Las corridas de toros sin violencia no son una alternativa viable para el sector ganadero mexicano, pues de acuerdo con Ernesto de Lucas, director de Ganadería de la Secretaría de Desarrollo Rural y Agroempresarial (SEDRAE), la genética del toro está diseñada para su aprovechamiento en estos festejos, por lo que su desaparición, derivaría en la extinción del toro de lidia.
Según el funcionario, al menos una decena de ganaderías de Aguascalientes sufrirá las implicaciones de la eliminación de la violencia en la tauromaquia, además de otras cuantas en Jalisco, Zacatecas, San Luis Potosí, Tlaxcala, entre otras entidades de la República, donde no se podría aprovechar a la especie para otros objetivos
“La crianza de este toro es una crianza muy específica y está diseñado por su propio instinto para eso. No me imagino cómo podríamos lidiarlo de una forma zootécnica y productiva, tratando de llevarlo a otros niveles” puntualizó.
Aunado a ello, de Lucas lamentó que esta nueva modalidad en la llamada “fiesta brava” repercutirá en su rentabilidad, por lo que los empleos y comercios en torno a ella se verán obligados a buscar otras fuentes de ingreso e incluso dejar de lado por completo sus labores.
“No nada más es lo que pasa en el entorno ganadero, ¿qué sucede con la gente que trabaja en ese sector? veterinarios, productores de alimentos, los que trabajan en las plazas, además de todos los empleos secundarios, es una gran cantidad de gente que está alrededor de ese arte” señaló.
Ahora, los festejos taurinos que se celebren en la capital del país deberán de reunir las siguientes condiciones:
- Se eliminará el uso de objetos punzantes que dañen al toro.
- Al terminar el espectáculo, el toro será devuelto intacto y se evitará su sacrificio.
- Se protegen los cuernos del toro para evitar que se lastimen entre otros animales o personas.
- Cada toro estará en el ruedo durante 10 minutos como máximo.
- Se creará la nueva figura ‘Espectáculo taurino libre de violencia’.