LOS TALIBÁN advirtieron este viernes a Estados Unidos sobre la posibilidad de “una gran guerra” en caso de que en mayo no tenga lugar la retirada de tropas de Estados Unidos que figura en el acuerdo de paz firmado en febrero de 2020 entre Washington y los insurgentes.
El portavoz del Departamento de Defensa de Estados Unidos, John Kirby, afirmó a finales de enero que la salida prevista de las tropas estadounidenses de Afganistán podría detenerse, puesto que “los talibán no están cumpliendo” con su parte del acuerdo de paz.
“El acuerdo de Doha no debe ser visto bajo el prisma de individuos que persiguen sus intereses personales al continuar con la violencia y el asesinato a costa de los intereses generales de ambos pueblos y naciones”, han sostenido los talibán en un comunicado publicado en su página web.
As I said at the briefing today, the US supports the Afghan peace process and no decision has been made on future force posture.
— Maj. Gen. Patrick Ryder (@PentagonPresSec) January 29, 2021
Así, han alertado que “si, Dios no lo quiera, el acuerdo de Doha es violado, esto llevará a un peligroso recrudecimiento del que el lado opuesto será responsable”. “Si el acuerdo de Doha es retirado, llevará a una gran guerra cuya responsabilidad recaerá totalmente en los hombros de Estados Unidos”, han agregado.
En este sentido, los insurgentes han hecho hincapié en que el acuerdo se logró “tras esfuerzos considerables, discusiones y revisiones por parte de los grupos negociadores del Emirato Islámico y de Estados Unidos, y sirve al marco racional y duradero para resolver el conflicto”.
“La nueva Administración estadounidense no debe tratar el acuerdo de Doha de forma emocional y debe poner fin a nuevas inversiones en la continuación de la guerra, en los señores de la guerra y en personas corruptas”, han dicho, antes de hacer hincapié en que el grupo “ha demostrado su compromiso” con el pacto, algo puesto en duda desde Washington.
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“Todos deben desistir de las acciones y la retórica provocativa, que podría llevarnos a la anterior postura de guerra, lo que no va en interés de Estados Unidos ni en interés del pueblo afgano”, ha sostenido el grupo en dicho comunicado.
Afganistán ha experimentado un repunte de la violencia durante los últimos meses a pesar del acuerdo entre los talibán y Estados Unidos en febrero de 2020 y de las conversaciones de paz entre el grupo y el Gobierno afgano, cuyas delegaciones pactaron en diciembre la ‘hoja de ruta’ para el proceso.
En este contexto, durante la jornada del jueves murieron al menos 20 miembros de las fuerzas de seguridad afganas en ataques de los talibán en las provincias de Kunduz y Faryab, situadas en el norte del país centroasiático.
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Actualmente 2,500 soldados se encuentran desplegados en Afganistán tras la finalización de varias fases del proceso de repliegue. Kirby recalcó en que estos militares son suficientes para hace cumplir la misión antiterrorista que Washington afirma estar llevando a cabo en el país.
Por su parte, la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Afganistán (AIHRC) indicó el 27 de enero que el número de víctimas civiles a causa del conflicto en Afganistán descendió cerca de un 21 por ciento en 2020 respecto al año anterior, si bien apuntó a un drástico aumento de los asesinatos selectivos en este periodo.