DE TIEMPO Y CIRCUNSTANCIAS
ESTAMOS en el intervalo entre la Semana Mayor y la Pascua cristiana; son tiempos de recogimiento o de jolgorio, según la perspectiva.
Es hora de sacar la política y la pandemia de nuestro imaginario colectivo y, sin bajar la guardia en los cuidados, dejar volar el pensamiento a la fiesta que se conmemora en el rito religioso.
Somos criaturas solares y la Pascua cristiana está regulada por eventos astronómicos. ¿Cómo y cuándo se definió esta? Para responderlo hay que remontarnos al siglo IV después de Cristo.
En el año 313 d. C., el imperio romano, que antes se gobernaba por cuatro césares, quedó en manos de dos emperadores solamente. Constantino en el imperio de occidente, y Licinio en el imperio de oriente. La iniciativa de unificar al imperio surgió del genio político y militar de Constantino. Cuando se logró la unificación de los dos imperios de occidente y los dos de oriente Constantino decidió darse un respiro y poner orden en su imperio.
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Había dos grandes religiones, una era el paganismo, religión tradicional de los romanos, y la otra era el cristianismo, una religión que en tan solo tres siglos había crecido de forma extraordinaria.
Un poco antes, Constantino, emperador de Bretaña e Hispania, se enfrentó a Majencio, emperador de Roma y África. Antes del conflicto el oráculo de Roma vaticinó que el enemigo de Roma moriría al día siguiente. La noticia corrió entre las fuerzas de Constantino, quien para contrarrestarla y levantar la moral les comunicó a sus soldados que por la noche había visto a Jesucristo en un sueño, y le dijo que si ponía las iniciales del cristianismo en los escudos de sus soldados ganaría la batalla al final del día. Tal hizo el emperador y se erigió con la victoria.
Constantino abrigaba la idea de unificar a Roma bajo una sola religión, y ante el triunfo sobre Majencio decidió que la religión del imperio sería el cristianismo.
El cristianismo, en casi 300 años, se había extendido por todos los dominios de Roma. La comunidad cristiana estaba compuesta por grupos, cuya interpretación del dogma difería seriamente sobre todo respecto a la divinidad de Jesús.
Esto provocaba enfrentamientos entre los grupos, y el emperador quería unificar, no separar al imperio. Por tanto, se abocó a remediar las diferencias con el fin de establecer un solo credo.
DE VERDADES UNIVERSALES
Para ello, Constantino convocó en el año 325 d. C. a todos los obispos cristianos a un concilio en la ciudad de Nicea, hoy Iznik, en Turquía, para que del consenso de los ahí reunidos salieran las verdades universales de la Iglesia católica.
Los cristianos tenían como día de adoración y descanso el sábado, igual que los judíos. No olvidemos que la religión cristiana deriva de la judía, pero Constantino requería que el cristianismo se separara del judaísmo, y amparado en un razonamiento incontrovertible inició el cambio.
Dado que Jesús había probado su divinidad al resucitar de entre los muertos, que lo habían sacrificado un viernes, y resucitó al tercer día, Constantino propuso que el día de adoración al Señor fuera el domingo: día de la resurrección y de su revelación como Dios verdadero en el rito cristiano.
Por otro lado, la resurrección de Jesús se dio en la época de Pascua, sí, pero de la Pascua judía, y la religión cristiana era diferente de la judía. De modo que era necesario separar los ritos y las fechas. Así pues, era menester definir la fecha para la Pascua cristiana. Esto tenía un problema complicado, pues era una fecha calendárica, y el calendario de Roma era el juliano, un calendario trópico sideral. Lo de trópico sideral significa que define las estaciones a través de la aparición o desaparición de determinadas estrellas en el firmamento durante el año.
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El calendario judío por su parte era un calendario lunisolar que relaciona las fechas combinando los eventos solares, es decir, equinoccios y solsticios, con lunas llenas o nuevas.
Para conciliar los calendarios y separar las fechas se llegó a la siguiente fórmula: la Pascua cristiana habría de celebrarse el domingo posterior a la primera luna llena que sucediera después del equinoccio de primavera, y si el equinoccio sucedía en domingo, la Pascua cristiana se celebraría el domingo posterior. Con esto se evitaba la coincidencia entre la Pascua cristiana y la judía.
Actualmente este es el sistema para fijar la fecha de la Semana Santa, y a esto se debe que la semana mayor se desplace del 22 de marzo al 25 de abril.
VAGÓN DE CABÚS
Ha comenzado la vacunación en el país y muchos pacientes abrigan serias dudas sobre si ponerse la vacuna, o no, en función de la información que circula en las redes.
Es importante resaltar que en todos los países donde se lleva un buen promedio de inoculaciones, los datos de muerte y contagio han descendido drásticamente.
Me parece recomendable vacunarse y, con o sin la vacuna, disfrutar del descanso próximo sin descuidar las precauciones. ¡Felices vacaciones! N
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Salvador Casanova es historiador y físico. Su vida profesional abarca la docencia, los medios de comunicación y la televisión cultural. Es autor del libro La maravillosa historia del tiempo y sus circunstancias. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.