Un enorme sapo de caña, también conocido como gigante, una de las especies más invasoras del mundo, fue descubierto sentado al lado de una pista forestal en Australia.
El enorme anfibio, que luego se descubrió que pesaba la friolera de 2.69 kilogramos, se encontró en el Parque Nacional Conway, en Queensland. “Me agaché y agarré el sapo gigante y no podía creer lo grande y pesado que era”, dijo en un comunicado la guardaparques Kylee Gray, quien se había detenido para dejar que una serpiente cruzara la vía cuando vio al enorme animal a un costado del camino.
“Lo llamamos ‘Toadzilla’ [Sapozilla], y rápidamente lo pusimos en un contenedor para poder sacarlo de la naturaleza”, dijo Gray. Este ejemplar puede romper el récord mundial del sapo más grande jamás encontrado: el actual poseedor del récord mundial Guinness pesó 2.65 kilogramos en 1991.
Sin embargo, el sapo de caña no fue un espectáculo agradable para la guardaparques porque la especie se considera una plaga. Según la declaración del Departamento de Medio Ambiente y Ciencia de Queensland, al sapo posteriormente lo “sacrificaron humanamente”.
El sapo gigante, originario de América Central y del Sur, se introdujo en Australia en 1935 en un intento por controlar la población de escarabajos que destruía los cultivos de caña de Queensland.
Se trajeron al país alrededor de 2,000 sapos, pero a pesar del rápido aumento en su población, no lograron controlar el problema del escarabajo en la caña.
En cambio, el sapo gigante en sí mismo pasó a ser considerado una especie invasora y salvaje, con una población que ahora supera los 200 millones. Este anfibio se considera un problema debido a su impacto en otros animales salvajes nativos.
POR QUÉ NO QUIEREN AL SAPO GIGANTE
Además, los sapos en sí son tóxicos, lo que significa que los depredadores nativos e incluso las mascotas domésticas pueden morir si los muerden o los lamen. En algunos casos, las poblaciones locales de depredadores, como el monitor de manchas amarillas, una especie de lagarto, se redujeron hasta en un 90 por ciento después de que su hábitat se viera invadido por sapos de caña.
No solo eso, sino que el sapo gigante supera a las especies nativas por alimento y hábitats de reproducción, ya que se reproducen a tasas mucho más altas que algunas especies endémicas. Las hembras producen hasta 30,000 huevos en una sola temporada.
“Un sapo de caña de ese tamaño comerá cualquier cosa que pueda caber en su boca, y eso incluye insectos, reptiles y pequeños mamíferos”, dijo Gray, con respecto al sapo que potencialmente rompió el récord del más grande del mundo.
Basados en su tamaño, los guardabosques piensan que el sapo era una hembra: las hembras tienden a crecer más que los machos. “La encontraron a una altura de 393 metros, lo cual no es inusual, pero ha despertado mucho interés entre nuestro personal de guardabosques debido a su tamaño.
“No estoy segura de cuántos años tiene, pero los sapos de caña pueden vivir hasta 15 años en la naturaleza, por lo que este ha existido por mucho tiempo. Nos complace haberlo sacado del parque nacional”, dijo Gray.
El sapo ahora puede ser trasladado al Museo de Queensland, donde se pesará oficialmente. Si se confirma su peso, este sapo puede ser el más grande jamás encontrado. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek).