Según un estudio realizado por la Universidad de Oxford, Inglaterra, elegir transportarse en bicicleta en lugar de automóvil, aunque sea solo una vez al día, reduciría las emisiones de carbono un 67%. La investigación señala que las personas emiten dióxido de carbono en la mayoría de sus actividades, sin embargo, dicha investigación convoca a los ciudadanos a cambiar pequeños hábitos de movilidad para disminuir la huella de carbono, comenzando por sus ciudades capitales, aportando una esperanza de vida mayor al mundo y a los seres humanos que habitan en él.
Andar en bicicleta por la ciudad, en lugar de usar el automóvil, conlleva muchos beneficios para la salud física y mental, el medio ambiente, el urbanismo y la movilidad. Genera menos contaminación, tráfico, ruido, es un recurso energético no agotable y gratuito, además de ser mayormente accesible su compra que la de un auto.
Contribuye a un estilo de vida saludable, tanto mental, como físicamente, (ayuda a la salud cardiovascular, a potenciar los reflejos, el control de peso, disminuye la tensión arterial, fortalece la musculatura e incrementa las defensas inmunológicas, mentalmente favorece a liberar el estrés del cuerpo y la ansiedad) además de que, un viaje en bicicleta da la oportunidad de reflexionar con tranquilidad, tener una mente en paz y despierta.
En cuestión de movilidad, evita el tráfico y las aglomeraciones de autos, no existe la problemática de aparcamiento y es una movilidad sostenible. Indudablemente es mucho más económico que utilizar un auto, ya que no debemos de ponerle ningún tipo de combustible para su funcionamiento, ni darle un mantenimiento de costos elevados, es mucho más rentable y ambientalmente sostenible.