Al término de las precampañas la ciudadanía se da cuenta que las personas que se mencionan son en un alto porcentaje las mismas de hace un cuarto de siglo. La clase política se recicla con denuedo, se apoderan de los partidos políticos como “franquicias” como los llamados “chapulines” … el tema no es menor si advertimos que serán quienes discutan y tomen decisiones fundamentales para México. No es ética la manipulación de la propaganda gubernamental, ni la de las campañas electorales… la experiencia sobre la calidad en el poder legislativo no tiene un consenso feliz, le quedan a deber “al pueblo”, que cumple su ciclo democrático. Tampoco al poder ejecutivo que evangeliza sus decisiones y maldice a los que no estén de acuerdo. La parte rescatable es el poder judicial, pero lo tienen en la marquesina del basureo oficial. Es decir, quieren que los poderes del Estado sean de ínfima calidad, en ingeniería industrial la baja calidad de la materia prima produce baja calidad del producto.
Las candidaturas en campaña son la realidad de las solicitudes de trabajo y el empleador, en este caso la ciudadanía, debe valorarlas para predecir cuál servirá mejor. Empero no entendemos a esas candidaturas, se muestran como “agua que viene de alberca”, “ajonjolí de todos los moles”, metamorfoseadas de colores, discursos, actitudes…, presentan un problema ontológico, ¿quiénes son?, ¿a quién darle el voto?, ¿en quién confiar? Los valores han estado ausentes, las virtudes se esconden en las bóvedas de las haciendas públicas. Rebobinemos el pretérito, localicemos los bullicios, las deslealtades a la ética pública… no será un mal ejercicio. Recordémosles que la política sirve a través del diálogo para reivindicar lo necesario para una adecuada vida compartida, la “teleología” de la política es servir “al pueblo”, suena “chido” desde el discurso, pero no define a nadie…
La “kakistocracia”, el gobierno de los ineptos agobia a las sociedades por muchas razones: equivocaciones de percepciones, maniobra de propaganda, manipulación de los sentimientos, la famosa “circunstancia” orteguiana, las contradicciones precipitadas de nuestras vivencias colectivas, la corrupción cívica… Una razón de la filosofía popular “el que avisa no traiciona”, los que gobiernan hoy estaban en la boleta misma que transitó a VOTO en el instante ciudadano de elegir gobernantes, en su ejercicio al derecho de votar, de manera que no hay razón para decir engaño. Falta responsabilidad para tomar la decisión política muestra el bosquejo de futuro que arrojaron las urnas…
En el núcleo de todo está la palabra, es nuestra arcilla o será que no estamos capacitados para discernir, desbrozar, analizar, inferir…, nuestras ciudadanas disposiciones políticas. El mundo académico hizo sentir su voto y fueron abandonados; las amas de casa creyeron en un nuevo amanecer y no alcanza el gasto; los jóvenes dijeron llegó la hora contestataria y los callaron; muchos emprendedores creyeron en la oferta de cambio y fueron bautizados como “enemigos, conservadores”, la salud colectiva reclamó y les dijeron “politiqueros” … La mentira se vistió de verdad y ahora hacemos “fuchi caca” a la verdad desnuda. Propaganda y publicidad hicieron su eje en la falsedad, la construcción colectiva la separaron de la convivencia.
Según los datos en la pagina del INE, en las elecciones de 2021 del 100% de la lista nominal del electorado, el partido mayoría solo obtuvo un poco más del 13 % más el apoyo de PT y PVEM, logra un 18%, es decir 8 de cada 10 del cuerpo electoral le dijo NO al mayoritario; pero el problema más agudo es que los dos partidos “opositores” solo obtuvieron el 9% respectivamente, la ciudadanía 9 de cada 10 ¡les dijeron NO! La democracia no se rige por una trasnochada invención de la “regla de oro”: “las mayorías mandan”, NO, la democracia se integra por una sumatoria de minorías, por una razón simple, el conflicto se resuelve por los productos del diálogo: consensos, acuerdos, resoluciones… En democracia los gobernantes SIRVEN a la sociedad, no a su ideología ni a lo partido que ellos aglutinan. “Los pesos y contra pesos” famosos, son un freno a las soberbias, arrogancias, despotismos… del poder público, como es la división de poderes y, en su vigor contemporáneo los órganos constitucionales autónomos “reóstatos de la ética de gobierno”, los límites que las leyes señalan en el principio de legalidad, “sí, siempre y cuando NO”.
El reloj ciudadano marca la hora del rescate de valores y reivindicación de virtudes, la política es eje de una vida compartida deseable, es luz de entendimientos, no la perdamos. Defendamos la democracia y sus instituciones, nuestro único patrimonio. Benedicto XVI, deja una herencia invaluable, “… la política es un ejercicio de la razón, […] una razón informada […] por la fe. […], el cristianismo no define el aprendizaje como […] conocimiento, sino que requiere que se guíe por valores fundamentales…”