Tania Morales recuerda que, desde los tres años, su hijo Luis le dijo en varias ocasiones que era hombre. Desde su nacimiento Luis fue sociabilizado como mujer, de acuerdo con las condiciones biológicas con las que nació. Sin embargo, alrededor de los 13 años, tras leer Este libro es gay, de Juno Dawson, Luis le explicó a su mamá que no era una joven, sino un chico trans.
Al recordar su primera reacción, Morales nos cuenta: “Lo primero que me dio fue miedo de desconocer lo que mi hijo me estaba diciendo. Y, por otro lado, en esa época, cuando buscabas sobre el tema por tu cuenta, te encontrabas con información llena de prejuicios y mitos”.
Lo más difícil para los padres de infancias trans es dejar atrás las expectativas sobre sus hijas e hijos para darle cabida a la voluntad del infante. Tania Morales describe que se dedicó a buscar información y se inscribió en un diplomado. Y lo más importante, conoció a personas trans. Entonces se dio cuenta de que su hijo, que eligió el nombre de Luis, siempre le había comunicado de muchas formas que era un chico trans.
La falta de vínculos afectivos desde la infancia con personas que viven procesos similares como personas trans es una de las razones por las que quienes pertenecen a este colectivo se sienten aislados y resienten más los sucesos discriminatorios o las posiciones que patologizan como anomalía su identidad.
DIÁLOGOS INTERGENERACIONALES ENTRE TRANS
Por esta razón, la activista y defensora de derechos humanos Jessica Marjane fundó la Red de Juventudes Trans de México, la cual tiene como objetivo crear diálogos intergeneracionales entre personas trans.
Marjane recuerda que tuvo el apoyo de su familia durante su transición. Sin embargo, las violencias en el exterior la movilizaron para no solo formar la Red de Juventudes Trans, sino estudiar derecho y convertirse en defensora de derechos humanos.
“El asesinato de Alessa [Flores] en 2015 fue también un parteaguas para mí. Ella era una trabajadora sexual joven, fue asesinada en un hotel, y su caso aún sigue impune”, recuerda Marjane.
Esta dolorosa remembranza sobre el transfeminicidio de Alessa Flores visibiliza las condiciones de violencia a las que están expuestas las personas trans.
Jessica Marjane pone el tema sobre la mesa: “De acuerdo con organizaciones internacionales como Transgénero Europa, México ocupa el segundo lugar en crímenes de odio, después de Brasil. También la Comisión Interamericana de Derechos Humanos calcula una expectativa de vida de 30 a 35 años para las personas trans. Y esto es muy importante porque yo lucho porque no se nos condene a una cifra tan corta como esta por crímenes de odio”.
TRANS: EN DEFENSA DE LOS DERECHOS DE LA NIÑEZ
Tanto Jessica Marjane como Tania Morales mencionan que uno de los grandes problemas en el reconocimiento de las infancias y juventudes trans es el adultocentrismo. Es decir, que se piensa que las infancias y juventudes son incapaces de identificar con lucidez su identidad.
A ese respecto, Morales argumenta: “Pareciera que la sociedad piensa que solo las niñas, niños y niñes trans se cuestionan este conocimiento de quiénes son. El cuestionamiento no es hacia la edad, porque si una niña cisgénero de cuatro años dice que es niña, no se le cuestiona. Pero si es una niña trans, sí.
“Así que en realidad es un pretexto para seguirles negando derechos a personas que viven de forma diferente a lo que es la norma”.
Uno de los ataques que hay al reconocimiento de las infancias trans es poner en duda la capacidad de los infantes de autodefinirse. E incluso, culpar a las familias de provocar o consentir modificaciones a sus cuerpos que puedan ser irreversibles, como la hormonización u operaciones.
Morales comenta que estas acusaciones salen de la realidad de la vivencia de las familias con infancias trans: “Yo nunca he conocido a una familia que me diga que quiere operar a su hija o hijo para que se vea de una manera. Además, me parece que lo más importante es que la gente sepa que, a menor edad en que se reconoce el género de la persona, menor complicación tiene con su cuerpo”.
EL ERROR DE LOS “CUERPOS EQUIVOCADOS”
Lo que explica Tania Morales es que pensar que las personas trans están en cuerpos equivocados es un razonamiento erróneo. De acuerdo con la madre de familia y activista, la simbolización del cuerpo es social. Es decir, cuando a un infante trans se le dice que sus genitales o ciertas características físicas le impiden su identidad, entonces es cuando hay un deseo por cambiar su corporalidad.
“Porque si yo a una persona le digo que no puede ser niña porque tiene un pene, lo que va a querer cambiar obviamente va a ser su pene. Si en cambio yo le digo a una niña que claro que es una niña (incluso nombrándola trans), y desde el principio reconozco su género, esta niña nunca va a simbolizar su cuerpo en relación a su género”, especifica Morales.
Asimismo, los asuntos de los estereotipos de género se han convertido en una forma de atacar al movimiento de reivindicación de infancias trans. Lo anterior se debe a que se simplifica que el reconocimiento de lo trans en la infancia se hace a través de que el infante tenga gustos diferentes a los que marca los estereotipos de género.
Por ejemplo, quienes atacan al movimiento argumentan que, si a una niña le gusta el futbol, es motivo suficiente para nombrarla trans, lo cual es peligroso. En contraposición, Morales dice que este tipo de razonamientos son reduccionistas y no se adaptan a las experiencias de las familias trans.
“Los gustos son independientes al género. Esto es solo una percepción de cuál es tu lugar en el mundo y cómo vives como persona. Incluso las nuevas generaciones de infancias y adolescencias trans están rompiendo los estereotipos de género”, remarca la abogada.
ESPERANZAS Y MUCHO TRABAJO POR HACER
Tanto Jessica Marjane como Tania Morales reconocen que México ha tenido avances respecto al reconocimiento de la identidad de género. Sin embargo, estos no son uniformes en todos los estados.
Según Marjane, el gran problema es la homologación de documentos que evita que las personas trans puedan gozar de su derecho a la educación, salud, vivienda, etcétera. Si bien estos trámites son posibles, la información disponible sobre cómo realizarlos es poca e insuficiente.
Morales indica que solo en Jalisco no es necesario ser oriundo del estado para poder realizar el trámite de cambio de género en documentos de identidad.
“Sin embargo, la discriminación sigue institucionalizada. Todo el tiempo estamos leyendo las posturas de personas sobre este tema, y eso de pronto nos hace pensar en que, si bien ya tenemos algunos avances legales, todavía hay mucho por hacer. Hasta que las personas trans no dejen de ser señaladas o juzgadas, no podremos descansar”, puntualiza la fundadora de Infancias Trans.
ALIANZAS QUE BRINDAN APOYO
La posibilidad de reconocernos en quienes están pasando por procesos similares no solo nos da compañía. También nos dota de confianza y protección en nuestro camino. Jessica Marjane recuerda que las alianzas que ha hecho con otras personas trans le han permitido crear redes de apoyo que van desde atención a la salud hasta grupos de arte y poesía.
Mientras, Tania Morales se siente orgullosa de ver que su hijo Luis, quien ahora tiene 17 años, se ha convertido en un activista medioambiental y que se ha unido a causas como #MenstruaciónDignaMéxico para visibilizar que los hombres trans y las personas binarias también menstrúan.
Morales relata que uno de los recuerdos más gratificantes que ha vivido como fundadora de Infancias Trans fue cuando 17 familias de varias partes de la república viajaron a tramitar el acta de nacimiento de sus hijos.
“Yo veía a niñas y niños esperando entrar en el registro civil y, mientras tanto, jugaban, compartían y platicaban. Ahí también estalló mi corazón porque fue algo histórico: la oportunidad de que personas trans de edades tan tempranas hayan podido conocerse y hacer amistad. Ese día todas las infancias y adolescencias salieron con sus actas de nacimiento con sus caritas llenas de emoción”. N