Un trinomio interrelacionado que se refuerza entre sí y constituye una fórmula para el desarrollo de los territorios, la cual contribuye a crear sociedades más justas, inclusivas y prósperas. La UNESCO define la cultura como “el conjunto de los rasgos distintivos espirituales, materiales, intelectuales y emocionales que caracterizan a una sociedad o un grupo social. Comprende además de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales del ser humano, los sistemas de valores, las creencias y las tradiciones”. De acuerdo con la CEPAL la cultura fomenta la innovación social, entendida como nuevas formas más eficientes de resolver las necesidades sociales, que promueven la participación de la comunidad, convirtiéndolos en actores de su propio desarrollo y por lo tanto fortaleciendo la conciencia ciudadana y con ello la democracia.
Promover el desarrollo culturar en un territorio es fundamental para fortalecer las instituciones democráticas y el emprendimiento. La expresión cultural fomenta el intercambio de ideas, el dialogo, el pensamiento crítico, la imaginación, la creatividad, la resolución de problemas y la innovación. Las actividades culturales facilitan la interacción y comprensión entre diferentes grupos sociales, además de estimular la participación ciudadana. Es a través de la práctica cultural que se desarrollan estas capacidades humanas fundamentales para un entorno democrático y un ambiente de emprendimiento productivo.
Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) un entorno democrático es fundamental para el emprendimiento, donde todas las personas tienen las mismas oportunidades de crear y desarrollar sus negocios. Un entorno democrático con un marco legal y regulatorio que facilita el emprendimiento, así como políticas públicas que promueven la innovación y el crecimiento empresarial. A su vez, el emprendimiento contribuye a la consolidación de la democracia creando empleo y oportunidades económicas, lo que contribuye a reducir la desigualdad y la pobreza. Además, los emprendedores pueden desempeñar un papel importante en la participación ciudadana y el diálogo social.
En correspondencia el fortalecimiento de habilidades de emprendimiento facilita el desarrollo cultural, generando productos y servicios de contribuyen a la difusión y consumo de expresiones culturales de una forma sostenible. De ahí la importancia de fomentar las industrias creativas y culturales (ICC), las cuales ofrecen oportunidades de desarrollo en condiciones de igualdad y equidad, en especial para la participación de jóvenes y mujeres. En general, las barreras de entrada a las industrias creativas son más bajas que en otros sectores, lo que las hace más accesibles para los jóvenes. Esto se debe a que las industrias creativas suelen basarse más en el talento y creatividad que en el capital o los recursos.
Las ICC representan una gran oportunidad de desarrollo para Baja California, dónde hasta muy recientemente su fomento ha ido tomando relevancia. El Gobierno del Estado de Baja California hace un año estableció una Dirección dentro de su Secretaría de Economía e Innovación dedicada al fomento y promoción de las ICCs. Previamente algunos organismos empresariales y sociales han lanzado iniciativas para promover el desarrollo de las ICCs, tal es el caso de la asociación civil Tijuana Innovadora y recientemente la Universidad CETYS. Ambos organismos en colaboración con el Centro Internacional de la Empresa Privada (CIPE por sus siglas en inglés) establecido en la Ciudad de Washington, D.C. han impulsado un programa de fomento de las ICC en Tijuana.
Este esfuerzo de cuádruple hélice tiene como objetivo abrir oportunidades de participación para jóvenes y mujeres en las ICCs. Se centra en tres líneas de acción, la primera en crear una estructura de colaboración entre los actores clave del ecosistema de las ICCs, emprendedores, creadores, instituciones educativas, ONGs y agencias gubernamentales. En segundo se enfoca al desarrollo de programas y herramientas de para el desarrollo de capacidades empresariales y organizacionales, que permita consolidar y acelerar los emprendimientos de las ICCs. Y en tercero una estrategia de comunicación y difusión dirigida a los jóvenes para que conozcan las oportunidades y las rutas de desarrollo que están a su alcance. Este esfuerzo se ha consolidado en una plataforma llamada Acelerart (www.acelerart.com).
Para los gobiernos que buscan un desarrollo económico y social más justo, equitativo y sostenible, es fundamental apoyar iniciativas que impulsen las industrias creativas y culturales, cómo Acelerart, lo cual resultará en más oportunidades, una mayor cultura y participación social consolidando nuestra democracia. N
Por, Dr. Flavio Olivieri, Director del Centro de Excelencia en Competitividad y Emprendimiento de CETYS Universidad.