Hartos del encierro de la pandemia y preocupados por los efectos colaterales del covid-19, nos ponemos a temblar cada vez que los medios informan sobre los nuevos virus que irrumpen en escena. El incesante aumento de la viruela símica y la reaparición de la poliomielitis en el mundo desarrollado han agudizado las inquietudes del público, al tiempo que dan armas a la narrativa antivacunas en las redes sociales.
Ante la confusión y la infinidad de afirmaciones engañosas que circulan en línea, el Verificador Newsweek decidió analizar el tema de la poliomielitis: qué es, cómo se disemina y la relevancia histórica de las vacunas contra la polio.
Antes de proceder, es necesario que demos contexto a la enfermedad. El virus de la poliomielitis es un patógeno muy raro, pero extremadamente contagioso que, aunque identificado oficialmente en 1908, ha existido desde la antigüedad.
El mecanismo de transmisión del poliovirus es el contacto directo. Una vez que entra en el cuerpo, se hospeda en la garganta y en los intestinos del individuo contagiado.
PORTADORES ASINTOMÁTICOS
Muchos ni siquiera se dan cuenta de que tienen el virus en su organismo [portadores asintomáticos]. Sin embargo, hay casos mucho más graves en los que el agente infeccioso causa una parálisis irreversible.
Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), uno de cada cuatro individuos infectados experimenta síntomas semejantes a los de una gripa, con dolor de garganta, fiebre, fatiga, dolor de cabeza y molestias intestinales.
Desde hace décadas, las autoridades sanitarias han emprendido grandes esfuerzos para erradicar las formas “silvestres” [salvajes] del virus. Y esas campañas de vacunación han permitido erradicar la enfermedad en muchos países.
A decir de los CDC, visa la Organización Mundial de la Salud (OMS), el organismo internacional ha emitido la certificación de “libre de polio silvestre” en cinco de las seis regiones que supervisa: África, las Américas, Europa, el Sudeste Asiático y el Pacífico Oriental.
Pero, en los últimos meses, la poliomielitis ha reaparecido en áreas densamente pobladas del mundo desarrollado, incluidas las ciudades de Jerusalén, Nueva York y Londres.
Este repunte se ha acompañado de advertencias y declaraciones en redes sociales, donde los usuarios atribuyen el problema a la vacuna antipolio. Sin embargo, como en todo, la realidad es bastante más compleja.
LA AFIRMACIÓN SOBRE LA POLIOMIELITIS
Muchos aseguran que los recientes casos de poliomielitis se deben a la vacuna oral. Este método de inmunización aún se utiliza en varios países; sobre todo en lugares donde el virus aún es endémico, como Afganistán y Paquistán.
Un análisis genético determinó que la cepa de polio responsable de los incidentes registrados en Nueva York, Londres y Jerusalén es de origen vacunal, como confirma el incremento de casos observado en años recientes.
Por ejemplo, en 2020 hubo 1,081 casos vacunales en todo el mundo: tres veces la cifra de casos registrados en 2019. Y el 16 de agosto de 2022, Reuters informó que, hasta ese día, se habían notificado 177 casos, lo que motivó a las autoridades sanitarias a lanzar nuevas campañas de vacunación.
En julio de este año, Nueva York detectó el primer caso de poliomielitis en una década. Y dado que el individuo infectado nunca se inmunizó, la enfermedad evolucionó en poliomielitis paralítica.
MUESTRAS EN AGUAS RESIDUALES
Desde entonces, las autoridades sanitarias neoyorquinas han identificado varias muestras de aguas residuales que han dado positivo al virus —algunas de ellas vinculadas con ese primer caso—, de allí que algunos expertos sospechen que pueda haber cientos de personas infectadas.
No obstante, ya que no todos desarrollan los síntomas de la poliomielitis, es difícil seguir el rastro de la diseminación del virus.
Esto ha ocasionado que algunos insistan en que la vacuna es responsable de diseminar el patógeno. La afirmación preocupa a los expertos, pues muchas personas podrían optar por no vacunarse.
Entre tanto, abundan los usuarios de redes sociales que atribuyen el reciente brote a la vacuna oral. De hecho, un hilo de Reddit asegura que un brote registrado en África, hace dos años, fue “causado por la mutación de una cepa vacunal”.
Un usuario de Twitter fue más allá al cuestionar que Anthony Fauci, principal asesor médico del presidente de Estados Unidos, siga instando al público a recibir la vacuna.
“A ver si te entendí, ‘Fraudci’. Según tú, la solución a la polio derivada de la vacuna es administrar más polio derivada de la vacuna”, escribió el usuario de Twitter.
LOS HECHOS
Los CDC informan que hay tres variantes de poliovirus silvestre (WPV): los tipos 1, 2 y 3. El WPV tipo 2 se declaró erradicado en septiembre de 2015, después que India registrara el último caso en 1999.
Lo mismo sucedió con WPV tipo 3, que se declaró erradicado en octubre de 2019 tras detectarlo por última vez en noviembre de 2012.
De tal manera, la única cepa silvestre que persiste es el WPV tipo 1.
Debido a esta variación viral, es necesario proteger a la población contra los tres tipos de poliovirus, y para ello se utilizan dos vacunas distintas: la oral y la inyección de poliovirus inactivado.
Como han confirmado las autoridades sanitarias, el resurgimiento del patógeno en Occidente se debe a una cepa de poliomielitis derivada de la vacuna. Y, según los CDC, dicha cepa está vinculada con el poliovirus atenuado [vivo] que contiene la vacuna oral.
Para quienes no lo saben, dicha vacuna consiste en una suspensión que se administra directamente en la boca. Ahora bien, en el año 2000, Estados Unidos descontinuó esa vacuna a favor de la inoculación de poliovirus inactivado [muerto], la cual se aplica en un brazo o en una pierna. Y dado que el virus inactivado es incapaz de replicarse, no puede volver a su forma silvestre.
VACUNA ORAL ES SEGURA Y EFICAZ
Con todo, la vacuna oral se considera muy segura y eficaz, además de que su producción es muy económica. Por eso aún forma parte del esquema integral para reducir la circulación del virus en la escala global; sobre todo en los países en desarrollo.
El único riesgo de la inmunización oral es que existe una pequeña posibilidad de que el individuo vacunado disemine el virus a quienes no se han inmunizado. Por ejemplo, si un niño recibe la suspensión oral, el virus —que sigue vivo— permanece en su sistema durante unos cuantos días, convirtiendo al menor en un portador capaz de contagiar a otros.
Aquí es muy importante enfatizar que dicho mecanismo de transmisión no representa una amenaza para quienes ya están vacunados.
“La vacuna oral tiene dos inconvenientes. El primero es el riesgo para la persona inmunizada (casi siempre un niño)”, explicó a Newsweek el Dr. Paul Hunter, consultor de la OMS y profesor en la Escuela de Medicina de Norwich, parte de la Universidad de East Anglia, Reino Unido.
“Pero, tras la administración de la primera dosis oral, el riesgo de polio paralítica es de dos a tres casos por millón de dosis. Y el riesgo disminuye mucho más con las dosis subsecuentes”, prosiguió Hunter.
¿UN INCONVENIENTE MÁS?
“El segundo inconveniente es que, luego de recibir la vacuna oral, el niño elimina el virus durante algún tiempo, lo cual significa que puede contagiar a otras personas”.
“Si esas personas perpetúan el ciclo, el poliovirus, eventualmente, podría recuperar su virulencia. Y conforme prosiga la transmisión, empezaría a causar la forma paralítica de la enfermedad en individuos contagiados”.
Por otra parte, Hunter precisó que, si bien la vacuna inyectada no causa parálisis ni permite que el virus se disemine a otras personas, ese método de inmunización no reduce la transmisión del poliovirus salvaje. “Por eso la vacuna oral aún se utiliza en algunos países, sobre todo donde el poliovirus silvestre sigue presente.
“Toda epidemia inicia con una serie de incidentes aleatorios, y este [incremento de casos] no es distinto”, previno.
“Es posible que un niño recién vacunado en uno de los países donde aún se usa la vacuna oral llegara al Reino Unido y se asentara en un área con cobertura vacunal especialmente baja, y con la consiguiente inmunidad poblacional limitada”, conjeturó Hunter.
“Cada año, el Reino Unido detecta un par de muestras de aguas residuales que dan positivo a poliovirus. Esto sugiere que el virus entra en el país con regularidad, pero no se disemina”, prosiguió el consultor de la OMS.
VACUNA SÍ O SÍ
“Ahora bien, si el virus circulara en la población, sería casi inevitable que viéramos incidentes de parálisis, como el que ocurrió hace poco en Nueva York. Si el poliovirus circulara en la población durante meses, podría experimentar una mutación que le devolviera la virulencia y aumentara el riesgo de parálisis en individuos no vacunados”.
Por eso los expertos hacen énfasis en la necesidad de administrar la vacuna a las personas que no están inmunizadas.
En 2017, tras una sesión de preguntas y respuestas, la OMS determinó que en todo el mundo se habían administrado más de 10,000 millones de vacunas orales a más de 3,000 millones de niños: “De esa manera, se evitaron más de 13 millones de casos de polio, reduciendo la enfermedad en más de 99 por ciento. Durante ese tiempo, 21 países registraron 24 brotes de poliovirus vacunal circulante, los cuales derivaron en menos de 760 casos de poliomielitis”.
A decir de la organización, el reducido riesgo de poliovirus vacunal circulante está más que compensado por los beneficios de salud pública asociados con la vacuna oral.
“El remedio es igual para todos los brotes de poliomielitis: inmunizar a todos los niños con varias dosis de vacuna oral para detener la transmisión de la enfermedad, no obstante el origen del virus”, sentencia la OMS.
Por su parte, Hunter añadió que el riesgo del virus es “minúsculo” para las personas que estén “al día en sus esquemas de vacunación”.
“Quienes viven en áreas donde circula el virus y no han completado sus esquemas de vacunación, corren un riesgo muy real que aumenta conforme el virus muta y evoluciona”, concluyó.
¿El dictamen? Hace falta mayor contexto.
VERIFICADOR NEWSWEEK
Es verdad que los nuevos casos de polio registrados en todo el mundo están asociados con una cepa vacunal. La diseminación se debe a la “eliminación viral” de los individuos inmunizados (quienes, habitualmente, no desarrollan la enfermedad).
Ese tipo de diseminación solo amenaza a las comunidades insuficientemente inmunizadas. Si la mayor parte de una población evita la vacuna y el virus sigue circulando, el patógeno podría volverse más peligroso. Dicho de otra manera, la inmunización generalizada es indispensable para prevenir contagios. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek).