El tema de la prevención del fraude, uno de los delitos con mayor prevalencia en el país, requiere colocarse en la conversación cotidiana, así como hablar de las estrategias y herramientas de los estafadores.
En México, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (Envipe) 2023 del Inegi, hay una tasa de 5,770 fraudes por cada 100,000 habitantes. Y en los primeros tres meses del año se han registrado 30,269 carpetas de investigación.
Por los reportes al Consejo Ciudadano de la Ciudad de México podemos identificar los riesgos más frecuentes en las compras en línea, la llamada ingeniería social, el phishing (suplantación de identidad) y el robo de identidad.
Mediciones como las del Inegi revelan que en los últimos cinco años más de 22 millones de personas se han sumado a internet, donde se realiza una gran parte de las actividades cotidianas, por eso es necesario implementar estrategias de prevención del fraude.
En internet los defraudadores buscan desplegar sus artilugios. El 30 por ciento de las orientaciones jurídicas o emocionales proporcionadas en la Línea de Seguridad o Chat de Confianza, 55 5533 5533, son por estafas en compras en línea.
Grandes ofertas, hasta en 80 por ciento debajo de su precio original y por tiempo limitado, representan el gancho de los estafadores. Por eso, frente a estas es recomendable dudar y verificar la veracidad, leer las reseñas de otros “clientes”, evitar compras desde wifi públicas o utilizar la tarjeta virtual con código de seguridad dinámico.
ESTRATEGIAS PARA LA PREVENCIÓN DEL FRAUDE
Por medio de la ingeniería social, los delincuentes tienden engaños para crear temor o necesidad en sus víctimas, con estrategias como supuestos sorteos, transferencias a familiares en apuros, la oferta de trabajos fáciles y bien pagados, relaciones de amistad conocidas como “fraude amoroso” o los “montadeudas”, préstamos rápidos, sin requisitos y cobrados por medios extorsivos.
The Global Risk Report 2024, del World Economic Forum (WEF), ubica al phishing como uno de los riesgos comunes, difícil de identificar con la evolución de la inteligencia artificial generativa y la creación de correos electrónicos o mensajes falsos a partir de deepfakes. Las personas deben estar cada vez más atentas a los contenidos recibidos por correo electrónico, SMS, WhatsApp, redes o llamadas telefónicas, y no abrir enlaces adjuntos.
Los datos personales son y serán la aspiración de la delincuencia cibernética. Robots para recabar información en redes, web scraping y venta de bases son parte de una realidad a visibilizar y denunciar.
Fortalecer contraseñas, emplear factores de doble autenticación y no escanear códigos QR de los cuales no hay certeza sobre el destino al que conducen son medidas para reducir la vulnerabilidad cibernética y la prevención del fraude.
Hace más de 20 años el fraude más común era el de un falso rey nigeriano y una parte de su herencia para quien deseara ayudarlo. Ahora, los engaños se multiplican según la víctima o la temporada. Conocerlos ayuda a evitarlos. N
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Salvador Guerrero Chiprés es doctor en Teoría Política por la Universidad de Essex, Inglaterra, y presidente del Consejo Ciudadano. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.