El 7 de octubre, Hamás lanzó un exitoso ataque sorpresa contra el sur de Israel, con lo que dio inicio a un nuevo y sangriento episodio en las décadas de guerra entre el grupo militante islamista y el Estado judío.
A raíz de los señalamientos sobre la colaboración de terceras partes, algunos opinan que la agresión más reciente (que algunos observadores denominan el “11 de septiembre de Israel”) podría ocasionar cambios drásticos en las relaciones exteriores de Israel.
Hamás justificó la “Operación Inundación de Al Aqsa” como respuesta a la reciente invasión de la policía israelí en la mezquita jerosolimitana de Al Aqsa, así como a la incesante violencia de los colonos israelíes que ocupan, ilegalmente, buena parte de la Cisjordania palestina.
Tras los primeros tres días de combate, la operación había cobrado más de 700 víctimas mortales en Israel y dejado un saldo de 2,100 heridos y decenas de rehenes cautivos en la Franja de Gaza. En tanto, la respuesta israelí había provocado, al menos, 600 muertes. Eso fue durante los primeros días. Hoy la cifra es de verdadero horror.
Los israelíes han revelado que el Estado judío fue sorprendido de manera tan catastrófica, que las autoridades cuestionan si el ataque recibió apoyo de intereses extranjeros.
Desde hace tiempo, Hamás ha obtenido financiación, armas y capacitación del gobierno iraní; y junto con la Yihad Islámica (también en Gaza), el Hezbolá libanés, los hutíes de Yemen, y una letanía de formaciones paramilitares chiitas en Irak, Teherán se apoya en estas organizaciones para mantener su confrontación estratégica con Israel y sus partidarios occidentales.
ISRAEL RESPONDE A LA GUERRA CON MÁS GUERRA
Y, ahora, Teherán alcanza uno de sus objetivos estratégicos más importantes, pues el ataque puso fin —o al menos, postergó— el acuerdo para normalizar las relaciones entre Israel y Arabia Saudita.
Los informes iniciales (y una declaración de Hamás) sugieren que Irán tomó parte del histórico ataque, el cual fue orquestado a lo largo de varias semanas. No obstante, el domingo 8 de octubre, Antony Blinken, secretario de Estado de la presidencia Joe Biden, aseguró que “no hay evidencias de que Irán haya dirigido o estuviera detrás de este ataque en particular; pese a que, ciertamente, ha mantenido una larga relación [con Hamás]”. En ese sentido, la misión iraní ante Naciones Unidas ha negado cualquier intervención por parte de Teherán.
Muchos usuarios de redes sociales han señalado la intervención de Rusia en la operación de Hamás, aun cuando no haya evidencias que apunten al presunto papel de Moscú. El Instituto para el Estudio de la Guerra —organización estadounidense de especialistas— asegura que Moscú podría beneficiarse de la situación, debido a que el deterioro del statu quo entre Israel y los territorios palestinos ha ocasionado que la atención internacional se desvíe de las atrocidades que Rusia ha cometido durante la invasión de Ucrania.
Por lo pronto, el instituto espera que, en los próximos días, Israel emprenda un contraataque devastador en Gaza, lo que agudizará aún más las tensiones tanto en los territorios ocupados de Cisjordania como en la frontera con Líbano, donde Hezbolá mantiene el control de facto.
SIN EVIDENCIA DE INTERVENCIÓN RUSA
En cualquier caso, no hay evidencias de que Rusia interviniera directamente en el ataque del 7 de octubre. Hamás ha controlado la Franja de Gaza desde 2007 y, a lo largo de los años, ha emprendido numerosas operaciones de infiltración en territorio israelí recurriendo a una ya conocida estrategia que combina armas de asalto locales e iraníes.
Algunas cuentas proucranianas de X (antes Twitter) afirman, sin pruebas, que la organización mercenaria rusa, conocida como Grupo Wagner, capacitó a las unidades de Hamás que montaron el ataque, a pesar de que Wagner no mantiene una presencia en los territorios palestinos, en tanto que las unidades de asalto de Hamás son muy experimentadas y han recibido entrenamiento de entidades extranjeras, como Irán.
Si bien otros más afirman —erróneamente— que Rusia es la única potencia capaz de instruir a Hamás en el uso de drones explosivos para atacar posiciones blindadas y puestos de observación israelíes, la organización yihadista se ha destacado en el uso de drones comerciales o militares para atacar infraestructura y objetivos militares y civiles de Israel en la Franja de Gaza.
En una declaración para Newsweek, Oleg Ignatov, analista senior para Rusia en el grupo de expertos Crisis Group, señaló: “No he visto evidencia alguna. No he visto algo en público ni he oído de este asunto en mis conversaciones. Me cuesta imaginar que Rusia haya participado en la planificación del ataque”. Por supuesto, agregó: “Vivimos en un mundo en el que no podemos excluir nada. Aun así, no he visto evidencias de esto”.
RELACIONES DE RUSIA EN ORIENTE MEDIO
Desde hace mucho, Rusia ha mantenido una estrecha colaboración con Irán y su red de organizaciones militantes asociadas de todo el Oriente Medio (en particular, la Hezbolá libanesa), ya que Moscú las considera una base de poder alternativa capaz de desafiar los intereses de Estados Unidos y sus aliados. Es más, Moscú ha estrechado su relación con Irán desde que el Kremlin lanzó la invasión de Ucrania en febrero de 2022.
El Kremlin mantiene contactos de alto nivel con Hamás. Entre mayo y septiembre de 2022, la dirigencia de Hamás visitó Rusia, y en marzo de este año, el grupo militante volvió a enviar a Moscú una delegación de funcionarios para entrevistarse con Sergei Lavrov —ministro del Exterior ruso—, quien, tras la reunión, advirtió que la “paciencia” de Hamás con Israel estaba “agotándose”.
Al respecto, Ignatov insistió en que “esos canales diplomáticos no deben interpretarse como apoyo directo. Es bien sabido que Rusia mantiene excelentes conexiones con Hamás, pero considero que eso forma parte de una política regional que brinda a Moscú la posibilidad de mantener la comunicación con Oriente Medio”.
En cuanto a las ambiciones de Moscú de fortalecer su prestigio e influencia internacionales, Ignatov explicó que el Kremlin está mejor dispuesto a tomar parte en las conversaciones de paz que en influir en los conflictos. “Rusia estaría más interesada en intervenir en las negociaciones de paz. Por supuesto, esto significa que no tiene interés en apoyar a alguno de los bandos”, asegura.
¿WASHINGTON TIENE RESPONSABILIDAD?
El pasado fin de semana, Mikhail Bogdanov, viceministro del Exterior ruso, se sumó a las voces que clamaban por la prudencia. “Sobra decir que siempre pediremos moderación”, afirmó el diplomático, según una cita de la agencia de noticias Interfax.
En contraste, el expresidente ruso Dmitry Medvedev —famoso por sus invectivas antiucranianas y antioccidentales— no dejó pasar la oportunidad de responsabilizar a Washington por la persistencia del conflicto entre Palestina e Israel.
Por otra parte, algunos propagandistas rusos se regocijaron con la derrota israelí. Vladimir Solovyov declaró que el ataque de Hamás propinó “tremenda bofetada” a Israel y a sus servicios de inteligencia, y acusó a Estados Unidos de fracasar en su papel como “garante de la paz en la región”, afirmando —por supuesto, sin pruebas— que Ucrania había proporcionado armas a Hamás.
ISRAEL NUNCA ESTÁ EN GUERRA CON SUS VECINOS…
Otros más aprovecharon el ataque para arremeter contra los rusos que huyeron a Israel con la esperanza de escapar de la conscripción forzada para la desastrosa invasión a Ucrania. Entre ellos, Margarita Simonyan, directora de la cadena noticiosa rusa RT, quien recurrió a las redes para expresarse en los siguientes términos: “El país que ‘nunca está en guerra con sus vecinos’ vuelve a estar en guerra con sus vecinos. Aunque muy pronto volveremos a ver otro éxodo de pacifistas rusos, la verdad es que no nos quitan el sueño”.
En su canal de la plataforma Telegram, el propagandista ruso Sergey Mardan publicó lo siguiente: “Este desastre beneficia a Rusia, porque los lamebotas globalistas dejarán el tema de Ucrania para tratar de sofocar el fuego eterno en Oriente Medio”.
“Mientras que Irán es nuestro verdadero aliado militar, Israel es aliado de Estados Unidos. A todas luces, ¡es muy fácil elegir un bando!”, concluyó Mardan.
Sin embargo, las diatribas de los medios estatales no se hacen eco, necesariamente, de la política exterior, señaló Ignatov. “Son simples delirios que no representan la realidad política”, afirmó.
“Creen que el mundo funciona de esa manera. Se han convencido de que, si Israel está en guerra, Estados Unidos enviará a su aliado los proyectiles y las municiones destinados a Ucrania, y eso terminará por dar una ventaja a Rusia”, concluyó Ignatov. N