Un estudio revela que, entre las décadas de 1920 y 1930, durante la escalada de Adolfo Hitler al poder, los nazis fueron modificando el lenguaje de su propaganda con la intención de lograr la deshumanización gradual del pueblo judío.
A decir del artículo, publicado el 9 de noviembre en la revista Plos One, el análisis lingüístico de la propaganda de los nazis de aquella época revela que la descripción de los judíos pasó de un esfuerzo inicial para acallar la preocupación moral del pueblo alemán a la sugerencia de la gran capacidad de “malevolencia” de los judíos, lenguaje que cobró impulso a partir del Holocausto.
“Investigamos el uso de términos de estado mental considerados fundamentalmente humanos. En específico: experiencia, definida como la capacidad para tener sensaciones y emociones. Y sentido de agencia o la voluntad de tener pensamientos complejos, planificar y actuar intencionadamente”, explicó Alexander Landry, coautor del artículo y candidato al doctorado en estudios sobre conducta organizacional, en la escuela de posgrado en administración de negocios de la Universidad de Stanford, Estados Unidos.
Los nazis utilizaron la propaganda para retratar a los judíos como un pueblo incapaz de experimentar emociones y sensaciones humanas fundamentales, impresión que fueron acentuando para deshumanizarlos a los ojos del público alemán. Es muy posible que esto llevara la intención de inducir a los germanos a aceptar mejor la idea de emprender asesinatos masivos contra los judíos.
LOS NAZIS Y LAS PREOCUPACIONES MORALES
“Si reconocemos la capacidad de experiencia del otro damos cabida a la preocupación moral y a la necesidad de protección; mientras, el sentido de agencia hace que el otro sea moralmente responsable de una conducta. La capacidad de experiencia de los judíos disminuyó entre 1927 y el comienzo del Holocausto, en junio de 1941. Esto sugiere que [los nazis] les negaron la preocupación moral de los alemanes, lo que, a su vez, facilitó la violencia masiva y sistemática en su contra. Sin embargo, luego de iniciado el Holocausto, [los nazis] atribuyeron a los judíos niveles de agencia mucho mayores”, agregó Landry.
El coautor propone que ese cambio de lenguaje pudo formar parte del esfuerzo nazi para justificar la persecución. Es decir, retrataron a los judíos como un pueblo deliberadamente malévolo y “muy capaz de planificación e intencionalidad”, pero con una moralidad infrahumana.
Cuando Hitler y su partido alcanzaron el poder, en la década de 1920, los nazis no disimularon su postura frente a los judíos. De hecho, los responsabilizaron de las numerosas calamidades que por entonces oprimían a Alemania, entre ellas, la derrota en la Primera Guerra Mundial.
En 1933, una vez nombrado canciller, Hitler terminó por tomar el control del país y así, en 1935, aprobó una serie de legislaciones antisemitas que incluyeron las Leyes de Nuremberg, las cuales prohibían que los judíos desposaran o tuvieran relaciones sexuales con no judíos.
Hacia fines de la década de 1930 dio inicio la concentración judía en guetos, así como el traslado masivo a campos de concentración. Entre 1941 y 1945, la Alemania nazi emprendió el exterminio de aproximadamente 6 millones de judíos. En aquellos tiempos, eso representaba alrededor de dos terceras partes de la población judía de Europa y la tercera parte de los judíos de todo el mundo.
CÓMO SE HIZO LA INVESTIGACIÓN
Landry y su equipo recurrieron al Archivo de Propaganda Alemana, de donde obtuvieron 140 ejemplares de propaganda antisemita nazi que abarcaban el periodo de noviembre de 1927 a abril de 1945, y contenían un total de 57,011 palabras. A continuación, analizaron la prevalencia de términos específicos relacionados con el estado mental, diferenciando entre los vocablos asociados con el sentido de agencia (como “planificar” o “pensar”) y los relacionados con la experiencia (incluidos “lastimar” o “disfrutar”).
“Después aplicamos una herramienta psicolingüística para cuantificar los términos de estado mental fundamentalmente humano con que los textos propagandísticos describían a los judíos. Fue así como detectamos un patrón de prejuicio, en el que [los nazis] negaban cada vez más la capacidad judía para experiencias fundamentalmente humanas, tanto antes como durante el Holocausto”, explicó Landry.
El investigador opina que, de haber tenido acceso a más ejemplos de la propaganda de aquella época, es posible que el patrón identificado fuera incluso más marcado.
“Como esperábamos, gran parte del material propagandístico nazi se perdió durante la guerra. Y, por otro lado, aún hay un gran volumen de material que no se ha traducido del alemán. No obstante, lo más problemático [para nuestro estudio] es la escasez de materiales que documenten el periodo que precedió el ascenso de Hitler al poder [1927-1933], cuando los nazis eran un partido político marginal que todavía no tenía el control absoluto de los medios informativos de Alemania”, concluyó Landry. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek).