Un estudiante sospechoso de matar a sus padres cuando iban a buscarlo para las vacaciones de primavera en un dormitorio de la Universidad Central de Michigan, en el norte de Estados Unidos, fue arrestado.
Se sospecha que James Eric Davis Jr., de 19 años, mató a tiros a sus padres después de haber sido liberado de un hospital por un supuesto problema de salud relacionado con las drogas y logró huir.
Diva Jeneen Davis y James Eric Davis, ambos de 47 años, murieron después de ser atacados a tiros en la residencia de Campbell Hall en el campus de la universidad, publicó el diario británico The Independent.
The CMU Police Department has identified the victims in this morning’s campus shooting as James Eric Davis, Sr., and Diva Jeneen Davis, both 47 years old. The victims are the father and mother of the suspect, who remains at large.
— Central Michigan U. (@CMUniversity) 2 de marzo de 2018
Los hechos se produjeron el pasado viernes por la mañana en esta universidad ubicada en la localidad de Mount Pleasant, entre Chicago y Detroit, provocando el encierro de estudiantes en sus aulas o sus dormitorios.
Las autoridades locales dijeron a la prensa local que Davis Jr. no puso resistencia durante la detención, después de varias horas de búsqueda masiva.
BREAKING: The suspect in the shooting on the campus of Central Michigan University has been taken into police custody without incident.
Thank you to the community for your help and cooperation throughout this situation.
— City of Mt. Pleasant (@MtPleasantMI) 3 de marzo de 2018
El presunto autor de los asesinatos fue capturado por la policía después de ser visto en un tren que pasaba por el extremo norte del campus poco después de la medianoche.
La policía describió el tiroteo en el campus universitario se pudo originar por una “cuestión familiar”.
El incidente ocurrió el último día de clases antes de las vacaciones de primavera de la universidad. No hubo otros heridos.
Davis era conocido por sus problemas con la ley. La policía lo llevó a un hospital la noche anterior al tiroteo por un “tipo de incidente relacionado con las drogas: una sobredosis o una mala reacción a las drogas”, informó el portavoz de la policía del campus, Larry Klaus, en una conferencia de prensa.
El campus se mantuvo cerrado, horas después de ocurrido el hecho, cuando el sospechoso no había sido aún localizado por las autoridades.
La policía recorrió el campus y las áreas circundantes, con helicópteros y oficiales a pie.
Agentes federales de la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego fueron enviados al lugar para ayudar a la policía local.
El tiroteo se produce en medio de un renovado debate en Estados Unidos sobre la violencia con armas de fuego, iniciado después de que hace dos semanas 17 personas murieran por disparos en la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas, en Florida.
Encerrados en las aulas
Nikolas Cruz, el responsable del tiroteo en Florida, tenía antecedentes penales por enfrentamientos con las fuerzas del orden, que se han visto salpicadas por no haber evitado la tragedia a pesar de haber recibido múltiples advertencias.
Aún no está claro qué tipo de arma se usó en el tiroteo de Michigan o cómo se adquirió. Las normas estatales permiten portar armas con permiso, mientras que la Universidad Central de Michigan las prohíbe en todo el campus.
La reacción al tiroteo fue rápida el viernes por la mañana, con múltiples advertencias en las redes sociales pocos minutos después del incidente a las 13:30 (hora local), en las que se pedía a los estudiantes y al personal de la universidad que se quedaran donde estuviesen.
Estudiantes y trabajadores estuvieron encerrados en aulas y dormitorios durante horas, hasta que finalmente se les autorizó a salir. Las clases se cancelaron y a las personas ajenas al centro se les pidió que se mantuvieran alejados de la zona, muchos de ellos padres que iban a buscar a sus hijos, ya que en un día el campus cerraba por el comienzo de las fiestas de primavera.
Este último hecho se suma a la larga lista de tiroteos que se han producido en establecimientos educativos en Estados Unidos, como el de Newtown, en el que murieron 26 personas de una escuela primaria en 2012, o el de Virginia Tech, en el campus de una universidad del este del país, que provocó 32 muertos en 2007.
(Con información de AFP)