Kevin es un perro gran danés que este fin de semana obtuvo el récord Guinness al ser el sabueso más grande del mundo con una altura de 0.97 metros de altura parado en cuatro patas.
Su altura se encuentra por encima de la media para su raza. Generalmente un gran danés macho suele medir 0.78 metros, por ello Kevin se ha adjudicado el reconocimiento del Guinness World Records, después de la muerte de Zeus, otro gran danés que medía 1.046 metros parado sobre sus cuatro patas.
El perro Kevin tiene tres años y sus dueños decidieron nombrarlo así en honor al personaje que interpreta Macaulay Culkin en la película “Home Alone” (“Mi pobre angelito“). Sin embargo, a diferencia del niño de la película, Kevin no posee la misma valentía y por ello no le gusta estar solo en su hogar ubicado en West Des Moines, en Iowa, Estados Unidos.
KEVIN, EL PERRO MÁS GRANDE DEL MUNDO, TAMBIÉN TIENE MIEDOS
El can vive con Tracy y Roger, un matrimonio que tiene dos hijos, Alexander de 12 años y Ava de 10. Además, convive con otro tres perros y cuatro gatos, gallinas, cabras y caballos, según describe la página del Guinness World Records.
Su dueña Tracy comenta que es un perro “gigante y amable”, explica que a Kevin le gustan los abrazos y dormir en el sofá. A ello agrega que las siestas son su actividad favorita, pero “es el epítome de ‘El gran gigante bonachón'”, ficción de Roald Dahl. El can “tiene miedo a la mayoría de las cosas”, especialmente a la aspiradora. “Le aterroriza el vacío. ¡No dejará que se acerque a menos de seis pies de él! Saltará y correrá para escapar de él”, narró Tracy.
DESCONOCE QUE ES UN PERRO ENORME
Pese a que su tamaño resalta a la vista, Tracy advierte que no es “consciente de que sea tan grande” porque “continuamente intenta meterse en camas pequeñas, sentarse encima de nosotros y hacer todo lo que hacen los perros más pequeños”.
Sus dueños comentaron que medirlo para la grabación oficial de su video en récord Guinness resultó complicado, ya que el perro Kevin se asustó por la cinta métrica. Sobre sus miedos, la familia recuerda cuando Alexander lo llevó a su primera clase de entrenamiento en la organización juvenil 4-H y “literalmente se cagó… justo en medio de la clase. ¡Pero le encanta ir ahora!”, explicaron los dueños. N