejecutado “en franca violación” al fallo emitido por la Corte Internacional de Justicia (CIJ) hace 14 años.
En 2003, el gobierno mexicano llevó el caso de Moreno, así como el de otros 50 condenados a muerte en Estados Unidos, ante la CIJ, principal órgano judicial de la ONU.
El alto tribunal con sede en La Haya dictaminó en 2004 que se habían violado sus derechos consulares y ordenó una revisión. Pero la Corte Suprema de Estados Unidos sentenció en 2008 que los estados del país no estaban obligados a cumplir las decisiones de la CIJ.
Expertos de las Naciones Unidas dijeron el martes que “cualquier sentencia de muerte ejecutada en contravención de las obligaciones internacionales de un gobierno sería arbitraria”.
“Pedimos que se anule su sentencia de muerte y que se vuelva a juzgar al señor Moreno Ramos en cumplimiento del debido proceso y de las normas internacionales”, señalaron en un comunicado.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), ente autónomo de la Organización de los Estados Americanos (OEA) que emitió en 2002 medidas cautelares a favor de Moreno, también pidió un nuevo juicio conforme al debido proceso.
Con la ejecución de Moreno, Estados Unidos ha llevado a cabo 21 ejecuciones desde principios de año, incluyendo 11 en Texas, según el Centro de información sobre la pena capital (CPIC), una ONG con sede en Washington.
(Con información de AFP).