Expertos consultados por Newsweek México coinciden en un punto toral: pese a la pandemia, la industria de reuniones se halla más viva que nunca.
NO FUE CASUAL que hace siete meses, en febrero de 2021, tras la segunda ola de contagios de covid-19, la Secretaría de Turismo de México haya desarrollado una mesa de trabajo con el objetivo de elaborar un programa de reactivación gradual turística-sanitaria para la industria de reuniones.
Esta industria, responsable de generar unos 900,000 empleos, es piedra toral en el desarrollo del país, pues representa una derrama económica de 35,000 millones de dólares, equivalentes a 1.8 por ciento del PIB nacional.
Adicionalmente, la industria de reuniones tiene especial importancia porque el participante nacional e internacional que asiste a congresos, convenciones, viajes de incentivos o exposiciones viaja con un mayor presupuesto y gasta 53 por ciento más que el turista de placer.
En aquella reunión, en la que participaron representantes de cámaras y asociaciones del sector turístico estatales y nacionales, así como oficinas de visitantes y de convenciones, el desafío primordial planteado fue retomar las actividades de esta industria, para lo cual se diseñaron estrategias de protocolos para la reactivación de eventos híbridos y presenciales tanto en espacios abiertos como cerrados y generar filtros de eventos que sean auditados antes de su ejecución con el objetivo de verificar que cuentan con los protocolos de eventos seguros ante el covid-19.
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“La industria de reuniones ha logrado para México un gran posicionamiento mundial porque estamos muy bien preparados, tenemos muchos años en este segmento y estamos listos para recibir congresos y eventos internacionales”, expresa María Guadalupe Robles León, directora general de la Feria Estatal de León, Guanajuato, en entrevista con Newsweek México.
“Tenemos destinos que llevan muchos años en este camino —añade—. Creo que nos siguen reconociendo a escala mundial como un destino de excelencia por los servicios y la profesionalización del sector. Es una de las grandes fortalezas que tenemos, que somos una industria capacitada, certificada y muy unida”.
De acuerdo con Robles León, este sector engloba lo que anteriormente era conocido como turismo de negocios. Ahora esta industria va más allá, es decir, engloba congresos, convenciones, exposiciones, viajes de incentivos y todos aquellos eventos que se agrupan en la expresión “industria de reuniones”.
Fernando Olvera Rocha, secretario de Turismo de Tamaulipas, apunta por su parte que, cuando se menciona la industria de reuniones, lo primero que se viene a la mente es la derrama económica, pues un congreso genera incrementos en la ocupación hotelera, de restaurantes, de compras en el destino, de actividades de recreación, de turismo y recorridos y alrededor del congreso.
Sin embargo, añade, la realidad es que también se genera un gran beneficio en otras áreas, como la aportación del saber especializado que llega al destino sede. “Este acelera la curva de conocimiento y experiencia de la gente del sector donde se lleva a cabo el congreso. Por ejemplo, los mismos doctores de la región aprovechan para escuchar a colegas con alguna especialidad adicional que a lo mejor no es su área o campo de conocimiento, y ese nuevo saber lo aplican en sus comunidades”.
Frente a la nueva era que representa la pandemia, el funcionario del gobierno tamaulipeco considera que, si bien es cierto que la tecnología ha dado grandes lecciones para lograr reuniones o congresos virtuales, es muy clara la necesidad de que se reactiven las reuniones de manera presencial.
“Esta pandemia nos obligó a integrarnos en el formato tecnológico de videoconferencia o conferencias virtuales, y es claro que esta vida híbrida la seguiremos llevando, pero también nos hemos dado cuenta de que es fundamental la presencia física, el uno a uno, el poder revisar los proyectos de manera presencial. Y eso deja más que claro que si alguien en 2020 pensó que los congresos tenían sus días contados se equivocó”, opina Olvera.
CONTACTO CARA A CARA
Por su parte, Jaime Salazar Figueroa, otrora presidente del Consejo Mexicano de la Industria de Reuniones (Comir) y actual director de Informa Markets México, manifiesta que no hay como una reunión cara a cara para negociar, por ejemplo, la compra de destinos, de cuartos-noche o de transportación con los distintos proveedores.
“El ser humano por naturaleza necesita de contacto cara a cara. Necesita estar presente con otros seres humanos. Así está diseñado, más que para tener una protección ante los peligros o el alimento, es para mantener la estabilidad emocional”, opina, entrevistado por este medio.
Y añade: “Las reuniones personales difícilmente se pueden llevar a cabo de manera digital, que se hace, pero en la parte digital pierdes la comunicación no verbal, solamente ves una cabeza parlante, que es lo único que está en una pantalla, pero no percibes la intencionalidad de las palabras y de la forma en que te lo están diciendo, de ahí que es fundamental la presencia física”.
De acuerdo con Salazar Figueroa, la industria de reuniones está muy lastimada, igual que el turismo, pues en los últimos 18 meses padeció caídas de entre 80 y 90 por ciento en comparación con las ganancias que generó en 2019.
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Por ello, expone, ahora deben crearse propuestas de valor que incluyan la parte digital, la cual llegó para quedarse, y no para desplazar lo presencial, pero sí para complementarla perfectamente: “En lo digital te puedes seguir reuniendo todos los días, de modo que se prolonga la posibilidad de impactar a los compradores.
“Sin embargo —añade—, las reuniones presenciales ofrecen beneficios de 360 grados. Generan derramas económicas en el destino, más allá de los peajes y la transportación, pues los visitantes consumen alimentos, bebidas, hoteles, buscan esparcimiento, entretenimiento, necesitan servicios profesionales, salas de juntas, de personal, intérpretes, traductores, etcétera. La derrama es muy potente”.
En ese sentido, el secretario de Turismo de Guanajuato, Juan José Álvarez Brunel, considera que la industria de reuniones conforma una cadena de valor sumamente relevante, pues, además de que los nombres del estado, de la ciudad y del recinto sede tienen una gran promoción y exposición, también se genera un importante desarrollo de la economía local con toda la clase de proveedores contratados por los organizadores y expositores.
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“Las ciudades sede generalmente cuentan con una base de proveedores profesionales que brindan confianza a quien va a hacer su exposición y para atender servicios externos de la feria, muy particularmente hoteles, restaurantes y ofertas de turismo que utilizan los expositores y visitantes para conocer la región”, explica el funcionario. “Eso abona a la cadena de valor tan importante y tan relevante que tiene el turismo y que la pandemia ha dejado ver con mucha claridad. Es mucho más importante de lo que pensamos que era y, en ese sentido, esa es la gran ventaja de desarrollar esta industria”.
Ahora el reto es evolucionar y entender cómo seguir manteniendo en pie la industria de reuniones en la era del covid-19, diagnostica Álvarez Brunel. “Vemos al sector con muchas ganas de salir adelante, pero, sobre todo, con mucha responsabilidad para entender qué y cómo podemos hacer para ser grandes anfitriones de los eventos”.
“Debemos mandar un mensaje muy claro de que sabemos en dónde estamos parados y que sabemos medir los retos —concluye—. Pero también tenemos esta resiliencia para participar en una dinámica que tampoco se va a acabar, que va a evolucionar, que está evolucionando y, lo más importante, entender que, en esta sinergia de ideas y talento en la industria, vamos a hacer que México vuelva a retomar su lugar de relevancia”. N