Han pasado 25 años del estreno de Amores perros, Alejandro González Iñárritu volvió al Festival de Cannes para celebrar la película que transformó su vida y marcó un antes y un después en el cine mexicano. Acompañado por Gael García Bernal, el director presentó este martes una copia restaurada de su ópera prima, como parte de la sección Cannes Classics, y compartió anécdotas del rodaje que catapultó sus carreras.
UNA PELÍCULA QUE CAMBIÓ EL RUMBO DEL CINE MEXICANO
Estrenada originalmente en el año 2000 en la Semana de la Crítica de Cannes, Amores perros entrelaza tres historias crudas y urbanas que exploran la violencia, el amor y la desigualdad en la Ciudad de México. La cinta recibió el Gran Premio de esa sección y proyectó al mundo el talento de Iñárritu y del entonces debutante Gael García Bernal.
Durante una charla celebrada en el marco del festival, ambos artistas rememoraron los desafíos del rodaje, las dificultades para conseguir financiamiento y el impacto que tuvo el filme a nivel internacional.
“ERA TENSA, VIOLENTA, DIFÍCIL DE MONTAR”
Iñárritu recordó que, junto a su guionista Guillermo Arriaga, enfrentaron el rechazo de las autoridades mexicanas cuando presentaron el proyecto. “Fue una apuesta difícil, porque la película no era fácil, era tensa, violenta, difícil de montar”, explicó.
Escuché su voz, y me dije ‘es un tipo de la radio’. No estoy pidiendo ninguna canción
García Bernal, por su parte, compartió una anécdota sobre su primer contacto con el director, que entonces trabajaba como presentador de radio. Desde Londres, donde estudiaba actuación, recibió la llamada con una mezcla de sorpresa y desconcierto: “Escuché su voz, y me dije ‘es un tipo de la radio’. No estoy pidiendo ninguna canción”, bromeó entre risas.
UN INICIO ACCIDENTADO EN CANNES
El cineasta también rememoró el accidentado estreno de la película en Cannes. La proyección comenzó a la una de la madrugada, con un público que entraba y salía de la sala, y una pantalla que se apagó parcialmente a mitad de la función.
“Yo estaba muy deprimido”, confesó. Más tarde, durante una comida con el presidente del jurado de la sección, el legendario Bernardo Bertolucci, Iñárritu expresó su angustia: “Es horrible, estoy como un niño esperando que el maestro me califique”. A lo que Bertolucci le respondió con humor: “Alejandro, tengo malas noticias para ti. Después de tu primera película, todo va a peor”.
NUEVO PROYECTO: INSTALACIÓN ARTÍSTICA CON MATERIAL INÉDITO
En medio de la celebración, Iñárritu anunció que trabaja en una instalación artística basada en las latas de película que descartó del montaje original. “El milagro es que almacenamos todas esas latas de material en la cinemateca de la Universidad Nacional Autónoma de México. Estas latas llevan 25 años ahí, como el vino”, comentó.
La instalación se presentará en septiembre y octubre en la Fundación Prada, en Milán, y posteriormente en Los Ángeles y Ciudad de México.
“EL MUNDO CAMBIÓ HACIA NOSOTROS”
Para Gael García Bernal, Amores perros fue una experiencia transformadora. “Todos lloramos. Algo sucedió que cambió mi vida y la vida de todos. Cuando entramos, el mundo nos miraba de una manera, y cuando salimos, el mundo cambió hacia nosotros. Había una percepción diferente de México”, aseguró.
Tras el éxito de Amores perros, Iñárritu y García Bernal volvieron a colaborar en Babel (2006), cinta que compitió por la Palma de Oro y fue nominada a varios premios Óscar, consolidando sus trayectorias en el cine internacional.
Hoy, un cuarto de siglo después, ambos artistas vuelven a Cannes no solo como homenajeados, sino como referentes del cine global con una historia que aún emociona al público y que continúa inspirando nuevas generaciones de creadores. N
(Con información de AFP)