Si usted viene a la CDMX, le sugiero hacer un alto en el camino y pasar por la cerrada de Hamburgo en la Zona Rosa para que conozca la mítica Galería Arvíl. Se encontrará con los artistas mexicanos más renombrados, que dialogan permanentemente en cada uno de sus muros. Visitar este espacio es adentrarse en la historia del arte en nuestro país, porque la galería es ya parte del desarrollo de la ciudad; aunque se fundó hace 55 años, continúa ofreciendo novedades en paisajes, retratos, regodearse con las formas y colores. Es el hogar de las obras maestras que han nutrido nuestros ojos desde nuestra primera juventud; para muchos, Arvil fue una escuela que formó criterios, alentó discusiones, descubrió talentos y para aquellos que buscan maravillas, pudieron con creces saciar su curiosidad.
En la Galería Arvil, medio mundo se dio cita: poetas, músicos, bailarines, intelectuales, pintores, críticos de arte. Hoy ya entró a la edad madura y su rostro sigue en muy buena forma; seguiremos todos muy de cerca celebrando los aciertos, bajo la sabia guía de su dinámico y delicioso director Armando Colina.
Arvil no sólo creó una atmósfera y un mercado para nuestros valores plásticos, logró operar con éxito su internacionalización. Se ha convertido además en la única galería de arte que organiza exposiciones de artistas mexicanos para presentarlos en los mejores recintos museísticos del mundo. Esta labor desinteresada, que persigue dar a conocer los valores de los creadores mexicanos, es encomiable y merece el reconocimiento genuino para el difunto Víctor Acuña y el actual e incansable promotor cultural Armando Colina. Ambos fueron auténticos visionarios que tomaron riesgos para apoyar e impulsar las carreras de artistas como María Izquierdo, Leonora Carrington, Enrique Guzmán, Carlos Mérida, Francisco Toledo, Francisco Corzas, Juan Soriano, Frida Kahlo, Rufino Tamayo, entre muchos y sólo por citar a algunos.
La colección de arte de Arvil, que además fomenta el coleccionismo, es selecta y exquisita y todos los trabajadores de la cultura en México nos preciamos de que en nuestras exposiciones, por lo general, siempre se exhibe una obra que proviene de su acervo, gesto por demás generoso, pero sobre todo que permite al visitante conocer obras inéditas por encontrarse en la privacidad de una colección particular. Con su colección, Arvil ha contribuido al florecimiento cultural de nuestra nación.
Entre muchos otros, porque la lista de amigos de Arvil es interminable, me siento muy afortunada de escuchar las miles y memorables anécdotas del gran animador que es Armando. Una no quisiera que el reloj parara las amenas charlas de sobremesa. ¡Cuántos proyectos se han cocinado alrededor de esa mesa! Arvil forma parte de la historia del arte oral de nuestro país y de nuestra formación como actores de la cultura, y merece el reconocimiento de todos nosotros porque estar cerca de Armando Colina nos hace mejores seres humanos. N