En la imaginación popular, los tiburones son vistos tanto con fascinación como con miedo, al menos cuando se trata de grandes depredadores como el gran tiburón blanco. Pero la realidad es que los humanos representan una amenaza mucho mayor para estas majestuosas criaturas marinas que ellos para nosotros.
Un estudio publicado en la revista Marine Policy en 2013 estimó que un aproximado de 100 millones de tiburones mueren cada año a causa de las actividades humanas. En comparación, menos de diez personas mueren como resultado de los ataques de tiburones cada año.
Boris Worm, autor del estudio de 2013, de la Universidad de Dalhousie en Halifax, Canadá, dice a Newsweek que esa investigación ya se actualizó y que la cifra de 100 millones aún parece mantenerse. Sin embargo, los últimos avances no se publicarán en una revista revisada por pares sino hasta finales de este 2023.
“Desafortunadamente, la mortalidad no ha disminuido a escala mundial desde el año 2019”, indica Worm. El avance de la industria pesquera mundial, junto con un crecimiento y tasas reproductivas relativamente lentos, ha dado como resultado una disminución progresiva de los peces condrictios o cartilaginosos, un grupo de animales que incluye tiburones, rayas y mantarrayas, en todo el mundo.
Alrededor de uno de cada tres de los más de 1,100 peces cartilaginosos conocidos ahora se encuentran en peligro de extinción, según muestran las cifras de un artículo de 2021 publicado en la revista Current Biology.
ESPECIES AMENAZADAS
La pesca excesiva afecta a todas estas especies amenazadas y es la única amenaza para el 67 por ciento de ellas, pero perjudica a muchas más que aún no se enfrentan al riesgo de extinción. Otras amenazas importantes incluyen la pérdida y degradación del hábitat, el cambio climático y la contaminación. “Lamentablemente, tres especies no se han observado en muchos años y se cree que ya están extintas”, explica Worm.
Las especies costeras en aguas tropicales y subtropicales parecen estar desproporcionadamente amenazadas, indica el estudio. La disminución de las poblaciones de peces cartilaginosos es particularmente significativa en el caso de los tiburones debido a su vulnerabilidad “excepcional” a la sobrepesca y al aumento de la demanda de productos derivados del tiburón.
Los tiburones mueren tanto como resultado de la caza deliberada como de la captura incidental, lo que se conoce como pesca no intencionada. El mayor móvil de la matanza de tiburones en todo el mundo es la demanda de productos de tiburón, que solía centrarse en las valiosas aletas, pero ahora incluye su carne, aceite de hígado y cartílago. “La demanda de carne de tiburón aumentó especialmente durante la última década”, explica Worm.
En el estudio de Marine Policy, los investigadores estimaron que el peso combinado de todos los tiburones muertos —como resultado de las actividades pesqueras declaradas y no declaradas— alcanzó una cifra total de 1.46 millones de toneladas en el año 2000 y 1.43 millones de toneladas en 2010.
HASTA 273 MILLONES DE TIBURONES POR AÑO
Cuando los científicos combinaron esta cifra con datos del peso promedio de los tiburones, obtuvieron un estimado de la mortalidad anual total de alrededor de 100 millones de tiburones individuales en 2000 y 97 millones en 2010, con un rango total de valores posibles que se extiende de 63 a 273 millones de tiburones por año.
Los investigadores también calcularon las tasas de explotación de las poblaciones individuales de tiburones y descubrieron que excedían las tasas de rebote promedio para muchas de ellas.
La disminución de las poblaciones de tiburones podría tener efectos negativos en los ecosistemas marinos para los que brindan servicios clave. “Los tiburones juegan un papel importante en el ecosistema como grandes depredadores que controlan a otras poblaciones y controlan en parte su abundancia y a dónde pueden ir con seguridad”, indica Worm. “Contribuyen a la estabilidad de los ecosistemas marinos”.
Como resultado, los esfuerzos de gestión y conservación son cada vez más importantes para reducir el número de muertes de tiburones en todo el mundo. Se han implementado muchas iniciativas para proteger las poblaciones de tiburones en todo el mundo y, en algunas regiones y para algunas especies, están funcionando bien, aclara el experto.
Por ejemplo, en 2009, la nación micronesia de Palau, en el Pacífico occidental, designó sus aguas nacionales como el primer santuario de tiburones del mundo. “Hoy se han creado un total de 17 santuarios en todo el mundo, esto incluye destinos de buceo populares como las Islas Maldivas y Bahamas, donde la mortalidad de tiburones es muy baja, ya que estas especies están protegidas de manera correcta”, expresa Worm.
ÁREAS MARINAS PROTEGIDAS
“Del mismo modo, las áreas marinas protegidas a gran escala pueden salvaguardar muchas especies amenazadas, incluidos los tiburones; por ejemplo, en las islas del noroeste de Hawái, donde recientemente se amplió la protección de toda la pesca”.
Las fuertes regulaciones pesqueras también han contribuido a la recuperación de algunas especies, por ejemplo, en Estados Unidos. “Los tiburones blancos son un buen ejemplo de una especie que ahora se está recuperando en ambas costas de ese país”, explica Worm.
“A escala internacional, la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Convention on International Trade in Endangered Species of Wild Fauna and Flora, CITES, por sus siglas en inglés) recientemente incluyó bajo su prohibición comercial a docenas de especies de tiburones amenazadas, las cuales son una herramienta eficaz para la conservación de especies.
“Del mismo modo, Estados Unidos acaba de seguir el ejemplo de Canadá al prohibir todo comercio de aletas de tiburón, la parte más valiosa de la mayoría de estos escualos”. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek).