Un grupo de científicos descubrió cómo el cerebro cambia y difiere a causa de cada una de las enfermedades mentales. Un proyecto de mapeo cerebral realizado por investigadores del Instituto Turner para el Cerebro y la Salud Mental y la Facultad de Ciencias Psicológicas de la Universidad Monash, Australia, evaluó a casi 1,300 personas con seis tipos diferentes de problemas de salud mental, y los resultados fueron sorprendentes.
Al medir el volumen y el tamaño de 1,000 regiones cerebrales diferentes, los expertos encontraron una “diversidad extraordinaria” en los cambios cerebrales en personas con esquizofrenia o trastorno depresivo mayor, indicó el estudio publicado en la revista Nature Neuroscience.
Esto significa que el tratamiento de enfermedades mentales puede ser más efectivo cuando se enfoca en el cerebro de un individuo en lugar de los promedios grupales.
“Durante las últimas décadas, los investigadores han mapeado áreas del cerebro que muestran un volumen reducido en personas diagnosticadas con una amplia variedad de enfermedades mentales, pero este trabajo se ha centrado en gran medida en los promedios grupales, lo que dificulta la comprensión de lo que sucede en los cerebros de las personas”, dijo la estudiante de doctorado Ashlea Segal, quien dirigió la investigación, en un comunicado.
ANÁLISIS DE ENFERMEDADES MENTALES EN VARIAS PERSONAS
“Por ejemplo, saber que la altura promedio de la población australiana es de aproximadamente 1.7 metros me dice muy poco sobre la altura de mi vecino de al lado”, añadió Segal.
Los investigadores analizaron regiones del cerebro que mostraban volúmenes inusualmente pequeños o grandes en personas diagnosticadas con enfermedades mentales, como depresión, trastorno bipolar, esquizofrenia, trastorno obsesivo-compulsivo, trastorno por déficit de atención con hiperactividad o trastorno del espectro autista.
Los resultados fueron muy diferentes entre los individuos. “Confirmamos hallazgos anteriores de que las regiones específicas del cerebro que muestran grandes desviaciones en el volumen del cerebro varían mucho entre los individuos, con no más de 7 por ciento de las personas con un mismo diagnóstico mostrando una desviación importante en la misma área del cerebro”, dijo en el comunicado el profesor Alex Fornito, quien dirigió el equipo de investigación.
“Este resultado significa que es difícil identificar los objetivos del tratamiento o los mecanismos causales centrándose solo en los promedios de grupo. También puede explicar por qué las personas con el mismo diagnóstico muestran una amplia variabilidad en sus perfiles de síntomas y resultados de tratamiento”.
La investigación puede explicar por qué dos personas con la misma enfermedad mental pueden tener más síntomas en común que dos personas con dos enfermedades diferentes.
FUTURAS VÍAS DE TRATAMIENTO
“Debido a que el cerebro es una red, la disfunción en un área puede extenderse y afectar otros sitios conectados. Descubrimos que, si bien las desviaciones ocurrieron en distintas regiones del cerebro en diferentes personas, a menudo estaban conectadas a áreas comunes en dirección opuesta o en la misma dirección, lo que significa que se agregaron dentro de los mismos circuitos cerebrales”, dijo Segal.
Estos hallazgos ayudarán a informar futuras vías de tratamiento para las personas con enfermedades mentales. La investigación es vital para determinar qué tratamientos son más efectivos.
En los últimos años, la investigación sobre este tipo de enfermedades ha progresado, aunque podría decirse que más lentamente que los estudios en otras condiciones de salud.
Las enfermedades mentales pueden tener impactos severos en la vida diaria de una persona. La esquizofrenia, por ejemplo, es una condición que afecta la capacidad de un individuo para pensar o comportarse. A menudo se manifiesta en delirios o conductas que parecen estar fuera de contacto con la realidad, según la Clínica Mayo.
Pero aún no se conoce la causa exacta de la esquizofrenia. Los científicos creen que puede estar involucrada una combinación de química cerebral, estructura y genética.
La depresión tampoco tiene una sola causa. Puede ser ocasionada por factores externos en la vida del sujeto, como un evento estresante o perturbador. Pero los científicos también creen que puede manifestarse como consecuencia de desequilibrios químicos en el cerebro.
COMPRENDER LA DIVERSIDAD DE LOS CAMBIOS CEREBRALES
También hay evidencia de que la enfermedad mental es hereditaria, lo que sugiere que los genes pueden estar involucrados. “Descubrimos que ciertos circuitos cerebrales específicos estaban preferentemente involucrados en algunos trastornos, lo que sugiere que son posibles objetivos de tratamiento”, dijo Segal.
“Sin embargo, nuestros hallazgos sugieren que estos objetivos solo serán apropiados para un subconjunto de personas. Por ejemplo, encontramos evidencia de que los circuitos cerebrales vinculados a las áreas frontales estaban mayormente involucrados en la depresión.
“Estos circuitos se usan comúnmente como objetivos para terapias de estimulación cerebrales no invasivas, pero nuestros datos sugieren que solo pueden ser objetivos efectivos para alrededor de un tercio de las personas”, añadió el científico.
El marco desarrollado por estos científicos abre nuevas puertas para mapear las desviaciones cerebrales en personas con enfermedades mentales. “El marco que desarrollamos nos permite comprender la diversidad de cambios cerebrales en personas con enfermedades mentales en distintos niveles, desde regiones individuales hasta circuitos y redes cerebrales más generalizados. Y eso ofrece una visión más profunda de cómo se ve afectado el cerebro en personas individuales”, concluyó Fornito. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)