La tensión va en aumento este sábado en la isla griega de Lesbos, donde la policía usó gases lacrimógenos contra solicitantes de asilo que protestaban, tras pasar cuatro días a la intemperie después de que el campo de migrantes de Moria, en el que malvivían, se viera devastado por varios incendios.
Miles de migrantes, entre ellos menores y madres con niños muy pequeños, están durmiendo al aire libre desde el miércoles y los esfuerzos, dentro y fuera de Grecia, para encontrar refugio temporal para estas más de 11,000 personas aún no dan fruto, indicaron organizaciones de derechos humanos.
Este sábado, hubo enfrentamientos entre la policía antidisturbios y los migrantes cerca del lugar en el que las autoridades griegas están preparando unas tiendas de campaña para acoger lo antes posible a los migrantes más vulnerables.
La policía respondió con gases lacrimógenos a las piedras lanzadas por los migrantes, la mayoría de ellos muy jóvenes.
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“Libertad”, se leía en una pancarta escrita por uno de ellos. “Queremos salir de Moria”, gritaba otro.
“Estábamos protestando de manera pacífica contra este nuevo campo y la policía nos lanzó gas. A mi bebé le entró gas en los ojos”, decía a la AFP una mujer congoleña, madre de un bebé de cinco meses. “En Moria podíamos entrar y salir pero este campo será como una cárcel”, agregó.
Algunos migrantes tuvieron que ser trasladados al hospital por problemas respiratorios tras aspirar el gas lacrimógeno, según los testigos.
“Mientras miles de personas duermen en las colinas alrededor de Moria o en las calles, las tensiones entre los residentes locales, los solicitantes de asilo y la policía van en aumento”, lamentó la ONG Human Rights Watch en un comunicado el sábado.
Protestas por pruebas antivirus
El campo de Moria, hoy prácticamente reducido a cenizas, albergaba a más de 12,000 migrantes principalmente de Afganistán, pero también de Siria, Congo o Irán.
Los refugiados vivían en pésimas condiciones sanitarias, esperando en vano un permiso para llegar a la Europa continental, un hecho criticado durante meses por organizaciones humanitarias.
Las autoridades culparon a los migrantes por los incendios que devastaron el campo, el martes y miércoles pasados.
El primero de los incendios se produjo poco después de que 35 personas dieran positivo por coronavirus y se vieran obligadas a respetar medidas de aislamiento.
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El ministro griego de Migraciones, Notis Mitarachi, dijo el sábado que este nuevo campo provisional, abriría durante el día y tendría capacidad para unas 3,000 personas.
“Se realizarán tests rápidos de coronavirus a la entrada”, dijo Mitarachi a la televisión Skai TV
Alexandros Ragavas, portavoz de este ministerio, explicó que se dará prioridad a las personas que presenten una situación más complicada.
“Las familias serán prioritarias, habrá tiendas para seis personas. El proceso de realojamiento comienza hoy” sábado, dijo a la AFP.
Rechazo local
Organizaciones locales de voluntarios dijeron que están encontrando muchas dificultades para dar agua y comida a los migrantes.
“Dormimos en el suelo o en la carretera, a la intemperie”, dijo en Facebook un grupo de migrantes del antiguo campo, señalando, por ejemplo, que algunas personas encontraron refugio bajo los árboles de un cementerio griego local.
El viernes, el ejército y los bomberos usaron helicópteros para trasladar las tiendas de campaña al lugar donde quieren crear este nuevo campo, cerca el puerto de Mitilene, y sortear así los controles de carreteras instalados con apoyo de las autoridades locales, que no desean que se establezca un nuevo campo temporal cerca de las ruinas de Moria.
El alcalde de Mitilene rechazó esta posibilidad y la consideró “poco realista”.
“Cualquier idea de reconstruir algo así debería olvidarse”, dijo Stratis Kytelis, a la cadena Antenna TV.
Paralelamente, Alemania anunció que su país y Francia recibirán cada uno entre 100 y 150 menores migrantes no acompañados de Moria. Otros países de la Unión Europea, como Finlandia, Países Bajos, Luxemburgo, Eslovenia, Croacia y Portugal, también acogerán a otros menores hasta llegar a unos 400 en total.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, pidió el sábado a los países de la Unión Europea (UE) mostrar “solidaridad” y acoger a los refugiados.
“Es una tragedia inmensa (…) A mi parecer, la única solución es el traslado de esos refugiados al continente y espero que haya solidaridad europea”, dijo en entrevista a la cadena de televisión TV5Monde.