El equilibrio entre la vida laboral y personal varía significativamente entre países. Algunos países, como Nueva Zelanda e Irlanda, se destacan por políticas que promueven un buen equilibrio, mientras que otros, como México, tienen jornadas laborales extensas y desafiantes, afectando negativamente el equilibrio entre la vida y el trabajo.
En México, lograr un adecuado balance vida-trabajo, es un desafío constante para muchos trabajadores, incluyendo autoridades que a menudo reconocen la existencia de jornadas largas, sin flexibilidad y en condiciones salariales que dificultan la conciliación.
¿Qué significa el balance vida-trabajo?
El balance vida-trabajo se refiere a la armonía entre las responsabilidades laborales y las actividades personales. Una familia para ser sostenible requiere: ingreso, espacio, tiempo y afecto, lo que implica encontrar un tiempo familiar fuera del trabajo y sentirse satisfecho tanto en el ámbito laboral como en el personal.
Desde hace años la OCDE, dio a conocer un balance sumamente precario para la vida y el trabajo en México y Colombia que entre 0 y 10 obtenían 0.4 y 0.6 y no es casualidad, sino causalidad el hecho de que sean los dos países destacados por la OCDE en el 2023 como aquellos, de entre los 17 analizados, donde “se trabaja más de lo que se gana”. Así uno y otro contabilizan 2 mil 297 y 2 mil 226 horas anuales trabajadas con pago de 28 mil 265 y 20 mil 249 dólares, el doble en horas laboradas por la cuarta parte del salario.
Este desequilibrio afecta la salud física y mental de los trabajadores, reduce la productividad y puede generar estrés laboral.
El Módulo de Bienestar Autorreportado (BIARE) del INEGI midió directamente el “balance vida trabajo” por estado en México, mediante datos sobre la “satisfacción con la vida” y diferentes ámbitos de esta, incluyendo la actividad u ocupación, que podría ser útil para analizar este concepto. De entre los 32 estados se observa que 8 entidades obtienen los promedios más bajos: Campeche, Guerrero, Aguascalientes, Veracruz, Morelos, Michoacán, Puebla y Oaxaca.
Se trata de entidades con pobreza laboral y en algunos casos, como Aguascalientes, por destacar en cuanto a jornadas largas superiores a las 48 horas semanales. A lo anterior se debe considerar el costo de una “vida digna” que en la entidad hidrocálida es de las más caras.
Según la Encuesta Nacional sobre Salud Financiera (ENSAFI) 2024, el ingreso mensual promedio necesario para cubrir gastos básicos en México es de $16,421 pesos. Sin embargo, esta cifra varía significativamente por región. Por ejemplo, en la Ciudad de México se requiere un promedio de $29,500 pesos, mientras que en Chiapas se estima que con $7,000 peso se puede vivir dignamente.
Así, el número de perceptores de ingresos por hogar para afrontar el costo de vida, varía de acuerdo con estos datos. En la Ciudad de México se requieren prácticamente tres perceptores por hogar para alcanzar su alto costo de vida, le sigue Aguascalientes donde se necesitan 2.33 para alcanzar los 21 mil pesos del costo (uno más que en Zacatecas).
En Aguascalientes tiene que trabajar papá, mamá y alguien más, que puede ser un menor o un adulto mayor, aportando becas, pensiones o producto de algunas ocupaciones, para alcanzar a cubrir el costo de una vida digna, que debe ser, como dice Victoria Camps, hablando de la dignidad de las personas una “vida digna de ser vivida”.