China ha echado mano de la tecnología de clonación para combatir su dependencia de las vacas lecheras importadas. Ello porque la demanda de artículos como leche y semillas diversas aumenta a la par que crece la población de clase media del país.
Sin embargo, a decir de un reportaje publicado en el Global Times —una publicación del Diario del Pueblo, perteneciente al Partido Comunista—, el gobierno chino debe importar hasta 70 por ciento de su ganado lechero.
Por ello, hace poco, con la finalidad de satisfacer una necesidad nacional, un equipo de científicos de la Región Autónoma Hui de Ningxia clonó tres vacas frisonas o Holstein como un primer paso para expandir la disponibilidad nacional de productos lácteos y reducir la dependencia china de bienes procedentes del exterior.
Poco después de la pandemia, China aumentó sus importaciones de lácteos estadounidenses. De hecho, el sitio web de Agri-Pulse Communications informó que, durante 2021, la importación china de lácteos producidos en Estados Unidos aumentó alrededor de 75 por ciento.
Según el artículo del Global Times, solo una minúscula proporción de las vacas lecheras de China es altamente productiva —apenas 5 de cada 10,000 animales—, y el país ha hecho grandes esfuerzos para preservar esos genes. Por ello, un proyecto de clonación dirigido a incrementar el ganado vacuno de gran productividad podría incrementar drásticamente la producción láctea del país oriental.
VAN POR 1,000 VACAS
El equipo científico de la Universidad Northwest A&F (sita en la ciudad de Xianyang, prefectura de Xaanchi, China) emprendió el proceso de clonación utilizando tejidos de la oreja de una vaca frisona o Holstein, raza comúnmente conocida como “supervaca”. Esta se obtiene mediante el método de crianza selectiva y se caracteriza por una producción de leche muy elevada, la cual puede ascender a 16.5 toneladas anuales de leche por cada animal.
A partir de esos tejidos, los científicos chinos produjeron 120 embriones, 50 de los cuales implantaron en “madres sustitutas”: vacas de baja producción que habrían de llevar a término la gestación.
El líder del proyecto, Jin Yaping, explicó a Global Times que el esfuerzo combinó la tecnología reproductiva con la de clonación, y que fue así como obtuvieron tres terneros viables, los cuales comparten muchas semejanzas tanto en la forma corporal como en el patrón del pelaje.
En su declaración a los medios, Jin agregó que, en vista del éxito obtenido con los clones, su equipo dedicará los próximos años a “construir” una manada integrada por más de 1,000 supervacas. El científico añadió que el proyecto es una “base muy sólida para resolver la dependencia de China de las vacas lecheras procedentes del exterior”.
CHINA Y LA CLONACIÓN
Este éxito con las vacas lecheras no es la primera incursión de China en el uso de la tecnología de clonación para mejorar el acceso a los alimentos. En 2015, el diario británico The Guardian informó que había dado inicio la construcción de la fábrica de clonación animal más grande del mundo.
La empresa china responsable del proyecto anunció que tiene planes de expansión en Pekín, donde espera clonar hasta un millón de reses cada año, e incluso contempla la posibilidad de clonar caballos de carreras y mascotas.
China ha renovado esfuerzos para convertirse en una nación autosuficiente mediante el desarrollo de tecnologías agrícolas con el objeto de mejorar el acceso a cultivos básicos y crear una nación con seguridad alimentaria.
A decir del artículo del Global Times, varios equipos científicos están llevando a cabo otros estudios innovadores con productos como maíz, soya, pollos de engorda y cerdos de cría.
Newsweek se puso en contacto con la Universidad Northwest A&F para solicitar comentarios, pero no recibió respuesta al momento de esta publicación. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek).