“Nunca hubiera imaginado que Hamás lo habría acorralado. Con el peor atentado perpetrado en Israel, el primer ministro Benjamin Netanyahu podría escuchar pronto el canto del cisne”, opinaron este domingo analistas.
“Es el principio de su caída”, predice Daniel Bensimon, experto en política israelí y antiguo diputado del Partido Laborista, aunque admite que no es la primera vez que se habla del fin político de Netanyahu, de 73 años, que ha ejercido como primer ministro durante 16 años
“Esta vez fracasó en lo esencial de su función: garantizar la protección de su población. Por su culpa, el 7 de octubre, en el borde de la Franja de Gaza, el Estado y el ejército estaban ausentes. Pagará muy caro por ello”, declaró.
Dirigido por cientos de combatientes palestinos infiltrados, el ataque del movimiento islamista palestino Hamás al sur de Israel dejo más de 1,300 muertos, en su mayoría civiles, y estuvo jalonado por varias masacres.
El fin habría llegado al jefe del Likud, partido de derechas, que ostenta el récord de longevidad como primer ministro, si una comisión de investigación gubernamental determina su responsabilidad de los hechos acontecidos.
En Israel es el gobierno quien nombra este tipo de comisión, como ocurrió después del fiasco de la guerra árabe-israelí de 1973, que tomó al país completamente por sorpresa y después de las protestas como consecuencia de la invasión del Líbano por Israel en 1982.
“EL PRIMER MINISTRO DE ISRAEL FRACASÓ EN TODOS LOS ÁMBITOS”
“Legalmente, Bibi (el apodo de Netanyahu) no está obligado a hacerlo. Sin embargo, la presión de la opinión pública será tal que no tendrá otra opción. De lo contrario, todo el país se echará a la calle”, explica Hanan Crystal, analista política.
Una caricatura de Netanyahu publicada el viernes por el diario Haaretz lo muestra ataviado de jardinero regando lechugas en su huerto. En cada una de ellas, están dibujados los rostros de los líderes de Hamás.
“Fracasó en todos los ámbitos. Ignoró las advertencias de los militares. Dio prioridad a la colonización de Cisjordania (ocupada por Israel desde 1967) y descuidó a los kibutz, generalmente de izquierdas. Y siguió siendo prisionero de una postura equivocada al creer que Hamás nunca se atrevería a atacarnos con tal barbarie”, señala Akiva Eldar, politólogo.
“Y, para empeorar las cosas, es incapaz de tomar una decisión”, prosigue Eldar.
La formación de un gobierno ampliado con grupos de la oposición y un gabinete de guerra “debería haber tardado 48 horas después de la tragedia”, en lugar de esperar cinco días, aseguró un comentarista en una radio militar que lo tildó de “puro escándalo”.
En una señal de que Israel no esperaba nada, un alto funcionario gubernamental indicó que no había ninguna reunión de emergencia en la agenda del ejecutivo cuando Hamás atacó.
JUZGADO POR TRES CASOS DE CORRUPCIÓN
Los problemas de Netanyahu con la ley —está siendo juzgado por tres casos corrupción— no le impidieron ganar las elecciones legislativas en noviembre de 2022 y regresar al poder. Lo anterior, gracias a una alianza de partidos de extrema derecha y grupos judíos ultraortodoxos.
No obstante, los sectores más populares, que constituyen la base de su electorado, parecen empezar a soltar a su paladín, el que tradicionalmente apoyaron frente a los progresistas de izquierda de Tel Aviv que, hasta el 7 de octubre, se manifestaron cada semana desde enero contra la reforma de la justicia deseada por el gobierno y que divide profundamente a la población.
“Nos engañó. Teníamos la confianza en él porque liberó fondos para la educación en las escuelas religiosas. Empero, ¿de qué sirve el dinero cuando a nuestros hijos les cortan el cuello y nuestras mujeres son violadas?. (Netanyahu) debe dimitir”, declaró el rabino Elyezer Moshia, en la Ciudad Vieja de Jerusalén.
Rahamim Atali, un taxista de Jerusalén, se muestra más categórico: “A prisión. Ahí es donde debe terminar su carrera. Lo que hizo es imperdonable y él lo sabe”. Sus detractores creen que el cisma que ha infundido en la población debido a su reforma judicial le resultará contraproducente.
“Llamó traidores a sus oponentes, pero ellos son los que murieron por Hamás y también son los que van a luchar en Gaza”, comenta un analista de la radio pública. N