LA TURBULENCIA causada por la pandemia de covid-19 hizo que los inversionistas reevaluaran el manejo de sus activos y las expectativas sobre el estilo de vida. De acuerdo con el Reporte de Riqueza Global y Estilo de Vida 2021, existe un enfoque renovado en la forma en la que los inversionistas comenzaron a percibir y priorizar la calidad de vida, sumado a que ahora, más allá de las estrategias de inversión diversificadas para manejar la riqueza, hay una consideración importante en la planificación del futuro: la transferencia de riqueza intergeneracional.
Dado el contexto actual derivado de la crisis provocada por la contingencia de salud, así como otros factores relacionados con la seguridad o el contexto social, los inversionistas, sobre todo de regiones como América Latina y Asia, se dieron a la tarea de comenzar a buscar nuevos esquemas de inversión para mejorar su calidad de vida, participar en entornos empresariales abiertos y flexibles, brindar acceso a una calidad educativa de excelencia para sus hijas e hijos, y ampliar las oportunidades profesionales para sus familias.
Entre estas opciones destaca el Programa de Inversionistas Inmigrantes o Visa EB-5, que brinda el gobierno de Estados Unidos, una llave para que los inversionistas continúen fortaleciendo la gestión del patrimonio y la transferencia de riqueza intergeneracional.
Este programa de inmigración fue creado por el Congreso de Estados Unidos en 1990 con el objetivo de estimular la economía estadounidense a través de la creación de empleos y la inversión de capital por parte de inversionistas extranjeros.
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El primer programa piloto se implementó en 1992 y, a lo largo de la década de los años 1990, experimentó algunos ajustes. Al comienzo del siglo XXI, el Congreso decidió revitalizar el programa EB-5 y creó una unidad especializada dentro del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos para supervisarlo, esto dio lugar a una mejor coordinación y fiabilidad en el programa.
En 2009, y luego de la gran recesión de 2008, el entonces presidente Barack Obama decidió ampliar el programa de inversionistas inmigrantes EB-5 hasta 2012. Luego, con la llegada de Donald Trump, la visa EB-5 fue una de las pocas que no sufrió cambios y hoy, en medio de la crisis provocada por la pandemia, y bajo la administración del presidente Joe Biden, juega un papel muy importante para la recuperación económica de Estados Unidos.
En este contexto, y además de ser la puerta para obtener una residencia permanente en Estados Unidos, la visa EB-5 se convierte en una apuesta por el desarrollo y crecimiento de proyectos inmobiliarios que crean empleo y cambian el rostro de comunidades a través de la construcción de centros de negocios, condominios, centros comerciales o complejos deportivos.
En 2021, el sector inmobiliario en Estados Unidos muestra muy buena salud, alimentado por bajas tasas de interés y la demanda de propiedades de quienes buscan un lugar atractivo para continuar trabajando desde casa. Además, expertos coinciden en que el país tendrá un crecimiento exponencial de la demanda y de la actividad económica en general, sobre todo en los dos últimos trimestres del año, derivado de la “inmunización de rebaño”, al lograr que cerca del 80 por ciento de la población esté vacunada a partir de junio de 2021.
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Entonces, ¿cómo un inversionista de México o América Latina puede comenzar su proceso para aplicar al Programa de Inversionistas Inmigrantes o visa EB-5?
El monto mínimo de inversión es de 900,000 dólares, y tiene que cumplir con la creación mínima de diez empleos en la comunidad. Esta inversión está proyectada para un periodo de entre cinco y siete años, en los cuales el inversionista obtiene retornos anuales, pero, además, debe cumplir con diferentes fases de inmigración y de análisis por parte del Gobierno de Estados Unidos, hasta que al final recibe la green card permanente.
Se estima que, en 2020, 1.9 billones de capital entraron en Estados Unidos a través del programa EB-5, y desde 2008 ha generado más de 37 millones de capital invertido. Además, entre 2008 y 2018, 646 inversionistas mexicanos han invertido cerca de 275 millones de dólares.
Por ello, el Programa de Inversionistas Inmigrantes o Visa EB-5 es un programa consolidado que ha permitido ampliar las posibilidades de los inversionistas y sus familias en Estados Unidos, un país construido sobre la inmigración, la diversidad de ideas y de culturas que ha permitido que sea un lugar lleno de innovación, con una alta capacidad de resiliencia, de reinvención y de futuro para la administración de la riqueza intergeneracional. N
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Víctor Espinosa es director senior de LCR Capital Partners. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.