EL AEROPUERTO de Kabul, la ciudad capital de Afganistán, fue escenario este lunes de imágenes impactantes que muestran a gente desesperada que intenta subir o colgarse de un avión militar para poder salir del país, ya que los vuelos comerciales han sido suspendidos.
Sin embargo, miles de afganos buscan desesperadamente otras opciones que les permitan huir del país tras la llegada del régimen talibán después de 20 años de guerra.
Los talibanes entraron el domingo en Kabul y clamaron “victoria” desde el palacio de gobierno, horas después que el presidente Ashraf Ghani huyera al extranjero.
El caos se ha extendido por todo el país por el temor de que los talibanes instauren el mismo régimen fundamentalista que imperó cuando dirigieron el país entre 1996 y 2001.
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Por ahora se desconoce el paradero exacto de Ashraf Ghani, pero, de acuerdo con el canal afgano Tolo News, estaría en Tayikistán.
“Unidades militares del Emirato Islámico de Afganistán entraron en la ciudad de Kabul para garantizar la seguridad”, tuiteó el portavoz de los insurgentes, Zabihullah Mujahid. “Su avance continúa con normalidad”, añadió.
Por la noche, la televisión afgana difundió imágenes de combatientes afganos dentro del palacio y clamando “victoria”. “Nuestro país ha sido liberado y los muyahidines son victoriosos en Afganistán”, dijo un militante al canal de noticias Al Jazeera desde el palacio presidencial.
FORTALEZA Y VICTORIA DE LOS TALIBANES
Bastaron diez días para que el movimiento islamista radical, que había comenzado una ofensiva en mayo aprovechando el inicio de la retirada de las tropas estadounidenses y extranjeras, tomara el control de casi todo el país.
“La derrota es total tanto para el gobierno como para las fuerzas de seguridad afganas, a las que Estados Unidos ha estado financiando durante veinte años con decenas de miles de millones de dólares”, informó AFP.
Uno de los cambios inmediatos que han anunciado los talibanes es el del nombre del país, que pasará a ser “Emirato Islámico de Afganistán”.
Afganistán quedó desprotegido sin las fuerzas armadas extranjeras, lo que impulsó los ataques de los talibanes que fueron superiores a los del ejército de ese país, lo que los llevó finalmente al poder, 20 años después de haber sido expulsados por una coalición encabezada por Estados Unidos debido a su negativa de entregar al líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001.
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La guerra más larga liderada por Estados Unidos terminó con la victoria de los talibanes y se cimentó con la huida del presidente Ashraf Ghani, así como con la llegada de helicópteros estadounidenses para evacuar al personal de su embajada.
El resultado de la “victoria” de los talibanes tiene que ver con el fracaso de Estados Unidos a “construir un gobierno democrático capaz de resistir al grupo islamista. Esto no sucedió pese a invertir miles de millones de dólares y otorgar apoyo militar durante dos décadas”, explica AFP.
El presidente de Irán, Ebrahim Raisi, dijo este lunes que la “derrota” de Estados Unidos debe transformarse en “oportunidad para la paz” en Afganistán.
Sin embargo, muchos afganos, sobre todo en las ciudades, temen que los talibanes impongan la misma versión ultrarrigorista de la ley islámica que cuando gobernaban su país, entre 1996 y 2001.
En aquella época, “los talibanes también prohibieron la televisión, la música, el cine, el maquillaje y desautorizaron que las niñas de diez años o menos fueran a la escuela”.
Sin embargo, algunos afganos lo siguieron haciendo en secreto, arriesgándose a recibir castigos extremos. Además, a los talibanes se les acusó de “diversos abusos culturales y de violaciones a los derechos humanos. Un ejemplo notorio fue en 2001, cuando los talibanes siguieron adelante con la destrucción de las famosas estatuas del Buda de Bamiyán en el centro de Afganistán, a pesar de la condena e indignación que esto causó en todo el mundo”, informó la BBC.
Los talibanes también introdujeron castigos relacionados con su estricta interpretación de la ley islámica: ejecuciones públicas de asesinos y adúlteros que habían sido condenados y se llevaron a cabo amputaciones a los que habían sido declarados culpables de robo.
Además, era obligatorio que los hombres se dejaran crecer la barba y las mujeres llevaran una burka que les cubría casi todo el cuerpo.
LOS ORÍGENES
Los talibanes, o “estudiantes” en lengua pastún, tuvieron su surgimiento a principios de la década de 1990 en el norte de Pakistán luego de que Afganistán retirara sus tropas de la entonces Unión Soviética.
La historia contemporánea señala que el movimiento tuvo sus inicios en seminarios religiosos, en su mayoría pagados con dinero de Arabia Saudita, “en los que se predicaba una forma de línea dura del islam sunita”, informa la BBC.
Las promesas hechas por los talibanes fueron restaurar la paz y la seguridad y hacer cumplir su propia versión austera de la sharia, o ley islámica, una vez en el poder.
“Desde el suroeste de Afganistán, los talibanes ampliaron rápidamente su influencia. En septiembre de 1995 capturaron la provincia de Herat, fronteriza con Irán, y exactamente un año después capturaron la capital afgana, Kabul, derrocando al régimen del presidente Burhanuddin Rabbani, uno de los padres fundadores de los muyahidines afganos que resistieron la ocupación soviética. En 1998, los talibanes controlaban casi el 90 por ciento de Afganistán”, de acuerdo con la BBC.
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En aquel momento, militantes árabes al mando de Osama Bin Laden también fueron responsables de algunas de las peores masacres en la guerra, matando a cientos de civiles en las zonas controladas.
Llegado el 2001 y el ataque a las Torres Gemelas, Estados Unidos fue en busca de Bin Laden. En el transcurso de la investigación, Estados Unidos solicitó a la comunidad internacional respaldar la invasión para controlar Afganistán. El Consejo de Seguridad y la OTAN la aprobaron declarándola como una campaña “en defensa propia contra un ataque armado”.
El 21 de septiembre, los talibanes prometieron que si Estados Unidos aportaba pruebas de que Bin Laden era culpable, ellos lo entregarían y afirmaron que no tenían pruebas que lo vincularan al 11 de septiembre.
El 22 de septiembre, los Emiratos Árabes Unidos y después Arabia Saudita retiraron el reconocimiento a los talibanes como gobierno legítimo de Afganistán y Pakistán fue el único país con relaciones diplomáticas.
El 4 de octubre, los talibanes acordaron llevar a Bin Laden a Pakistán para un juicio en un tribunal internacional que operaba de acuerdo con la Ley islámica o Sharia, pero Pakistán bloqueó la oferta, ya que no era posible garantizar su seguridad.
El 7 de octubre, el embajador talibán en Pakistán se ofreció a detener a Bin Laden y juzgarlo bajo la ley islámica si Estados Unidos hacía una solicitud formal y se presentaba a los talibanes con la evidencia, pero el gobierno del entonces presidente George W. Bush rechazó la oferta.
El 7 de octubre, menos de un mes después de que cayeran las Torres Gemelas, Estados Unidos, Reino Unido, Canadá y otros países, entre ellos varios de la alianza de la OTAN, iniciaron la acción militar, el bombardeo a los talibanes y los campamentos relacionados con Al Qaeda.
Las fuerzas de Estados Unidos que entraron en Afganistán se unieron con el Frente Unido en Afganistán (Alianza del Norte) para preparar la posterior llegada de las fuerzas de Operaciones Especiales, la unión permitió derrocar a los talibanes.
SALIDA DE LAS TROPAS DE EU DE AFGANISTÁN
Con la llegada de Joe Biden al gobierno de Estados Unidos arribó la decisión de que las tropas estadounidenses salieran de Afganistán. “Es el momento de que las tropas estadounidenses vuelvan a casa”, dijo. Sin embargo, mientras los soldados se retiraban del país, los talibanes avanzaban posiciones sin obstáculos.
Desde la administración de Biden se afirmó que el ejército afgano tenía la capacidad de atacar y de defenderse de los talibanes en caso de revueltas, pero la realidad fue otra.
“El presidente de Afganistán, Ashraf Ghani Ahmadzai, reclamó ayuda internacional para paliar el avance de los talibanes por el país, sin éxito. De hecho, el mandatario ha tenido que huir para ‘evitar un baño de sangre'”, informó ABC.
“No podemos continuar con el ciclo de extender o expandir nuestra presencia militar en Afganistán con la esperanza de crear las condiciones ideales para nuestra retirada, esperando resultados diferentes”, dijo Biden.
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“Soy el cuarto presidente de Estados Unidos que tiene tropas en Afganistán. Ha habido dos republicanos y dos demócratas, No le pasaré esta responsabilidad a un quinto. Es el momento de terminar con la guerra más larga, es el momento de que las tropas estadounidenses vuelvan a casa”. La semana pasada Biden reafirmó que no se arrepiente de la decisión que tomó.
ABUSOS A DERECHOS HUMANOS: MUJERES Y NIÑOS, EN PELIGRO
La crisis de Afganistán, que avanza a gran velocidad, “tiene visos de catástrofe humanitaria”, afirman varias agencias de la ONU. Mientras aumentan las cifras de víctimas, un cuarto de millón de afganos ha tenido que huir de la ofensiva de los talibanes. El 80 por ciento de los desplazados son mujeres y niños.
Según un informe publicado el mes pasado conjuntamente por la oficina de derechos humanos de la ONU (ACNUDH) y la Misión de Asistencia de la ONU en Afganistán (UNAMA), en el primer semestre de 2021 murieron y resultaron heridos más mujeres y niños que en los seis primeros meses de cualquier año desde que se iniciaron los registros en 2009.
A medida que los talibanes tomaron el control de varias ciudades y territorios clave en Afganistán, las hostilidades con el Ejército se tornan más sangrientas y los civiles han sido los más desprotegidos y vulnerables.
La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, advirtió la semana pasada que si no se detiene la escalada de violencia, las consecuencias serán desastrosas para el pueblo de Afganistán, que ya sufre violaciones que podrían constituir crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad.
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Michelle Bachelet recordó que los escenarios de guerra cuestan una cantidad enorme de vidas. “Lo hemos visto antes, demasiadas veces. En Afganistán, desde el 9 de julio sólo en cuatro ciudades (Lashkar Gah, Kandahar, Herat y Kunduz) han muerto al menos 183 civiles y 1,181 han sido heridos, incluidos muchos niños. Pero estos son solo los decesos que hemos podido documentar, las cifras reales son mucho más altas”, apuntó.
En cuanto a los abusos de derechos humanos, Bachelet expresó alarma por las imposiciones dictadas por los talibanes en las zonas que controla, sobre todo en el caso de las garantías de las mujeres.
Detalló que su Oficina ha recibido reportes de que las mujeres y niñas tienen prohibido salir de sus hogares si no las acompaña un hombre o Mahram.
“Estas restricciones tienen un impacto grave en los derechos de las mujeres, incluido el derecho a la salud. En medio de una guerra, la necesidad de acceder a atención médica urgente para ellas y sus familias es una cuestión de vida o muerte. Obstaculizar la capacidad de una mujer de salir de casa sin un acompañante masculino conduce inevitablemente a una cascada de violaciones de los derechos económicos y sociales de la mujer”, explicó Bachelet.
Deploró las informaciones que indican que ya ha habido mujeres azotadas en público por infringir las normas prescritas y citó un caso en la provincia de Balkh, el 3 de agosto, cuando una activista por los derechos de la mujer fue ejecutada por esa razón.
Bachelet afirmó, antes de la victoria de los talibanes: “los afganos tienen razón al temer que una toma del poder por el Talibán anule los logros de los últimos 20 años en materia de derechos humanos”.
LA REACCIÓN INTERNACIONAL
Las reacciones de líderes internacionales no se ha hecho esperar, sin embargo, han sido diversas y no todo significa rechazo al nuevo régimen de Afganistán.
El secretario General de la Organización de las Naciones Unidas, António Guterres, dijo: “Incluso para un país que ha conocido trágicamente generaciones de conflictos, Afganistán está inmerso en otro capítulo caótico y desesperado, una tragedia increíble para su sufrido pueblo. Afganistán está fuera de control”.
Guterres llamó este lunes a todos los países miembros a trabajar en conjunto para “suprimir la amenaza terrorista mundial en Afganistán”.
“La comunidad internacional debe unirse para asegurarse de que Afganistán nunca más sea usado como plataforma o refugio de organizaciones terroristas”, dijo Guterres durante una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad del organismo sobre la crisis afgana.
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China fue el primer país que dijo este lunes querer mantener “relaciones amistosas” con los talibanes. Rusia afirmó que su decisión de reconocer el nuevo poder dependería de “sus acciones”, y anunció que su embajador se reunirá el martes con los insurgentes.
Por el contrario, el ministro británico de Defensa, Ben Wallace, consideró que “no era el momento” de reconocer al régimen talibán. También calificó su retorno al poder de “fracaso de la comunidad internacional”.
La canciller alemana Angela Merkel calificó el lunes de “amarga” la situación que se vive en Afganistán, y consideró que Estados Unidos optó por retirar las tropas extranjeras debido principalmente a “razones de política interna”.
Angela Merkel dijo que la decisión de retirar las tropas de la OTAN fue “esencialmente tomada por Estados Unidos”. “Hubo un efecto dominó tras la retirada de las tropas”, afirmó Merkel ante dirigentes de su partido, según declaraciones suministradas a la AFP por participantes en este encuentro.
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Agregó que la responsabilidad de la retirada militar occidental es de Estados Unidos, según esas fuentes. “Siempre dijimos que nos quedaríamos si los estadounidenses se quedaban” subrayó.
El presidente iraní Ebrahim Raisi dijo que la “derrota” de Estados Unidos en Afganistán debe convertirse en una oportunidad para una paz duradera en el país vecino.
“La derrota militar y la retirada de Estados Unidos de Afganistán debería ofrecer la posibilidad de restaurar la vida, la seguridad y una paz duradera en el país”, dijo Raisi, según un comunicado publicado por la presidencia, horas después de que los talibanes se hicieron con el control de Kabul y provocaron la desintegración del gobierno.
“La República islámica de Irán cree que la autoridad procedente de la voluntad del pueblo oprimido de Afganistán es la fuente de la seguridad y de la estabilidad” agregó Raisi.
En tanto, los ministros de Exteriores de los miembros de la Unión Europea (UE) mantendrán una reunión el martes mediante videoconferencia para discutir sobre la situación en Afganistán, donde los países occidentales intentan acelerar las operaciones de evacuación, indicó Josep Borrell, jefe de la diplomacia del bloque.
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El presidente estadounidense, Joe Biden, se dirigirá el lunes a la nación sobre la dramática retirada de Estados Unidos de Afganistán, dijo la Casa Blanca.
Los estadounidenses “pueden esperar escuchar pronto al presidente. Él está actualmente en contacto activo con su equipo de seguridad nacional. Está trabajando duro para manejar esta situación”, dijo u asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan, al canal ABC.
“Esto no es Saigón”, se limitó a decir el domingo el secretario de Estado estadounidense Antony Blinken, evocando la caída de la capital vietnamita, en 1975, un recuerdo todavía doloroso para Estados Unidos.
A su vez, el Pentágono dijo este lunes que el rápido colapso del gobierno y el ejército afganos ante los talibanes se debió a la falta de liderazgo, a pesar de años de ayuda y entrenamiento por parte de Estados Unidos.
“Se puede financiar, se puede entrenar, se puede apoyar, se puede asesorar, se puede asistir. No se puede comprar voluntad, no se puede adquirir liderazgo, y faltaba liderazgo”, dijo el portavoz del Pentágono, John Kirby.
Mientras tanto, el Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá este mismo lunes para debatir la situación; en tanto que los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea abordarán el asunto el martes por videoconferencia. N
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Con información de AFP, BBC, ABC y ONU