En los tiempos que corren estar en la fiesta con el beat haciéndote vibrar el corazón, no sería nada raro usar un celular. Sin embargo, dentro del Cercle Odyssey México City 2025 con pantallas inmersivas y una conexión emocional profunda con el público, ahí el uso de teléfonos está prohibido por lo que la experiencia de la música es otra. The Blaze, integrado por Guillaume y Jonathan Alric, hablaron con NW Noticias en exclusiva en su visita a Ciudad de México su visión sobre la música electrónica, el arte visual y el futuro creativo con inteligencia artificial.
SOMOS LA MÚSICA QUE ESCUCHAMOS
The Blaze es parte de una selección de DJs y productores de música electrónica como parte del circuito de los eventos de Cercle, es una organización que lleva el beat a lugares sin explorar para crear una nueva experiencia con este género que gana terreno todos los años.
Vivir la fiesta sin cámaras, selfies y brazos sosteniendo teléfonos es algo que cambia la experiencia para todos. “Cercle es muy diferente a un festival. Aquí el escenario está en el centro, y sientes el sonido por todos lados”, detalla Jonathan.
“Lo más impactante es la política de “no celulares”. Eso cambia todo. La gente está mucho más conectada con la música, con nosotros”, comenta Jonathan Alric.

Los videos de estos eventos dejan ver como los asistentes están experimentando directamente con la música sin la mediación de una pantalla.
“Este ha sido nuestro primer show completamente sin celulares. Y fue increíble. Sentimos que estábamos en una ceremonia, deberíamos hacerlo así siempre”, comenta bromeando Guillaume.
El espectáculo se encuentra disponible por medio de la cuenta oficial de Cercle en Youtube.
LA MÚSICA ELECTRÓNICA EN UN ENTORNO NATURAL
La música electrónica tiene una vinculación especial con los espacios a cielo abierto y esto no es algo raro para The Blaze. En este evento que se llevó a cabo en Ciudad de México fue en las instalaciones del Expo Santa Fe en el poniente de la capital mexicana. El primer evento del dúo francés con Cercle fue en la elevación de los Alpes de Francia metropolitana, en la cima del Mont Blanc.
“Hace unos cinco años, justo saliendo del confinamiento, filmamos un video con ellos en una montaña. Fue muy especial, porque era la primera vez que volvíamos a estar con el equipo, al aire libre, en la naturaleza. Ensayamos antes del amanecer, y cuando grabamos de verdad, fue como una coreografía con el sol bajando. Fue hermoso, muy inspirador“, comentó Jonathan.
Aunque no descartan tener un escenario urbano de México o de algunos sitios arqueológicos para grabar alguna de sus presentaciones.
México tiene muchos lugares inspiradores. Para nuestro segundo álbum, “Jungle”, usamos una portada con edificios de vivienda popular, comentó Guillaume.
LA ESCENA DE LA MÚSICA ELECTRÓNICA EN MÉXICO Y EL MUNDO
El género tiene a sus más grandes exponentes en naciones como Países Bajos, Alemania, Bélgica y Francia, por lo que pensar en cómo se ha ido multiplicando en otras regiones con sus propios ritmos, acentos y lenguas han cambiado el mundo de la música electrónica, pero eso ya cambió.
“Hace unos 15 años, todo era Europa o algunas ciudades clave de América del Norte y Asia”, menciona Guillaume. “Hoy, México, Brasil, Argentina y hasta Australia están emergiendo con fuerza. Y lo mejor es que la música electrónica se está mezclando con ritmos locales: salsa, afro-house, hip hop. Eso le da vida, le da algo nuevo”, añade.
“La mezcla cultural es lo que está transformando la escena. Es emocionante ver cómo el techno se reinventa en lugares como el norte de México”, expresó Jonathan Alric.
Cada país y región tienen sus propios estilos, pero al pasar por el tamiz de un sintetizador y una consola crean genialidades que ponen al mundo a bailar.
LA IDENTIDAD VISUAL DE THE BLAZE EN SUS VIDEOS
El duo tiene un particular tono para retratar espacios más allá de los escenarios de Europa en los que se exponen realidades como la migración, la masculinidad, la familia, la adolescencia y el amor. “Tlatelolco, por ejemplo, se parece mucho a lugares en Argelia o Bélgica que hemos retratado. Tiene esa arquitectura piramidal urbana que conecta con nuestras imágenes. Ciudad de México tiene mucho potencial visual y simbólico para realizar historias, más allá de solo un espectáculo“, Jonathan.
Aunque se retratan mensajes claros a la migración y a las emociones que evocan estos, The Blaze no tiene un propósito directo con esto. “No intentamos hablar de política directamente. Hablamos de sentimientos humanos: el desarraigo, la búsqueda, la locura buena de la juventud”, menciona Alric.
En nuestras películas hay gente que canta, baila, que busca algo. Eso es lo que queremos mostrar, desde lo personal a lo universal, apuntó Jonathan.
El techno y el dance tienen una apuesta sobre la producción de videos, aunque para ellos no es un requisito para avanzar en este género. “Para nosotros fue natural porque venimos del cine. Puedes hacer música sin imágenes, y puedes hacer video sin música. Si decides combinarlos, hazlo con tu propio estilo”, recomendó Guillaume.
LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL ¿AMIGA O ENEMIGA?
La creación musical, como otros ámbitos creativos, están en la mira de la inteligencia artificial y este recurso se ha convertido motivo de discusión para muchos. Aunque son un dúo y trabajan hombro con hombro creando su música tienen perspectivas opuestas respecto a la producción musical.
Para Guillaume no hay una discusión respecto al origen de la obra, si es por IA o por la mente humana. “No me importa si una obra es creada por humanos o por IA, mientras me haga sentir algo. La IA puede expandir lo que el arte puede ser”, comenta. Ve como ventaja esta forma de creación puesto que abarata las formas para que otros creativos que no podrían acceder a estos lo podrían lograr.
Lo más poderoso de la música es cuando se vuelve humana.
Sin embargo, Jonathan tiene una visión opuesta. “Para mí, la IA puede ser peligrosa si relega por completo al ser humano“, detalla.
La emoción no puede ser replicada por una máquina. Pero como herramienta, si se usa bien, puede ser poderosa. Todo depende de quién está detrás, añade el creador de música electrónica.
YO TAMBIÉN QUIERO SER DJ
Con una propuesta que fusiona música electrónica y arte visual, el dúo francés The Blaze envía un mensaje claro a las nuevas generaciones de artistas: autenticidad ante todo.
“Que sean originales. Que encuentren su voz, su emoción, lo que quieren expresar. No se trata de copiar a otros”, aconseja Jonathan, una de las mitades creativas del proyecto.
“Se trata de buscar qué hay dentro de ti y cómo compartirlo con los demás”.
Por su parte, Guillaume desafía los mitos tradicionales sobre la música: “No necesitas tocar un instrumento. Yo no toco ninguno y aquí estoy. Hoy se puede hacer música desde una laptop”.
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“Si quieres hacer música, hazla. Intenta, aprende, equivócate. Y sobre todo: no imites”, para Guillaume lo esencial es atreverse.
El mensaje del dúo es contundente: la tecnología ha democratizado la creación musical, pero solo la autenticidad le da alma.
México es una de sus naciones más visitadas por el dueto con giras que emocionan a sus fans tanto en festivales como en eventos en solitario en distintos espacios a cielo abierto y cerrados.
México es muy especial para nosotros. Nos inspira su energía, su arte, su gente. Queremos volver muy pronto con un gran show. Y sí, tal vez frente a una pirámide, finalizó emocionado Jonathan.
The Blaze continúa recorriendo el mundo con su propuesta multisensorial, derribando las fronteras entre la música, el cine y la emoción pura. Y si algo dejan claro es que la conexión humana —sin celulares, sin filtros, sin artificios— sigue siendo el corazón de su arte. N