Nadie puede trabajar desde el sofá por siempre. Conforme las compañías empiezan a llamar a los empleados de vuelta a sus centros laborales, he aquí lo que puedes esperar.
Aun cuando se calcula que solo uno de cada cuatro trabajadores volvió a su puesto de trabajo este verano, esto posiblemente cambie pronto. En un sondeo reciente de CNBC, alrededor de 52 por ciento de las compañías que tienen a la mayoría de su personal trabajando de manera remota dijo esperar que por lo menos la mitad de sus empleados regrese a trabajar en persona a principios de septiembre.
Después de seis meses de asistir a juntas por Zoom desde la comodidad de tu sofá, posiblemente te sientas extraño, y te dé un poco de miedo, estar de vuelta en tu escritorio, sobre todo cuando el COVID-19 todavía representa una amenaza importante para la salud pública. ¿Qué precauciones puedes esperar que asuma tu empleador? ¿Tienes opciones si no te sientes listo para regresar? ¿Hay algún recurso si tu compañía no tiene procedimientos de seguridad estrictos en vigor o tus compañeros de trabajo no los siguen?
Para responder estas preguntas, Newsweek habló con expertos médicos, legales y laborales, quienes ofrecieron perspectivas, sobre todo, sobre la mejor manera de proteger tu salud y tus derechos legales si crees que tu compañía no provee un ambiente seguro donde trabajar. He aquí su consejo.
¿Cómo se verá mi lugar de trabajo cuando regrese?
Es probable que no regreses a una rutina de trabajo regular y presencial de cinco días a la semana en el corto plazo. Alrededor de 40 por ciento de los empleadores está trayendo de vuelta grupos de empleados o departamentos en fases, siendo los equipos más cruciales los que por lo general regresan primero, dice Lisa Frydenlund, una asesora de conocimiento para la Sociedad de Gestión de Recursos Humanos (SHRM). Otro 19 por ciento usará una estrategia de regreso por turnos, asignándoles a los empleados determinados días o semanas en los que estén de vuelta en la oficina, y luego los hará trabajar de manera remota el resto del tiempo.
Mientras estés en la oficina, probablemente estés en contacto con muchas menos personas de las que solías en los días previos a la pandemia. Tres cuartas partes de las compañías dicen que escalonarán las horas de entrada, salida y descanso de los empleados, y 78 por ciento reducirá la cantidad de clientes permitidos dentro, según la SHRM.
La disposición de tu oficina también podría verse diferente, con los escritorios separados mucho más que antes, divisiones erigidas entre tú y tus compañeros de trabajo o clientes, y con acceso limitado o negado a espacios comunes como las cocinas y salas de descanso. En el lado positivo, tu lugar de trabajo probablemente sea lo más pulcro que haya sido jamás, ya que 90 por ciento de las compañías dice que ha aumentado o aumentará las acciones de limpieza, según un sondeo de Littler, una firma de abogados laborales.
Espera que tus jefes se interesen más por tu salud. Casi todos los empleadores les exigirán a los trabajadores que reporten síntomas de COVID-19, exposición al virus o viajes. Más de 85 por ciento exigirá o considera exigirles a los empleados que usen cubrebocas u otro equipo de protección individual, y la mayoría de estas empresas cubrirán el costo del equipo. Littler halló que seis de cada 10 organizaciones también planean llevar a cabo exámenes de salud y pruebas, siendo los más comunes las tomas de temperatura y revisiones de síntomas.
Tu empleador probablemente comparta los detalles de sus medidas de seguridad con el personal, pero si no lo hace, pregúntalos desde ya, ya sea mediante un correo electrónico o en un foro público como una junta con todos los empleados para que tus compañeros de trabajo también puedan oír las respuestas, dice Lauren McGoodwin, directora ejecutiva de Career Contessa. Entre las preguntas cruciales que debes hacer: cómo se alertará al personal si un compañero de trabajo tiene el virus y cómo actuará la compañía para limitar la propagación si ello sucede, comenta Sandra Kesh, experta en enfermedades infecciosas para el Grupo Médico Westmed en Purchase, Nueva York.
¿Qué pasa si no me siento cómoda de regresar a la oficina?
Tal vez seas reticente a hacer preguntas, preocupada de parecer poco cooperativa cuando millones de personas están sin trabajo. La clave para traer exitosamente a colación el tema, según Jaime Klein, director ejecutivo de Inspire Human Resources, es ser específica sobre la razón por la cual estás incómoda y participar en la discusión con soluciones que aborden las necesidades de tu empleador y las razones de la compañía para traer de vuelta al personal.
Ahora no es el momento de aferrarse a la privacidad. Si tú o alguien con quien vives tiene una condición médica que te pone en mayor riesgo, revélalo; de la misma manera, si cuidas a un pariente viejo en casa, ello te dificultaría el regresar a la oficina. “Antes [de la pandemia], mucha gente habría callado antes que mencionar tales asuntos personales, pero esta es una época en la que debemos quitarnos la imagen perfecta y hablar con la verdad sobre nuestra situación actual en el hogar”, dice Klein.
Piensa por qué tu empleador quiere al personal de vuelta en la oficina: por ejemplo, para aumentar la productividad o colaboración, o porque hay ciertas labores que no se pueden realizar de manera remota. “Haz que tus preguntas giren alrededor de lo que es bueno para ellos, comparte cómo abordarás sus preocupaciones”, comenta McGoodwin. “Tal vez estés de acuerdo en reportarte con más frecuencia o puedas demostrar que en realidad has sido más productiva desde que trabajas de manera remota”.
También ten listas ideas sobre cómo te puedes sentir más segura en el trabajo, en vez de solo ofrecer el trabajo remoto como una solución. ¿Tal vez puedas cambiar tu agenda para que trabajes cuando hay menos gente en la oficina o en el tránsito masivo? ¿O moverte de un escritorio en un área abierta a una oficina con una puerta cerrada? “La mayoría de los jefes apreciará que hayas pensado soluciones que funcionen para ambos”, expresa McGoodwin.
¿Qué pasa si tu jefe responde que no? A menos que tengas una discapacidad reconocida por la ley, necesitarás regresar a la oficina o arriesgarte a las repercusiones. Legalmente, un miedo general de contraer el COVID-19 no es un fundamento para obligar a tu compañía a darle cabida a tu solicitud de arreglos por turnos.
Incluso si tienes una discapacidad, la protección no es absoluta, sino que más bien depende de varios factores, incluido si la labor se puede hacer desde casa o si el empleador puede hacer más seguro el lugar de trabajo a través de otras acomodaciones razonables, según Ivo Becica, abogado laboral y socio del despacho legal Obermayer Rebmann Maxwell & Hippel.
“Algunos empleos, como en restaurantes y puestos hospitalarios, no se pueden hacer desde casa y tienen un riesgo inherente, sin importar cuán escrupuloso sea el empleador”, comenta Becica. “La ley no les exige a los empleadores que alteren fundamentalmente el trabajo de un empleado para acomodarse a una discapacidad”.
Si no puedo regresar a mi lugar de trabajo a causa de cuestiones de cuidado infantil, ¿qué debería hacer?
Los retos que enfrentan los padres trabajadores con niños pequeños en casa no van a ser menos mientras las escuelas y muchas guarderías, a pesar de la presión pública para que reabran, continúen limitando la asistencia presencial hasta que el COVID-19 esté bajo control. Y por más que lo intentan, está afectando su trabajo: según un sondeo nuevo de Care.com, dos terceras partes de los padres trabajadores dice que lidiar con el cuidado infantil y sus empleos durante la pandemia ha provocado que su productividad sufra, y eso fue antes del estrés extra de que se le pidiera regresar a trabajar en persona.
Desgraciadamente, en gran medida estás por tu cuenta en lo tocante a soluciones. La mayoría de los empleadores no tiene establecida una política; más bien, manejan las solicitudes de acomodarse al cuidado infantil durante la pandemia caso por caso, expresa la SHRM.
Si tu empleador no está dispuesto a solucionarlo junto contigo y todavía no has usado el beneficio, tal vez seas capaz de obtener días libres con paga o vacaciones.
¿Qué debería hacer si regreso a la oficina y hallo que el ambiente de trabajo no es seguro?
Si ciertas prácticas, como juntas sin sana distancia, te hacen sentir incómoda, habla con tu líder de recursos humanos o gerente sobre el problema específico.
Sé diplomática. Plantea la discusión como si se tratara de un deseo de hacer sentir seguro a todo el equipo y prevenir que alguien se enferme, lo cual podría arruinar la meta comercial de la compañía, expresa Klein. Sugiere soluciones, como usar cubrebocas en juntas o abrir todas las ventanas mientras la junta está en curso o pasar a una sala más grande donde pueda darse la sana distancia.
Pero se necesita ser un empleado valiente para hablar de esta manera, sobre todo cuando el desempleo es tan alto y muchos estarían encantados de ocupar tu puesto. Así, habla primero con tus colegas para ver si sienten lo mismo, y podrían apoyar tus soluciones propuestas.
Sin embargo, en la práctica, tus opciones no son buenas si tu compañía se niega a actuar. Por ley, los empleadores están obligados a proveer un lugar de trabajo seguro, y las autoridades de salud han emitido directrices específicas para la pandemia que las compañías deben seguir con el fin de proteger a sus empleados. Si crees que tu compañía no las acata, puedes presentar una queja.
¿Qué debería hacer si mi compañero de trabajo no sigue las reglas de seguridad por el COVID-19?
Si a tu compañero de trabajo se le olvidó pasarle un trapo a la cafetera después de usarla una vez, tal vez podrías recordarle cortésmente la nueva política de limpieza de la compañía o dejarlo pasar. Pero si un colega continúa desoyendo repetidamente los procedimientos de seguridad, tal vez quieras alertar a tu gerente o a recursos humanos.
Con suerte, el gerente u otro miembro de la dirigencia de la compañía hablará entonces con el empleado, lo cual detendrá el comportamiento riesgoso, sin mencionar tu nombre. Pero si descubres que el individuo continúa incumpliendo las reglas de seguridad o que tu supervisor fue indiferente al tratar el asunto, tal vez sea tiempo de llevar más arriba tus preocupaciones. “Alguien con autoridad en la compañía aprobó esas reglas de seguridad y quiere que se obedezcan”, comenta Elizabeth Tippett, profesora de leyes en la Universidad de Oregón. “Si tu jefe es indiferente, habla con la oficina de recursos humanos o la oficina de gestión de riesgos o con el jefe de tu jefe”.
¿Qué puedo hacer personalmente para estar seguro cuando regrese al trabajo?
Se aplican las precauciones usuales. Usa un cubrebocas que cubra tu nariz y boca siempre que estés a menos de dos metros de tus colegas y clientes; evita compartir artículos comunes, como tijeras o engrapadoras, con tus compañeros de trabajo, y si necesitas usar un espacio o equipo compartido, lávate las manos con profusión inmediatamente después. “Asume que has estado expuesto al coronavirus después de tocar cualquier superficie común”, comenta Kesh.
En cuanto a sociabilizar con los compañeros de trabajo, eso también necesitará cambiar. Aun cuando no tienes que comer a solas todos los días, es importante conservar los dos metros de sana distancia, continúa Kesh. Si tu empleador no tiene una sala de descanso o comedor lo bastante grande para permitir esto, opta por almorzar al aire libre. Las bebidas después del trabajo también están vedadas, a menos que el bar esté afuera.
Habrá mucho tiempo para sociabilizar con los amigos del trabajo sin restricciones en cuanto haya terminado la pandemia. Mientras tanto, tu principal meta es mantenerte sano, y ayudar a que tus colegas también estén seguros, y así estén todos juntos para disfrutar las futuras horas felices.
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Kerri Anne Renzulli, colaboradora de Newsweek, es una periodista financiera radicada en Londres. También ha trabajado para CNBC, Financial Planning y Money.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek