Abogado de 60 años, el líder del Partido Liberal, Efraín Alegre, se lanzó por tercera vez a la carrera presidencial en Paraguay con una amplia coalición de centro-izquierda, y se siente en las mejores condiciones para enfrentar la larga hegemonía de los colorados.
A pocos días de las elecciones presidenciales y legislativas que se celebrarán el domingo 30 de abril, la encuestadora Atlas da un virtual empate técnico entre Alegre (34.3 por ciento) y el economista Santiago Peña (32.8 por ciento), candidato del oficialista Partido Colorado, hoy fracturado con algunos de sus más importantes dirigentes sancionados por Estados Unidos por corrupción.
Entre los sancionados figura el exmandatario Horacio Cartes (2013-18), presidente del Partido Colorado y padrino político de Peña, de 44 años. Ante denuncias sobre la presencia de supuestos “hackers” que intentarían favorecer a Alegre en el voto electrónico, el candidato opositor aseguró en una entrevista con la AFP que los colorados “prácticamente están confesando que se sienten perdedores”.
—¿Teme que haya conflictividad post electoral?— pregunta AFP a Efraín Alegre.
—Puede haber. Estamos preparados para todos los escenarios. Ellos están trabando el trabajo de la justicia electoral. Están obstaculizando la entrega de los materiales. No vamos a permitir que las elecciones se suspendan, se van a hacer. Vamos a controlar 100 por ciento de las mesas, no va a haber fraude. Ellos saben que vamos a ganar, por eso se sienten nerviosos.
—¿Qué diferencia hay entre esta elección y la que perdió por tres puntos en 2018?
—Hoy estamos en condiciones de proteger y controlar todo el sistema electoral, todas las mesas. Estamos en condiciones de llevar adelante unas elecciones que nos garanticen el respeto a la voluntad popular. En estas elecciones hemos logrado un nivel de concertación sin precedentes en nuestra historia política: 40 organizaciones políticas, 150 organizaciones sociales están en la Concertación.
“Tenemos un escenario también de un modelo que ha colapsado, que muestra su peor rostro y es el modelo de Horacio Cartes con su secretario Santiago Peña, el modelo que está sindicado como significativamente corrupto, vinculado al crimen organizado trasnacional, al lavado de dinero”, añade.
“QUE NUESTRA POLÍTICA EXTERIOR SIGNIFIQUE HACER NEGOCIOS”
Los colorados han dominado la política de Paraguay desde la década de 1950, en dictadura y en democracia, salvo en el periodo 2008-2012, cuando con una alianza de partidos similar a la que apoya ahora a Alegre gobernó el izquierdista Fernado Lugo, destituido por el Congreso un año antes del fin de su periodo.
Bajo esa hegemonía, Paraguay estableció relaciones diplomáticas con Taiwán, un vínculo que Alegre cuestiona.
—Ha habido un cierto ruido por su posición frente a las relaciones con Taiwán y China. ¿Cuál privilegiaría si resulta electo?
—Sé que es un tema muy sensible, pero es bueno decir con claridad que nosotros creemos que en política exterior Paraguay tiene que jugar su partido. Queremos que nuestra política exterior signifique la posibilidad de hacer negocios.
“Las relaciones con Taiwán significan la pérdida de uno de los mercados más grandes, que es China. Paraguay hace un esfuerzo muy importante, un renunciamiento muy grande para tener relaciones con Taiwán, pero no estamos viendo desde Taiwán el mismo esfuerzo. Somos críticos. Vamos a analizar. Creemos que los intereses nacionales son fundamentales”, indica.
—¿Cuál es su postura frente a Mercosur y la dicotomía entre dar libertad para que se pueda llegar a acuerdos individualmente o mantener la regla del consenso— cuestiona AFP.
—Hay que fortalecer la integración. El proceso quizás ha sido un poco lento, quizás haya que ponerle tiempos pero no creo que sea este un momento en que se tenga que negociar en forma aislada que pueda significar un peligro para Mercosur. No creo que lo haga tampoco Uruguay. Creo que se va a preservar la integración del Mercosur y tenemos que avanzar en los acuerdos con la Unión Europea. N