Una carta escrita por la emperatriz de Rusia Catalina la Grande, en 1787, en la cual defiende la vacunación, se vendió en una subasta por 1.26 millones de dólares junto con un retrato de ella.

El retrato hecho por Dmitry Levitsky, así como la carta sobre los beneficios de la vacunación contra la viruela, fueron subastados por McDougall’s en Londres el pasado 1 de diciembre.

El fundador de la casa de subastas, William McDougall, confirmó la cifra. El nombre del comprador no fue dado a conocer.

“La carta de Catalina la Grande recibió un gran interés y publicidad en Rusia y Occidente dada su relevancia con los eventos actuales”, explicó McDougall. “Aun más, el retrato era una inusual pintura contemporánea de Catalina por un ruso, y por ello es importante para la historia del arte ruso”.

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La carta y el retrato habían sido valuados entre 1 millón y 1.6 millones de dólares.

La famosa emperatriz rusa fue la primera de su país en vacunarse contra la viruela después de que su futuro marido quedó desfigurado durante una epidemia de la enfermedad.

La monarca escribió la carta para explicar cómo organizar una campaña de vacunación a gran escala y advertir que sin la vacunación habría un “gran daño, especialmente entre la gente común”.

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Catalina la Grande (1729-1796), también conocida como Catalina II, escribió la carta “sobre inocularse contra la viruela en partes de la actual Ucrania” durante un viaje a Crimea. Estaba dirigida al conde Piotr Aleksandrovich Rumiantsev.

La carta es el primer documento conocido sobre la primera campaña de vacunación en Rusia, según la casa de subastas, que se especializa en arte ruso.

McDougall dijo que la carta es “ciertamente de actualidad al momento” y que es “muy interesante que líderes eminentes incentivando la vacunación no sea algo nuevo”.

La carta reza: “Conde Piotr Aleksandrovich, entre los otros deberes de las Juntas de Bienestar en las Provincias confiadas a usted, uno de los más importantes debería ser la introducción de la inoculación contra la viruela, la cual, como sabemos, provoca gran daño, sobre todo entre la gente común.

“Dicha inoculación debería ser común en todas partes, y ahora es mucho más conveniente, ya que hay médicos o asistentes médicos en casi todos los distritos, y no requiere de un gran gasto.

“Para sentar un ejemplo de esto, emita una orden a la primera oportunidad en cada pueblo provincial, de contar las superfluas residencias conventuales restantes o los monasterios pequeños que han sido abolidos, y de construir la cantidad mínima de alojamientos para la estadía temporal de quienes no sean capaces de recibir esta inoculación en casa; el dinero necesario para esto puede tomarse de los ingresos del pueblo.

“Los médicos provinciales pueden aclarar este asunto, especialmente ahora que enviamos gente que tiene un salario bajo contrario a las regulaciones: así, ya que el Dr. Gund en Nóvgorod-Síverski puede llevar a cabo exitosamente esta inoculación, entonces añádanse 300 rublos a su salario regular del ingreso remanente de las otrora fincas monasteriales. Por lo demás, mantenemos una disposición favorable por usted”.

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Está firmada “Catalina” y, según la casa de subastas, cuenta con su firma personal.

McDougall comentó que este no solo es un documento único y auténtico de esa época, “sino también un testimonio extremadamente pertinente del arte de gobernar y previsión mostradas por la gran monarca”.

Catalina la Grande gobernó Rusia desde 1762 hasta su muerte, en 1796.

Después de ser vacunada exitosamente contra la viruela, “escribió orgullosamente a su embajador plenipotenciario en Gran Bretaña, el conde Ivan Grigorievuch Chernyshev”, a quien le dijo: “Ahora solo tenemos dos temas de conversación: el primero es la guerra (ruso-turca), y el segundo es la vacunación”, según la casa de subastas.

“Empezando por mí y mi hijo, quien también se recupera, no hay una casa noble en la que no haya varias personas vacunadas, y muchos se arrepienten de haber padecido de viruela de forma natural y, por tanto, no pueden estar a la moda. El conde Grigory Grigorievich Orlov, el conde Kirill Grigorievich Razumovsky e incontables más han pasado por las manos del Sr. Dimsdale, e incluso bellezas renombradas… Esto es lo que significa dar el ejemplo”.

El retrato que fue vendido con la carta fue descrito por la casa de subastas como “uno de los ejemplos de la iconografía de Catalina la Grande, los cuales son extremadamente raros en el mercado del arte”. N

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(Este artículo fue proveído por Zenger News. Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek)