Los barcos están hiriendo y matando a un tipo de manatíes en peligro de extinción a un ritmo alarmante, según alerta un reciente estudio. La investigación, publicada en la revista científica Endangered Species Research, documentó el aumento de la mortalidad del manatí antillano en las aguas de Belice, nación ubicada en la costa este de Centroamérica, como resultado de colisiones con las embarcaciones.
El estudio plantea preocupaciones sobre la supervivencia de lo que se consideraba una población relativamente saludable de estos manatíes en peligro de extinción, indicaron los investigadores.
Belice, que se encuentra en el borde occidental del Mar Caribe, alberga la mayor proporción de manatíes antillanos (Trichechus manatus manatus) en su área de distribución.
La criatura es una de las dos subespecies del manatí antillano (Trichechus manatus), también conocido como manatí norteamericano. La otra subespecie es el manatí de Florida (Trichechus manatus latirostris), que también se considera en peligro de extinción. Ambas subespecies están amenazadas por la pérdida de hábitat, la contaminación y otras actividades humanas.
Los manatíes son grandes mamíferos marinos totalmente acuáticos, a los que a veces se les llama vacas marinas. Se cree que la población de manatíes antillanos asciende a alrededor de 1,000 individuos, pero el turismo y el tráfico de embarcaciones han aumentado sustancialmente en las últimas tres décadas, lo que provocó un aumento en las lesiones y muertes de estos animales.
IMPACTOS DEL AUMENTO DE EMBARCACIONES
En el estudio de investigación de especies en peligro de extinción, los científicos querían evaluar los impactos del aumento del tráfico de embarcaciones en la población de manatíes.
Para hacerlo examinaron 25 años de datos de varamientos en Belice (que involucraron animales muertos o heridos) entre los años 1995 y 2019. Los investigadores también observaron seis estudios aéreos de la población de manatíes —realizados en 1997, 1999, 2000, 2001, 2002, 2014–, así como dos décadas de datos de registro de embarcaciones.
Los expertos descubrieron que la cantidad de colisiones de embarcaciones aumentó “significativamente” con el tiempo; de una a cuatro por año a fines de la década de 1990 y principios de la de 2000; y de 10 a 17 por año a fines de la década de 2010.
Los varamientos ocurrieron con mayor frecuencia en áreas donde había un mayor tráfico de botes, una alta densidad de población humana y hábitats de manglares; particularmente en la ciudad de Belice, la ciudad más grande del país, y el complejo turístico de playa de Placencia.
PROTEGER A LOS MANATÍES
“Sabíamos que estaban ocurriendo choques con botes, pero este estudio proporciona una fuerte evidencia cuantitativa de estos como una fuente creciente de mortalidad para los manatíes en Belice, y muestra las áreas donde el riesgo es mayor”, dijo el coautor del estudio, Marm Kilpatrick, biólogo y profesor del departamento de ecología y biología evolutiva de la Universidad de California, Santa Cruz, en un comunicado. “Estos hallazgos brindan una base para las medidas de conservación que se pueden implementar para reducir el riesgo”, añadió Kilpatrick.
Según los autores, los esfuerzos de conservación deben centrarse en reducir la cantidad de embarcaciones y la velocidad a la que pueden viajar en áreas con un alto número de manatíes.
“Este trabajo se compartió con los responsables de elaborar políticas públicas en Belice y contribuirá directamente a la planificación de la conservación, incluida la protección de áreas clave para los manatíes, como la desembocadura del río Belice y la laguna de Placencia”, dijo la primera autora, Celeshia Guy Galves, en un comunicado.
Galves ahora está afiliada al Instituto de Investigación del Acuario Marino Clearwater en Belice, pero dirigió el estudio mientras era estudiante de posgrado en la Universidad de California, Santa Cruz. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)