Trabajando diariamente en la venta de desayunos es la manera en la que Guillermo Gutiérrez Guerrero ha apoyado con los gastos de su hogar desde hace 11 años, tras haber quedado parapléjico a consecuencia de un impacto de bala en la columna vertebral.
Todos los días se instala en la esquina del viaducto Rojo Gómez con la calle José María Bandera. Ofrece tamales, ya sea en torta o fritos; atole, café, jugos de naranja y enchiladas, donde acuden decenas de estudiantes, transeúntes y conductores, ayudando cada semana a su mamá a comerciar los productos que ella elabora.
Respecto a las dificultades a las que se enfrenta debido a sus problemas de movilidad que tiene, expresó: “Vaya que hay cierta gravedad, pero uno mismo hace las cosas, si tú dices que no la puedes hacer, pues no vas a poder, pero si te decides, pues lo realizamos; claro que nos cuesta un poco más de trabajo, a lo mejor me dilato un poco más, pero se logra, porque tenemos las ganas de laborar”.
Sobre la razón por la que ahora se desplaza con el apoyo de una silla de ruedas, rememoró que él vivió durante la época de la Federación de Estudiantes Universitarios de Hidalgo (FEUH), cuando un proyectil de bala en su columna le causó una paraplejía, en la década de 1990, hace 32 años.
“En esos tiempos existía una asociación estudiantil, la cual hacía y deshacía muchas cosas, y yo fui uno de los perjudicados de esa problemática: en una discoteca empezaron a sacar balazos y fue lo que pasó”, platicó Gutiérrez Guerrero mientras despachaba una orden de enchiladas a su cliente.
En cuanto a si después del incidente se sometió a alguna rehabilitación en las instituciones de salud estatales, confesó que estas “dependen de uno mismo”, pues para él consiste en tratar de hacer todas sus cosas por su cuenta, sin necesitar de alguien más.
A decir del señor Guillermo, la mayor problemática a la que se ha enfrentado es la falta de comprensión y capacitación de las personas, pues aseveró que no están preparadas para valorar a los individuos con discapacidad, aunque explicó que no le molesta, pues para él son “más capaces que muchas otras”; a su consideración, no hay algo que lo limite en realizar lo que se proponga.
El vendedor de desayunos platicó que, pese a haberse acercado a la Secretaría del Bienestar en la entidad para dejar sus papeles y poder recibir un apoyo, se encontró con la negativa para acceder dichos beneficios, pues esta ayuda para los que tienen esta afectación solamente contempla a los que estén dentro del rango de edad de 0 a 30 años.
EL PERCANCE
Guillermo Gutiérrez Guerrero quedó parapléjico tras una herida de bala en la columna vertebral, producto de una riña en un centro nocturno entre integrantes de la extinta FEUH, en 1990.
Refirió que el fortalecer los programas de trabajo y empleos para las personas con discapacidad “es lo más importante para que puedan generar y subsistir”.
Galilea Monroy I Pachuca de Soto