• En la región, el COVID-19 deja 209 millones de pobres y 78 millones de pobres en situación extrema.
EL PROCESO de vacunación puede contribuir a detener el deterioro social y económico que el COVID-19 acrecentó en América Latina y el Caribe, sin embargo, la región no contará con suficientes vacunas para alcanzar la inmunidad de rebaño este año.
Alicia Bárcena Ibarra, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), también advirtió que urge liberar nuevas patentes de biológicos contra el COVID-19 para que los países latinoamericanos que pueden producir vacunas en la región lo hagan.
“América Latina y el Caribe no van a alcanzar la inmunidad de rebaño durante 2021. Estamos viviendo un fuerte acaparamiento internacional por el acceso a las vacunas y esto está afectando negativamente a la región y está generando desigualdades intrarregionales entre nuestros países”, lanzó la funcionaria durante la presentación del Panorama Social de América Latina 2020 este jueves.
Bárcena Ibarra destacó que en Chile han tenido éxito en el proceso de aplicación de dosis, sin embargo, es necesario que no se detenga la inmunización. “Hay otros problemas como la logística para la distribución, la disponibilidad de insumos críticos, la cobertura de los sistemas de salud. Todo esto puede retrasar la vacunación”, dijo.
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Subrayó que es necesario que se mantengan esfuerzos como el Fondo de Acceso Global para Vacunas COVID-19 (COVAX), que tiene como objetivo hacer llegar 26 millones de inyecciones para la región.
En la presentación de la edición anual del informe socioeconómico de la CEPAL, Bárcena Ibarra explicó que, salvo Brasil, Chile, Panamá y República Dominicana, el resto de los países latinoamericanos están aún por debajo de la línea de la pobreza.
Los gobiernos de la región implementaron 263 medidas de protección social de emergencia, durante 2020, que contuvieron los efectos económicos de la pandemia. Sin embargo, esos recursos económicos y en especie han detenido el avance de la pobreza. De hecho, la CEPAL afirma que la emergencia por COVID-19 provocó un retroceso de 12 años en el combate a la pobreza y 20 años en pobreza extrema.
LA POBREZA SOLO SE CONTUVO
Las transferencias por 86,000 millones de dólares asignados a la región no han sido suficientes, a pesar de que han llegado a 49.4 por ciento de la población regional. Estos apoyos emergentes triplican los montos asignados a programas permanentes de rescate a la pobreza, sin embargo, tampoco han logrado cubrir las necesidades básicas de los casi 362 millones de personas alcanzadas.
Al hacer un comparativo entre pobreza y pobreza extrema con transferencias emergentes y sin ellas, la funcionaria explicó que, sin apoyos económicos de rescate a los pobres, los índices habrían aumentado de 30.5 a 37.2 por ciento, por lo que el apoyo contribuyó a que ese deterioro se detuviera en 33.7 por ciento. Esto significa que, en vez de pasar a 230 millones de pobres, se pasó a 209 millones de pobres en América Latina.
Respecto a la pobreza extrema, en 2019, había un índice de 11.3 por ciento en la región que sin transferencias se hubiera pasado a 15.8 por ciento, pero se contuvo en 12.5 por ciento. Es decir, aún con el apoyo asignado se pasó a 78 millones de pobres extremos en la región.
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“Estas medidas contribuyeron a frenar el deterioro de la pobreza”, dijo Bárcena Ibarra. “Tampoco es que digas: ¡Qué bárbaro se combatió la pobreza! No. Se contuvo, pero no en su totalidad, porque venimos de 187 millones (de pobres) y vamos a 209 millones”.
En este panorama regional se subraya que el empleo informal ha resultado gravemente afectado por la emergencia sanitaria, pues cayó 64 por ciento en promedio. Como ejemplo, Argentina tuvo una baja de 53 por ciento, en tanto que países como México (72) y Brasil (76) tuvieron las caídas más dramáticas.
“Esto significa que el trabajo informal ya no es el amortiguador que se tenía antes. Se perdían empleos formales, pero se iban a la informalidad. ¿Ahora a dónde se iban a ir?”, concluyó Bárcena Ibarra. N