La ética enfocada a la seguridad ciudadana es una herramienta que permite poseer una base sólida de conocimientos sistemáticamente ordenados, objetivos y universales que privilegian un bien común y que pueden invalidar cualquier contenido violento socialmente normalizado por la continuidad con que se comunica y distribuye este tipo de material que genera morbo entre la población.
En México, la información relativa a la violencia se difunde de forma cotidiana a través de internet, radio y televisión, ya sea por medio de canciones, series televisivas, películas, videojuegos, caricaturas y programas que, entre otros, fomentan la apología del delito, aunado a las aplicaciones y redes sociales que posibilitan una divulgación instantánea de información con contenido violento mediante audios, videos o mensajes, sin discernir qué grupo etario es su destinatario final y su capacidad de comprensión sobre el mismo.
Por ello, es trascendental ponderar si la normalización de la violencia es lo deseable desde un punto de vista ético y si ello abona o perjudica la visión de seguridad en la que nos queremos desenvolver, tomando en cuenta que la ética de acuerdo con Aristóteles busca a través de la razón y el conocimiento el bien y la felicidad como fin último del ser humano y de una sociedad.
La palabra ética expresa “costumbre”, “hábito adquirido por la repetición de actos de la misma especie y que han adquirido fuerza de precepto”.
Siendo su objeto de estudio los actos humanos conscientes y voluntarios que afectan a otros individuos, determinados grupos sociales o a la sociedad en general.
Ahora bien, Oscar Canales González define la seguridad ciudadana como un bien público que conlleva la defensa efectiva de los Derechos Humanos , entendida como el proceso de instaurar, dar fortaleza y protección al orden civil democrático, pues ésta no sólo implica la reducción del accionar delictivo, sino también un compromiso del Estado para adoptar una serie de estrategias que permitan una mejora en la calidad de vida de la población, y para lograr lo antes expuesto, es necesario el accionar conjunto de las diversas instituciones públicas.
La Seguridad Pública: Problemática, Retos y Desafíos
Es importante visualizar que cuando hablamos de derechos humanos, se abordan a su vez principios y valores éticos como es la vida, la libertad, la seguridad que, entre otros, pretenden fijar un mínimo de certidumbre jurídica para las personas; sin embargo, debemos tener presente que no por ser obligación del Estado el procurar la seguridad, significa que ésta es cuestión exclusiva del mismo, particularmente de la policía, sino que corresponde a toda la ciudadanía participar activamente, de ahí la frase de uso común: “la seguridad es tarea de todos”.
La normalización de la violencia es: “cuando los actos violentos se vuelven aceptados o tolerados en una sociedad
De manera que se convierten en parte de la vida cotidiana por la exposición repetida a la violencia en medios de comunicación, la impunidad de estos comportamientos o la influencia de costumbres culturales que la perpetúan y la justifican”.
Mayor número de indigentes en Tijuana
David Lee compara la normalización de la violencia con el ruido constante en una ciudad muy transitada, porque al principio resulta molesto, pero con el paso del tiempo, la gente se acostumbra y lo percibe como algo normal. De igual manera que llega a pasar con la violencia, se vuelve tan frecuente que las personas tienden a aceptarla como parte de la vida diaria.
Una sociedad donde se promueve la resolución pacífica de conflictos y los actos violentos son condenados de manera consistente, la violencia no sería considerada algo normal, sino como algo inaceptable y se tomarían medidas eficaces para detenerla y prevenirla.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la violencia es: “el uso deliberado de la fuerza física o el poder ya sea en grado de amenaza o efectivo, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones”. En este sentido, no debemos olvidar que corresponde al Estado el uso exclusivo de la fuerza.
Hoy en día existen múltiples formas de ejercer o identificar tipos de violencia
Como aquella cometida por cuestiones de género o a través de aplicaciones y redes sociales, ademas de las ejercidas de forma física, psicológica, sexual, patrimonial, etc.
En relación con lo anterior, las últimas cifras emitidas por la Encuesta Nacional Sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2021, en México el 70.1% de las mujeres de 15 años y más ha experimentado, al menos una situación de violencia a lo largo de la vida. Donde la principal fue la violencia psicológica (51.6%), seguida de la violencia sexual (49.7%), violencia física (34.7%) y violencia económica, patrimonial y/o discriminación. El ámbito donde mayormente se vive violencia es en el ámbito comunitario (45.6%), seguido de la relación de pareja (39.9%) y no menos importante es el resaltar que el 41.8% de las mujeres de 15 años y más experimentó algún incidente de violencia en la infancia, ejercida por un tío o tía.
De acuerdo con ello, la encuesta visibiliza la violencia ejercida hacia las mujeres y uno de los factores generadores de ella, es la perpetuidad de costumbres que justifican actos violentos hacia las mujeres en general, identificando al machismo como un acto normalizado.
La Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres, define al machismo como el conjunto de actitudes y comportamientos que violentan injustamente la dignidad de la mujer en comparación con el varón.
Es notorio que la violencia tiene muchas aristas, e identificarlos y combatirlos es complejo, empezando por la raíz, que deviene de una cultura y costumbres que han perpetuado por años y se siguen transmitiendo a generaciones posteriores. La exposición a entornos violentos durante los primeros años de vida se relaciona no solo con la normalización de la violencia, sino con su posterior reproducción. Por ello, es de suma importancia identificar aquellas violencias que comienzan a normalizarse, para evitar su perpetuidad como ocurrió con el machismo.
Por su parte, Frías Sonia y Roberto Castro, consideran que la violencia debe verse como un proceso y no como un evento, porque su construcción proviene de un conjunto de experiencias que con frecuencia no son estáticas ni ocurren de forma aislada. Por lo tanto, al normalizar o interiorizar la violencia de la que se es testigo o se experimenta en las primeras etapas de la vida puede conllevar a reproducirla en diversos ámbitos.
Al difundir la violencia, también nos encontramos con la revictimización
En donde se somete mediáticamente a quienes han sido víctimas directas o indirectas a revivir una y otra vez un suceso que les ha causado sufrimiento, atentando contra su dignidad, integridad, autoestima y salud mental, pues considero que no solo las autoridades pueden revictimizar y es ahí donde hay otro factor para analizar y regular, a efecto de saber hasta que punto se puede comunicar sin revictimizar.
Es así que se propone a la ética, como una herramienta a utilizar concienzudamente en contra de la creciente normalización de la violencia y a quienes la producen, reproducen o lucran con la misma, bajo la expectativa de una sociedad que privilegie la ética en favor de la seguridad, en búsqueda de un bien común que fomente espacios y contenidos que contrarresten y mitiguen con principios y valores cualquier forma de alusión a la violencia.
Como hemos visto, la violencia tiene múltiples caras y factores que la fomentan, aprender a identificarlos es el primer paso, el no interiorizarlo o normalizarlo, es el segundo, y, por último, realizar acciones encaminadas a prevenirla o erradicarla en función a la ética y la seguridad resulta primordial.
Trabajar de forma conjunta para erradicar la normalización de la violencia, requiere de acciones coordinadas entre el Estado y la sociedad, para deconstruir la seguridad en favor de la comunidad.
Mtro. PABLO FRANCISCO ROSAS OLMOS
Especialista en Seguridad y Procuración de Justicia