En un impactante testimonio ofrecido este miércoles ante la Corte de Nueva York, Miriam Haley, exasistente de producción, relató con crudeza los momentos en los que, según ella, fue violada por el exproductor de cine Harvey Weinstein en 2006. El juicio marca un nuevo capítulo en el caso contra el otrora influyente magnate de Hollywood, cuya condena anterior fue anulada en apelación.
“Me dije: ‘me está violando, es así’”, expresó Haley entre lágrimas al describir cómo el productor la inmovilizó con fuerza en una cama de su apartamento en el SoHo.
Weinstein, de 73 años, había sido sentenciado en 2020 a 23 años de prisión por violación y agresión sexual, pero la Corte de Apelaciones de Nueva York revocó el fallo en 2023 debido a irregularidades procesales. Ahora enfrenta un nuevo juicio por tres presuntos episodios de violencia sexual, dos de ellos ocurridos en 2006 y uno en 2013.
LA AGRESIÓN EN EL APARTAMENTO DE WEINSTEIN
Haley, quien entonces trabajaba como ayudante de producción y buscaba nuevas oportunidades laborales, aceptó una invitación a la residencia del productor de Pulp Fiction. A pesar de haber rechazado avances anteriores, se sintió presionada por su situación laboral.
“Él se abalanzó sobre mí, me besó a la fuerza. Me levanté del sofá y él también se levantó. Luego me empujó al dormitorio”, relató la denunciante desde el estrado, frente al jurado.
Según su testimonio, Weinstein la sujetó con todo su peso, ignoró sus súplicas y la forzó a un acto de sexo oral, incluso después de que ella le explicara que tenía la menstruación.
“No podía zafarme. Me sentí atrapada. Decidí aguantar por miedo a que se volviera violento”.
CONTACTO POSTERIOR Y MIEDO AL SISTEMA
Haley explicó que no denunció el abuso en ese momento por temor a ser deportada, ya que su visado le impedía trabajar legalmente en Estados Unidos. Además, confesó que se reencontró con Weinstein semanas después y mantuvo relaciones sexuales sin oponer resistencia, algo que calificó como un intento desesperado por conservar oportunidades laborales.
“Me sentí estúpida. No podía acudir a la policía ni hablar con los medios. Solo quería trabajar”, dijo al tribunal.
También admitió que mantuvo contacto profesional con Weinstein o su equipo hasta al menos 2009, enviando propuestas laborales. Su silencio se rompió finalmente en octubre de 2017, cuando estallaron las primeras denuncias públicas contra el productor, desencadenando el movimiento global #MeToo.
EL JUICIO SIGUE ADELANTE
Durante el juicio, Weinstein se mostró impasible, sentado en silla de ruedas, con la cabeza apoyada sobre una mano. A pesar de su deteriorado estado de salud, el juez le permitió dormir en un hospital en lugar de permanecer en la prisión de Rikers Island, donde cumple otra condena de 16 años por violación dictada en California.
Los abogados del exproductor anticipan un interrogatorio exhaustivo a Haley, similar al que enfrentó en el juicio de 2020. A la fecha, más de 80 mujeres han acusado a Weinstein de acoso, agresión sexual o violación, aunque este nuevo proceso se centra únicamente en tres casos específicos. N
(Con información AFP)
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