EN MÉXICO tenemos la última llamada energética para poder enmendar el camino hacia donde tenemos que transitar. El 15 de febrero de 2021 quedó demostrada nuestra codependencia energética de los mercados internacionales y regionales, por escenario del desabasto de gas natural, para poder incorporar la generación de energía en el mercado mexicano.
El problema de esta crisis energética no es dejar de producir electricidad, sino contar con la materia prima para generarla, y hoy día es el gas natural, después quién sabe.
La Comisión Federal de Electricidad (CFE) produce su energía en un 40 por ciento con gas natural, el total del país lo hace del 60 por ciento. El país tiene la capacidad de generar de la siguiente forma:
Pero el problema radica no en la capacidad instalada, sino en la forma como se produce en función de la energía primaria (recursos naturales).
Las energías renovables (hidro, eólica, fotovoltaica, y geotérmica) y la nuclear no emiten CO2 a la atmosfera. Pero los combustibles por cada kilowatt producen: gas natural, 0.360 kg; combustóleo, 0.755 kg; carbón, 1.170 kg.
Una energía limpia es considerada aquella que produce 0.1 kg CO2/kWh producido.
En la siguiente tabla, con la demanda de 2020 de 48,000 MW, serían 28,000 MW producidos con gas natural.
Hay que entender y comprender que el crudo no aumentará su demanda en el mundo, se mantendrá, y a partir de 2030 será importante tener una buena producción de gas natural propia.
Una molécula de este puede ser comprada u obtenida en un mercado regional, derivado de la interconectividad que puede haber, y actualmente para México lo tienen en sus socios comerciales en el T-MEC, siendo que en este no se cobran aranceles. Tenemos 24 puntos de internación de gas de Estados Unidos a México.
La otra forma es producir gas natural con base en las reservas en el subsuelo del territorio, pero se tiene que invertir en almacenarlo, acondicionarlo y contar con infraestructura para su movilidad.
La única forma de tener un gas seco (no asociado) en México, y con la calidad necesaria para producirlo, está en la Cuenca de Burgos. Este campo llegó a producir más de 1,600 millones de pies cúbicos de gas diarios y hoy, menos de 600 millones. Es urgente que las iniciativas de ley introducidas en el Senado sobre la reducción del DUC, y la carga fiscal para el gas no asociado, sean aprobadas, no con el fin de fortalecer a Pemex, sino dar la base para la nación y que pueda tener el gas suficiente para el futuro.
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Producir gas natural en el activo de Producción Reynosa es estratégico. No invertir en producir gas vulnera nuestra soberanía.
La pregunta con esto: ¿dependemos o no del gas natural de Estados Unidos?
Qué pasará en 2030, cuando exista todo bajo plantas eficientes de electricidad con la generación de gas natural. Por qué no invertir en la Cuenca de Burgos en las formaciones convencionales y no convencionales. Recordemos que en México no tenemos en dónde almacenar el gas, así como sale a superficie de los pozos y lo que llega de los ductos es utilizado, sin mencionar lo que se quema ante la falta de infraestructura para poder ser enviado a otras regiones. El gas que importamos proviene de las mismas formaciones que hoy no queremos explotar.
Sin almacenamiento y sin producción de gas dependeremos cada día más del mercado internacional, donde nuestra balanza comercial incluirá la gasolina, diésel, gas natural en corto plazo, siendo este ultimo de mayor importancia por ser una energía primaria que influye en todas nuestras actividades en función del consumo de la electricidad.
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El rol de importancia para llegar a esto dependerá de la Secretaría de Energía y en facilitar hacer Farm-outs o nuevas rondas de áreas. La SHCP, presionar para cambiar el régimen para el pago de los derechos de utilidad compartida propuestos por el Senado; el Poder Legislativo, otorgar recursos a Pemex para poder explotar las cuencas gasíferas; y el Centro Nacional de Control del Gas Natural (Cenagas), con la nueva dirección, deberá atacar el tener, antes de 2024, almacenamiento en formaciones para el gas natural, conforme a lo que ya se había planteado licitar o adicionar otras.
Lo anterior no será logrado si no hay cambio en la misión del país. Hoy la materia prima cuesta, según datos, entre 2 y 3 dólares el millón de BTU, pero ante una variación por el mercado bajo una oferta o demanda, entre los 180 y 200 dólares, esto ocasionado por un cambio del clima, atípico de acuerdo con los datos históricos. Esto confirma que la naturaleza esta reaccionando ante los cambios.
Esta variación de cuatro días hará una afectación de 20,000 millones de pesos, que dejarán algún gasto sin cubrir. ¿O será cubierto por la parte de gastos no programados?
Entonces no es problema de generación de electricidad, es un problema energético que debemos de considerar desde el contexto de la toma de la energía primaria, transformación y el rechazo al calor o gases de efecto invernadero. N
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Ramsés Pech es analista y asesor de la industria energética y en economía. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.