La imagen es de ensueño: cumples 60 años y dejas de trabajar para dedicarte a pasar los últimos años de tu vida lo más placenteramente posible. De lo que menos te preocupas es del dinero, pues toda tu vida trabajaste mucho, te preocupaste por el ahorro para tu retiro y ahora tienes recursos disponibles para comer, vestir, pagar los gastos de tu hogar, ir al cine, a conciertos, al teatro y, desde luego, darte lujos como viajar y ser dadivoso con quienes te rodean. En pocas palabras, vivir sin sobresaltos financieros.
Sin embargo, la realidad que hoy en día vive la mayoría de las personas de la llamada edad de oro es muy diferente a la expuesta en la imagen descrita. En México, una enorme cantidad de personas mayores de 65 años subsisten con pensiones de apenas 3,000 pesos mensuales, situación que han visto ligeramente atenuada con los programas sociales que les otorga el gobierno.
Evitar caer en esa situación de estrechez financiera cuando seas un adulto mayor está en tus manos. Para ello, en tu edad laboral y de productividad debes ser muy prudente con tus gastos y destinar una parte de tu salario al ahorro, la Afore, las inversiones o cualquiera de las opciones que existen justamente para prevenirse frente al futuro.
“Ahorrar para el retiro desde una edad temprana tiene muchas ventajas importantes, las cuales básicamente se resumen en desarrollar el hábito de ganarle dinero al tiempo”, comenta Joselyn Quintero, especialista en neurofinanzas, conferenciante y autora de varios libros sobre educación financiera.
CÓMO, CUÁNDO EMPEZAR CON EL AHORRO PARA EL RETIRO
“El ahorro es un hábito que puede estar al mismo nivel del de cepillarse los dientes”, dice en entrevista con Newsweek en Español. “Y el ahorro para el retiro es un hábito que se puede realizar a partir del primer pago de salario que recibimos en nuestro primer empleo. Incluso si elegimos aportes pequeños, el efecto de composición de reinversión de los intereses generados crea un círculo virtuoso que cada vez se hace más grande a medida que pasa el tiempo”.
En ese tenor, un aspecto importante a considerar es que cuando recibimos nuestro primer salario generalmente no tenemos obligaciones con otros, por lo que si desde ese momento lo ahorramos le apostamos a nuestro futuro, añade Quintero, administradora de empresas con especialidades en gerencia de finanzas y en consultoría organizacional.
“Comenzar a ahorrar temprano nos va dando, a lo largo de la vida, una sensación de tranquilidad, seguridad y confianza de que podremos vivir una vejez digna, sin nadie que tenga que hacerse cargo de nosotros, especialmente cuando se trata de gastos médicos o de asistencia de cualquier tipo”, agrega la experta. “Eso nos permite incluso darnos el privilegio de dejar de trabajar antes de la edad de retiro, si así lo queremos, porque contamos con suficientes ahorros en diferentes mecanismos adicionales a la pensión”.
AFORE, PPR, ETF… ¿DÓNDE AHORRAR?
En México existen diversos instrumentos financieros para administrar las finanzas personales de los trabajadores. Sin embargo, los expertos coinciden en que no hay un producto que brinde tantas facilidades para ahorrar como la administradora de fondos para el retiro (Afore).
La Afore es un esquema obligatorio para los trabajadores formales que, además, tiene la particularidad de que permite adicionar ahorros voluntarios a partir de 50 pesos.
Otra opción son los planes personales de retiro (PPR), los cuales buscan complementar el aporte que se realiza en la cuenta de Afore y que tiene esquemas diversos según las necesidades de cada persona.
Y una tercera opción, y tal vez la menos conocida, es la inversión en fondos cotizados en bolsa, conocidos como ETF, la cual consiste en invertir en fondos indexados que contienen en sí mismos una diversificación de mercado, como el caso del índice Standard & Poor’s 500 (S&P500), el cual reúne las acciones de las 500 empresas más rentables del mercado.
“Mi sugerencia es hacer una mezcla inteligente de estas tres opciones, ya que cada una tiene ventajas, costos y rendimientos diferentes”, aconseja Joselyn Quintero, nacida en Venezuela y radicada hoy en día en Brujas, Bélgica, donde, entre otros, brinda consultorías de sistemas financieros a las multinacionales.
QUÉ PORCENTAJE DEL SALARIO DESTINAR AL AHORRO PARA EL RETIRO
“Algo que también se debe tomar en cuenta es que los rendimientos históricos son una referencia, pero no una predicción del rendimiento que se va a tener a futuro, especialmente en el caso de las ETF”, abunda al respecto.
En ese tenor, ¿qué porcentaje de los ingresos debería destinarse al ahorro para el retiro? La experta responde: “Un monto razonable sería alrededor de 15 por ciento de lo que recibimos desde nuestro primer salario. Un ejemplo sencillo: si ahorramos 750 pesos mensuales durante 40 años de vida laboral a una tasa baja de 5 por ciento podríamos generar un monto de aproximadamente un millón de pesos, lo que a su vez nos sirve para mantenernos durante 30 años más recibiendo 6,144 pesos mensuales según cálculos referenciales que no reflejan ningún producto financiero específico”.
De este modo, “el retiro puede verse como tu yo del presente, lleno de vida y productivo; invierte para garantizarle a tu yo del futuro una tranquilidad e independencia para dedicarse a hacer eso que tanto le gusta hacer”.
¿Y SI NO AHORRASTE A TIEMPO?
Frente a la duda recurrente de si es mejor ahorrar en una cuenta de inversión o en un fondo de pensiones, Quintero comenta que esa decisión depende del nivel de riesgo que la persona desee correr.
Explica al respecto: “El fondo de pensiones suele colocar los fondos en instrumentos financieros de bajo riesgo, como bonos y servicios básicos, lo que da a su vez un rendimiento bajo. En tanto, la cuenta de inversión tiene implícito un nivel de riesgo mayor, el cual requiere tener un mejor control del fondo, pero pueden obtenerse rendimientos más altos”.
Por ello, agrega, cada persona decide el nivel de riesgo que quiere correr y el nivel de atención que desea prestar a sus ahorros a medida que pasa el tiempo.
Ahora bien, los pasos básicos que deben seguirse para crear un plan de ahorro para el retiro conllevan, en primer lugar, definir la meta financiera o monto que se desea obtener. Este inciso implica el ingreso mensual que se desee alcanzar una vez que se inicie el retiro, y la capacidad de ahorro actual que se tiene para llegar a esa meta.
PREVENIR EL FUTURO DEBE SER UN ESTILO DE VIDA
El segundo paso es elegir el producto o vehículo financiero que más se ajuste a la persona (Afore, PPR o cuenta de inversión). Y el tercer paso es asegurarse de que las aportaciones se realicen de forma automática para que, de esta manera, el ahorro para el retiro no sea una tarea que debamos recordar, sino que se realice directamente. Para finalizar, es importante ir monitoreando la cuenta y realizar los ajustes correspondientes.
Sin embargo, ¿qué sucede con las personas que nunca han ahorrado un peso de forma voluntaria? ¿Qué alternativas existen si se comienza tarde el ahorro para la jubilación? “Dado que tendemos a subestimar el efecto del tiempo en la planificación del retiro, un elemento recurrente es que empezamos tarde”, explica la especialista en neurofinanzas. “En este caso, podemos comprometernos a hacer aportes altos, que sean incluso de 30 por ciento de los ingresos actuales, y colocarlos en un mecanismo de mayor rendimiento, como un ETF o una inversión en acciones basada en el valor de las empresas”.
Finalmente, si tras tomar estas medidas se observa que con los recursos que se obtienen no es suficiente, concluye Quintero, “entonces debemos plantearnos tener ingresos adicionales que se destinen únicamente a cubrir nuestro plan de retiro; de la misma manera amorosa y voluntaria como lo haríamos para ayudar a nuestros padres es justo hacerlo para nuestro yo futuro”. N