María Consuelo Loera, la madre del encarcelado narcotraficante mexicano Joaquín “Chapo” Guzmán, falleció el domingo 10 de diciembre a los 95 años por complicaciones de salud tras una operación, informaron allegados a la familia.
Este lunes 11 de diciembre, durante su conferencia matutina, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se pronunció y dijo: “Respeto a la familia, la señora ya estaba grande. No tengo más comentarios. Cualquier ser humano que pierde la vida merece respeto y consideración a sus familiares”.
CAUSA DE MUERTE DE CONSUELO LOERA, MADRE DEL ‘CHAPO’
El deceso ocurrió en un hospital privado de Culiacán, Sinaloa, 20 días después de haber sido sometida a una operación en la vesícula, según las mismas fuentes, informó AFP. Una de las más sonadas apariciones públicas de la madre del “Chapo” ocurrió en marzo de 2020. En aquel momento se encontró con López Obrador, quien se hallaba de gira por Sinaloa y se acercó a saludarla a su automóvil.
El hecho generó polémica y críticas al mandatario. El presidente defendió su gesto como un acto humanitario ante una mujer mayor. Ella, dijo, “merece todo mi respeto independientemente de quien sea su hijo”.
“Si doy la mano a delincuentes de cuello blanco, ¡cómo no se la voy a dar a una señora! ¡Cómo le voy a dejar la mano tendida!”, añadió. El acercamiento de Loera al presidente fue para entregarle una carta en la que solicitaba su intercesión para obtener una visa humanitaria y poder visitar a su hijo en Estados Unidos, donde purga cadena perpetua desde 2019 condenado por narcotráfico.
LOERA REGRESA A BADIRAGUATO
Pese a sus intentos, la anciana no logró visitar a su hijo en la cárcel. Sin embargo, alcanzó a saber de la persecución de autoridades estadounidenses a cuatro de sus nietos –quienes quedaron al frente del cártel de Sinaloa y son conocidos como los “Chapitos”.
También supo de la detención y extradición este año de uno de ellos, Ovidio Guzmán López. Tras su fallecimiento, Loera fue trasladada a “La Tuna”, su pueblo natal y el lugar donde creció el “Chapo”, ubicado en el municipio de Badiraguato, donde tenía una amplia casona, según indicaron sus allegados.
Frente a la vivienda se ubica un templo cristiano que fue mandado a construir por sus hijos, con la intención de que la señora pudiera practicar activamente su fe. La devoción de Loera la llevaba a visitar frecuentemente Culiacán para acudir a un templo del barrio Tierra Blanca, lugar conocido por ser cuna de capos criminales que vivieron entre los años 1970 y 1990. N