Estados Unidos busca ampliar las “vías seguras, ordenadas y legales” para la migración, dijo este martes 11 de abril en Panamá el secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas. Sin embargo, advirtió que “las personas que ingresan ilegalmente al país continuarán enfrentando consecuencias, incluida la expulsión”.
“Aquellos que buscan venir a Estados Unidos deben aprovechar las vías seguras, ordenadas y legales que les estamos presentando”, dijo Mayorkas a la prensa. “Estados Unidos ha aumentado significativamente esos caminos, al igual que nuestros socios, y buscamos seguir ampliándolos como una alternativa al peligroso viaje que muchos emprenden”, agregó.
EL TEMA CENTRAL, LA MIGRACIÓN
Mayorkas se reunió con los cancilleres de Panamá, Janaina Tewaney, y de Colombia, Álvaro Leyva, para tratar el tema de la migración, en momentos donde alcanza un nuevo récord la cifra de migrantes que cruzan la selva del Darién en su camino a Estados Unidos.
En una declaración conjunta, los tres países mostraron su intención de “abrir nuevas vías legales y flexibles para decenas de miles de migrantes y refugiados como alternativa a la migración irregular”, aunque no especificaron tales medidas.
También se comprometieron a coordinar una campaña conjunta para “acabar con el movimiento ilícito de personas y mercancías a través del Darién” y a “poner en marcha un plan para reducir la pobreza” y crear empleo en la zona fronteriza entre Panamá y Colombia con ayuda internacional.
LA SELVA DE DARIÉN Y OTROS PELIGROS
Unas 100,000 personas han cruzado este año la selva de Darién en su travesía hacia Estados Unidos, seis veces más que en igual periodo del año anterior, según datos aportados a la AFP por el Sistema Nacional de Migración panameño.
En 2022 casi 250,000 migrantes cruzaron esta selva, una frontera natural de 266 km de largo y 575,000 hectáreas de superficie plagada de peligros como animales salvajes, ríos caudalosos y grupos criminales. Pese al riesgo, la cifra de migrantes que pasan por el Darién ha subido exorbitantemente en la última década, al pasar de 3,140 en 2013 a 100,000 en lo que va de 2023, según datos oficiales.
La mayoría de los migrantes que atraviesan el Darién son venezolanos, haitianos y ecuatorianos, aunque también hay asiáticos, principalmente de China e India, y africanos, sobre todo de Camerún y Somalia. “Cada uno de los países tuvieron la oportunidad de exponer sus preocupaciones y propuestas para un mejor manejo del flujo de personas con un enfoque siempre humanitario y de seguridad”, señaló Tewaney.
LA MUERTE, UNA CONSTANTE DE LOS MIGRANTES
Al menos 52 migrantes murieron en 2022 en la jungla panameña, según cifras oficiales, pero las autoridades desconocen la cifra real por lo inaccesible del terreno, la falta de denuncias y el abandono de los cuerpos. Para sepultar a migrantes que mueren en el Darién, hace un mes el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) entregó un centenar de nichos en el cementerio municipal de la aldea selvática de El Real de Santa María.
Los riesgos acompañan a los migrantes no solo en el Darién, sino en todo su trayecto: el 15 de febrero murieron 40 al volcar un autobús en el oeste de Panamá y otros 40 fallecieron el 27 de marzo en el incendio de un centro de detención en Ciudad Juárez, en el norte de México. N
(Con información de AFP)