La detención de blancos prioritarios o presuntos líderes de grupos criminales es responsable, en gran medida, de las olas de violencia que ha vivido Aguascalientes durante los últimos meses, sin embargo, esto no significa que se deba detener la implementación de este tipo de estrategias, opinó el catedrático e investigador, Edgar Guerra.
De acuerdo con el especialista, se requiere que las instancias de seguridad de los tres niveles de gobierno dimensionen el alto riesgo de tales operativos y actúen con la responsabilidad y preparación necesaria, pues al momento, se ha observado falta de coordinación para evitar violencia posterior a estas detenciones.
“Es preocupante que se den estas olas de violencia y que después de la detención de líderes o cabecillas veamos homicidios y otros crímenes, ahí me parece que algo está fallando; una enorme responsabilidad es la coordinación interinstitucional, que es clave para evitar este tipo de oleadas, sobre todo en operativos de alto riesgo” señaló.
En ese sentido, el también sociólogo criticó que la captura de blancos prioritarios no toma en cuenta las estructuras internas de los grupos criminales, donde muchas veces, se desatan conflictos por asumir el liderazgo que pudieran repercutir en la vida diaria de la sociedad.
“El problema de esta estrategia, aunque se usen los protocolos correspondientes, es que no toma en cuenta que los grupos delictivos funcionan bajo una lógica sistémica, en donde tú puedes quitar y poner diferentes líderes, pero la organización va a seguir funcionando; peor aún, se ha detectado que esto genera guerras internas para ocupar el puesto de mando” consideró.
De acuerdo con el reporte mensual de incidencia delictiva del fuero común del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Aguascalientes acumuló 57 homicidios dolosos durante el primer semestre del año, la cifra más alta en dicho periodo desde que se tiene registro (2015).