Las dinámicas actuales que observamos a lo largo y ancho del planeta nos dan clara cuenta de la profunda complejidad e interdependencia que existe entre los diversos actores y fuerzas que dan estructura al sistema internacional.
Mucha tinta ya se ha empleado para presentar el estado que guardan las relaciones internacionales, y no es sorpresa que la crisis es la tónica que caracteriza nuestros días. Esta se refleja en el número de conflictos armados vigentes como el de Ucrania, Yemen, Siria y otros más a los cuales pareciera nos hemos acostumbrado. La crisis también implica una lucha continua entre Estados Unidos, Rusia y China por la hegemonía mundial.
A este escenario se suma la amenaza de una recesión global que afecta los mercados financieros, el comercio mundial, las paridades cambiarias y su consecuente impacto en instituciones bancarias y crediticias que han ido a la quiebra y otras que han logrado librarse de esto por los rescates multimillonarios de sus Estados.
A esta compleja trama se suma la proliferación de regímenes autoritarios, particularmente en América Latina y otras regiones en el llamado sur global, así como el creciente protagonismo de otros actores como el crimen organizado y el narcotráfico que desestabilizan aún más la ya endeble estructura internacional.
En este marco de crisis generalizada resulta oportuno detenernos a evaluar qué está pasando en un sector estratégico. Nos referimos al militarismo: la industria militar y la proliferación armamentista.
Precisamente, el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI) desde su fundación, en 1966, y hasta el día de hoy se ha constituido como uno de los más reconocidos y prestigiosos Think Tank enfocado en estudios estratégicos en temas de armamentismo, conflicto, seguridad internacional, paz y desarrollo.
ESTADOS UNIDOS, EL DOMINANTE
Este instituto recientemente publicó que las importaciones de armas por parte de los países europeos aumentaron 47 por ciento entre 2013 y 2022. al tiempo que las transferencias internacionales de armas disminuyeron en 5.1 por ciento en el mismo periodo.
Destaca en este ámbito la participación de Estados Unidos, ya que sus exportaciones aumentaron de 33 a 40 por ciento. Mientras, las rusas cayeron de 22 a 16 por ciento.
Este aumento de transferencias de armamento a Europa ha sido provocado en gran medida por la guerra en Ucrania y el decidido apoyo que estos países están dispuestos a otorgar a Kiev.
Mientras organizaciones internacionales como la ONU continúan debatiendo alternativas para encontrar una solución pacífica a la guerra en Ucrania y a otros conflictos mundiales, la industria armamentista tiene su propio ritmo y objetivos.
En la lógica de los asuntos globales no podemos obviar el peso tan significativo que ejerce el llamado complejo industrial militar (CIM) de las grandes potencias particularmente, el estadounidense.
Recordemos que en 1961 el presidente Dwight Eisenhower refirió la noción de complejo industrial militar para señalar a los grupos industriales estadounidenses que buscaban mantener una carrera armamentista en el marco de la Guerra Fría para su propio beneficio económico.
Hoy este CIM incluye todas las áreas de la industria militar, las redes de contratos, flujos monetarios y demás recursos vinculados directa e indirectamente con el sector armamentista y la industria militar.
INDUSTRIA MILITAR EN ASCENSO
El Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI) destaca que las empresas estadounidenses dominan la lista de los 100 del sector. Las ventas de armas de las 40 empresas estadounidenses incluidas en la lista ascendieron a 299,000 millones de dólares en 2021.
Resulta paradójico que, habiendo terminado la Guerra Fría, el sector militar apenas observó una ligera disminución entre 1990 y 2000, lo cual despertó entusiasmo al verse la posibilidad de que se estaba ingresando en una era de paz y desarme.
Sin embargo, a partir del año 2000 y hasta el día de hoy el gasto militar global ha aumentado de manera sistemática. Los países que más gastan en este rubro son Estados Unidos, que encabeza la lista y es seguido por China, India, el Reino Unido y Rusia, en ese orden. Juntos representan el 62 por ciento del gasto militar mundial.
En 2021, con todo y que el mundo estaba inmerso en la pandemia global por el covid-19, se alcanzó el récord máximo histórico de gasto militar con 2.1 billones (millones de millones) de dólares.
En esta lógica militarista global destaca el hecho de que, incluso antes de la guerra ruso-ucraniana, al cierre del año 2021 Estados Unidos sumó 37.9 por ciento de gasto armamentista mundial. Y los nueve países que le siguen, China, India, Reino Unido, Rusia, Francia, Alemania, Arabia Saudita, Japón y Corea del Sur, suman un total acumulado de 36.8 por ciento, lo que significa que solo Estados Unidos gasta más que los nueve países que le siguen en la lista. Y el resto de los países, más de 180, tienen un gasto entre todos ellos del 25.3 por ciento del total mundial.
¿PAZ O GANANCIAS?
Estados Unidos es evidentemente y por mucho el país que más presupuesto destina al sector militar. Solo como dato, su gasto en 2021 ascendió a 801,000 millones de dólares. En tanto, el presupuesto para la agencia de los Estados Unidos para el desarrollo (USAID) fue de tan solo 3,000 millones. Las prioridades para Estados Unidos son claras.
Por más organizaciones internacionales gubernamentales y no gubernamentales que hacen continuos llamados a la paz, la cooperación internacional, la ayuda para el desarrollo; por más esfuerzos para alcanzar la agenda 2030, cuyos 17 objetivos de desarrollo sostenible son una urgencia para atender las necesidades y rezagos de la población global, lo cierto es que el gasto en el sector militar muestra las prioridades de estos diez Estados que juntos suman más del 74 por ciento del gasto militar mundial, muy lejos de la ayuda para el desarrollo.
El sector armamentista, las empresas en este rubro, los contratos millonarios, difícilmente cederán sus ganancias para impulsar una paz duradera. Por el contrario, la proliferación de conflictos armados amenaza con hacerse cada vez más presente en el futuro próximo. N
—∞—
Luz Araceli González Uresti es profesora investigadora de Relaciones Internacionales de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del Tec de Monterrey. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad de la autora.
Newsweek en Español te recomienda también estas notas: