Dormir demasiado puede aumentar significativamente el riesgo de muerte por enfermedad renal crónica. Esta es la conclusión de un equipo de investigadores de Japón, quienes advierten que dormir de más puede alterar las hormonas que juegan un papel relevante en la salud renal o, también, podría reflejar problemas subyacentes de salud.
La enfermedad renal crónica es una afección a largo plazo que ocurre cuando los riñones ya no pueden filtrar adecuadamente los desechos de la sangre. En toda la región de las Américas las enfermedades renales crónicas provocan la muerte cada año de más de 254,000 personas. La Organización Panamericana de la Salud indica que la tasa de mortalidad por enfermedades renales es mayor en hombres que en mujeres.
El estudio realizado por los científicos de Japón “destaca la importancia de comprender cómo tanto el dormir demasiado como la falta de sueño pueden afectar la salud renal“, afirmó el investigador de salud pública Shuai Guo, de la Universidad de Tsukuba, en un comunicado.
“Nuestros hallazgos sugieren que una mayor duración del sueño puede ser una señal de problemas subyacentes de salud que contribuyen a la mortalidad por enfermedad renal crónica, particularmente en individuos más jóvenes”, indicó.
En su estudio, Guo y sus colegas reclutaron a más de 95,000 adultos japoneses, cada uno de ellos con edades comprendidas entre 40 y 79 años, y los analizaron a lo largo de unos 19 años.
DORMIR MÁS DE OCHO HORAS DIARIAS ES DAÑINO, REVELA LA INVESTIGACIÓN
Cada uno de los participantes informó cuánto tiempo dormía cada noche, con base en lo cual los investigadores los agruparon por duración: menos de seis horas, de seis a siete horas, de siete a ocho horas, de ocho a nueve horas y más de nueve horas.
Como referencia, la Organización Mundial de la Salud recomienda que los adultos duerman al menos siete horas cada noche; no más de nueve horas aquellos de 61 a 64 años, y un máximo de ocho horas aquellos de 65 años o más.
Para la investigación también se encuestó a los sujetos sobre sus características demográficas, historial médico, estilos de vida y hábitos de bebida.
Los científicos determinaron que dormir entre ocho y nueve horas por noche se asocia con un aumento de 41 por ciento en el riesgo de muerte por enfermedad renal crónica en comparación con aquellos sujetos que duermen solo entre siete y ocho horas.
El aumento fue aún más pronunciado en el caso de quienes dormían nueve o más horas cada noche, pues el porcentaje llega a 82 por ciento. El equipo también observó que el riesgo era más pronunciado en los sujetos menores de 65 años.
En cuanto a cómo se relacionan exactamente el sueño y el riesgo de enfermedad renal crónica, se necesita realizar más investigaciones, afirmó el equipo. Sin embargo, los investigadores tienen algunas ideas sobre la naturaleza de la relación.
POSIBLES RELACIONES ENTRE EL SUEÑO Y LA MUERTE POR ENFERMEDAD RENAL CRÓNICA
Por un lado, dijeron, los periodos de sueño más prolongados pueden alterar los niveles corporales de hormonas como el cortisol y la melatonina, que desempeñan un papel en la función renal.
Dormir más también puede elevar los niveles de proteínas que se sabe que contribuyen a la “fibrosis renal progresiva”, una acumulación de tejido cicatricial en los riñones comúnmente asociada con la etapa final de la enfermedad renal crónica.
“Otra posibilidad sería que factores del sueño no explorados, por ejemplo, la apnea obstructiva del sueño, puedan afectar la asociación”, escribieron los investigadores en su artículo.
“Se encontró que la apnea obstructiva del sueño, que se considera un contribuyente directo al desarrollo y progresión de la enfermedad renal crónica, era más frecuente en aquellos con una duración de sueño más prolongada”.
Además de eso, también se descubrió que las duraciones de sueño más prolongadas estaban asociadas con un mayor riesgo de eventos cardiacos coronarios (y los problemas cardiacos tienen el potencial de inducir disfunción renal).
Por último, dormir más podría ser un indicador de factores socioeconómicos. El equipo explica: “La duración prolongada del sueño se asoció con un nivel socioeconómico bajo”.
“Debido a la incapacidad de acceder a servicios médicos y a recibir servicios médicos de peor calidad, las personas con un nivel socioeconómico más bajo corren evidentemente un mayor riesgo de padecer enfermedad renal crónica”, escribieron. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)