La exposición a aguas producto de inundaciones puede traer problemas para el estado general de salud de las personas, advirtió la directora del área de inteligencia del Instituto de Servicios de Salud del Estado de Aguascalientes (ISSEA), Marié Salas Valenzuela, frente a la temporada de abundantes lluvias que se ha dado en las últimas semanas.
Las aguas residuales pueden contener una variedad de contaminantes y agentes externos peligrosos, como desechos humanos, químicos y agentes patógenos. Por lo tanto, es fundamental evitar el contacto directo con estas aguas y prevenir su mezcla con agua potable, alimentos, animales y personas para minimizar los riesgos para la salud y el medio ambiente.
“La salida de aguas negras que puedan contaminar el agua de uso común, pueden provocar sobre todo enfermedades de la piel gastrointestinales. Si vemos que el agua ha sido contaminada porque ha estado en contacto con aguas residuales, pues entonces no hay que utilizarla” informó.
Aunado a ello, la especialista reiteró la necesidad de poner atención al cuidado de los alimentos, pues la combinación entre los constantes cambios de temperatura con una refrigeración inadecuada, pueden repercutir en su calidad de consumo, sobre todo en mariscos, pescados, embutidos y carnes en general.
“Hay un incremento importante de enfermedades diarreicas, un incremento del 2% en comparación del año pasado, que podemos atribuir sobre todo a la temporada de calor. Hay que llevar a cabo una correcta refrigeración de los alimentos para evitar que estos afecten a la salud” advirtió.
Es importante seguir estas recomendaciones para mantener la salud pública y prevenir la propagación de enfermedades tras una inundación.
- Lavar las manos antes de cocinar o comer.
- Lavar bien frutas y verduras con agua potable.
- Cocinar bien los alimentos y guardarlos a una temperatura segura.
- Usar agua no potable sólo para limpiar y lavar ropa, y etiquetar esa agua adecuadamente.
- Desinfectar el agua potable hiervela y deja que se enfríe sola (sin añadir hielo).
- Usar ropa protectora (botas, guantes, gafas, delantales, mascarillas).
- Cubrir heridas con apósitos impermeables.
- Evitar o señalar el acceso a aguas contaminadas (piscinas, estanques, ríos).
- No usar agua no potable para limpiar y lavar ropa, y etiquetar esa agua adecuadamente.