Recientemente se identificó una variante del coronavirus en Francia. Se llamó B.1.640.2, pero es demasiado pronto para decir mucho sobre ella con base en la poca cantidad de casos conocidos.
La variante fue descrita en un estudio publicado el 29 de diciembre después de que se identificaron 12 casos en el sudeste de Francia a finales del año pasado después de que un paciente regresó de Camerún.
Ese paciente, un hombre, desarrolló síntomas leves un día antes de su diagnóstico, a mediados de noviembre de 2021. Las pruebas mostraron una combinación “atípica” de mutaciones en el genoma de espiga que no correspondía con el patrón visto en la variante delta.
La secuencia genómica se llevó a cabo en el hospital universitario del Instituto Mediterráneo de Infecciones. El estudio reveló algunas mutaciones similares a las vistas en otras variantes, incluida la ómicron. El análisis de la variante exhibió 46 mutaciones junto con 37 supresiones en su genoma.
El informe que describe la variante no ha sido revisado por sus pares, lo cual significa que todavía no es evaluado rigurosamente por otros científicos. De modo que los hallazgos deben ser tomados con cautela. Fue publicado en el repositorio previo a impresión de medRxiv.
También debe señalarse que la variante no es tan nueva. La primera secuencia fue cargada en la base de datos GISAID de secuencias del covid-19 el 4 de noviembre. Es decir, tres semanas antes de que se cargara la primera secuencia de ómicron, según tuiteó Tom Peacock, virólogo del Colegio Imperial de Londres.
Además, no fue sino hasta principios de diciembre que se propuso separar la B.1.640.2 de su linaje familiar más viejo, B.1.640, dado el surgimiento de nuevas mutaciones.
AÚN NO PROVOCA PREOCUPACIÓN
La B.1.640 fue identificada en septiembre y fue puesta bajo monitoreo por los Centros Europeos para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC). Pero todavía no ha sido elevada a un nivel más alto de preocupación. Por lo menos los reportes sobre esta variante han afirmado que es más infecciosa que ómicron, pero no está claro si en realidad es así.
Según el estudio del 29 de diciembre, no es posible decir mucho sobre cuán rápido se propaga la B.1.640.2 o qué tipo de enfermedad provoca.
“Es demasiado pronto para especular sobre las características virológicas, epidemiológicas o clínicas de esta variante IHU con base en estos 12 casos”, decía.
Cierta cantidad de científicos ha minimizado la preocupación por la B.1.640.2 —también llamada variante IHU en el estudio del 29 de diciembre— en este momento.
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Peacock describió la variante como “definitivamente no una por la que valga la pena preocuparse mucho al momento”. Y señaló una cantidad relativamente baja de secuencias identificadas —alrededor de 20 hasta el lunes— en comparación con la ómicron.
Mientras tanto, Francois Balloux, director del instituto de genética en el Colegio Universitario de Londres, tuiteó el lunes que la B.1.640.2 “no ha mandado a cientos de personas [a la] unidad de cuidados intensivos en Francia”. Y le aconsejó a la gente que “por favor, relájense por ahora”.
En contraste, la ómicron continúa provocando un aumento en los casos de coronavirus en todo el mundo. Información de la Universidad Johns Hopkins sugiere que solo Estados Unidos reportó más de un millón de casos nuevos en un solo día, el lunes, un récord mundial. N
(Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek)