LA BANDA LOS BLENDERS llega con nuevas y enérgicas oleadas musicales de surf para navegar en temas como la salud mental y la añoranza de volver a la playa, ello ante el distanciamiento social que la pandemia por COVID-19 trajo en 2020.
Y aunque el mundo se detuvo un poco, la banda no quiso perder la oportunidad de presentar su reciente material, denominado Mazunte 2016 que, con una portada de disco veraniega, invita a los seguidores a viajar, a través de su música, a la costa oaxaqueña del Pacífico mexicano.
Con 11 temas, Los Blenders presentan su tercer LP, del que destaca “Perdidos en Pantitlán”, canción que nace de una historia real que le sucedió a un amigo de la banda y como un grito de protesta a los abusos policiales en México.
LA DENUNCIA VUELTA MÚSICA
En mayo pasado, el abuso policial se coló en la agenda pública internacional tras darse a conocer el asesinato de George Floyd, un hombre afrodescendiente, en Minneapolis, Estados Unidos, cuando un agente policial se arrodilló sobre su cuello durante el arresto hasta asfixiarlo. ¿El motivo? La presunta entrega de un billete falso de 20 dólares.
En entrevista con Newsweek México, Alejandro Archundia, líder y voz de Los Blenders, cuenta que, a partir de este suceso, en México comenzaron a publicarse videos con situaciones similares de abuso de poder por parte de las autoridades durante los arrestos en diversas entidades del país.
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“El contexto era distinto. No estaba tan a la luz pública el tema de lo que está pasando ahora, creo que en México y Latinoamérica siempre ha habido un abuso del poder con mucha violencia”, señala.
Los Blenders, joven banda mexicana que nació en Coapa, en el sur de Ciudad de México, está compuesta por Alejandro Archundia (voz y guitarra), Osmar Espinosa (bajo y voz), José Manuel Martínez (batería) y Patricio González (guitarra).
—¿Por qué es importante hablar de la violencia desde la música?
—Sí, creo que es importante y creo que puedes hacer canciones donde todo es amor y todo es desamor, pero también hay que hablar de otras cosas como las que ocurren en nuestro país. Imagina si una persona en Inglaterra escucha la canción y se pregunta: ¿a poco estas cosas pasan en México?
—Bien, entonces ¿consideras que hoy los jóvenes viven momentos igual de violentos que hace décadas?
—Creo que es parte de la realidad. Estamos en un momento con mucha violencia —en extremo— y siento que no mencionarlo también es quererse hacer de la vista gorda o, en tu cabeza, vivir en un mundo que no existe, cuando solo es cuestión de salir a la calle para saber cómo está el tema de la violencia.
—¿El tema “Perdidos en Pantitlán” es una forma de reflejar los obstáculos de la vida nocturna que los jóvenes enfrentan?
—Sí, creo que sí. De hecho, la canción cuestiona mucho la noche y siento que cuando la escuchas es un tema que, al cerrar los ojos, te hace imaginar que estás en un lugar oscuro. Entonces siento que esas referencias en las canciones del disco están en una tonalidad más oscura, mucho más de noche, y que en el video se representa.
–En esta canción justo se siente una sensación muy oscura, muy de la noche…
—Sí, claro. En la letra hay una parte que después del coro implica que el policía los va a golpear y, en ese puente, lo que quisimos hacer fue una golpiza, pero en música. Esa parte sí lo quisimos representar a través de la música y creemos que funciona bien.
—Con los recientes eventos de violencia, donde su vídeo puede ser cualquier ciudad en el país, ¿para los jóvenes es difícil pasar inadvertidos por la policía?
—Claro, tengo amigos que le tienen mucho terror a la policía, supongo que por experiencias anteriores; no es ilegal traer la música fuerte, no es ilegal divertirte, y si lo analizas, el hecho de que la policía te persiga es una estupidez. Y justo es eso, que al intentar divertirte en una ciudad tan peligrosa como la nuestra, son ellos [la policía] los que acaban jodiéndonos y arruinándonos hasta la vida.
–¿Consideras que son una banda que no normaliza las violencias?
—Sí, y este disco justo habla de temas que también son importantes, como la salud mental y lo esencial que es hablar de la ansiedad, la depresión, el miedo al fracaso, todo eso… Creo que la gente de mi edad anda por las mismas. Conozco a pocas personas que se sientan plenas o que tengan un futuro prometedor.
“TODO ESTÁ CAMBIANDO”
Álex enfatiza en el tema de la seguridad y los abusos policiales, incluso los rezagos de la crisis por la pandemia de COVID-19 y todas las crisis que a su generación le esperan, tras sentirse incrédulo al ser testimonio de esta epidemia en el país.
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“Antes, ni me pasaba por la cabeza—enfatiza—. Si le pregunto a mi mamá ella nunca se lo imaginó, y creo que a ella ya no le tocará otra epidemia. Todo está cambiando y creo que todo esto es importante, aunque no lo mencione tan textualmente, creo que eso sí genera que la población sepa de este tipo de problemas y cierto tipo de inseguridades, porque son cosas que estoy viviendo, al igual que otras personas que conozco”.
–En esta tercera entrega, Mazunte 2016, de alguna manera las canciones “No molestes” y “Depresión tropical” ¿hablan de la salud mental?
—Sí, tienen una relación. El disco, al fin de cuentas, si lo pones de principio a fin, es bastante claro que tiene una especie de narrativa lo suficiente obvia, tanto sónica como de los temas de los que habla, por eso lo llamamos así, porque siento que es muy nostálgico.
“Hay una frase que dice: ‘La nostalgia es algo que no viví’. Es algo similar por la melancolía a alguna vacación a la que ni siquiera fui, pero me la imagino y me la saboreo igual. La verdad, creo que a la gente le está costando imaginarse un futuro mejor al que tenemos, entonces, como que ya todo es retomar el pasado e idealizarlo.
“Lo vemos entre nosotros, la gente que vivimos en la ciudad, donde la playa es un lugar que añoramos como si fuera el sitio perfecto donde todos tus problemas van a desaparecer, la vida va a ser mejor y realmente, cuando estás en la playa sí te la pasas bien, pero los problemas ahí siguen, por eso la playa es una idea falsa, un oasis de un paraíso, y de eso va mucho este disco.
–Al final ¿qué esperan de esta entrega?
—Que les guste, es lo poco que podemos esperar. Estamos por definir la idea de cómo presentarlo y puede ser un Mazunte 3016, con una playa virtual, en el imaginario de que ya no podrás ir nunca a la playa y todo lo vas a tener que hacer en realidad virtual.