Laura azotaba este jueves con fuertes vientos la costa de Luisiana, donde impactó en la madrugada como un huracán categoría 4 que obligó a evacuar a centenares de miles de personas de este estado del sur de Estados Unidos y de su vecino Texas ante la perspectiva de “catastróficas” crecidas.
El Centro Nacional de Huracanes (NHC) dijo a CNN que Laura, luego de tocar tierra en Cameron, Luisiana, con categoría 4, se debilitó a categoría 2.
“¡CÚBRASE AHORA! Considere a estos vientos extremos inminentes como si se acercara un tornado y muévase inmediatamente a una habitación segura en su refugio”, advirtió el NHC en Twitter. “Proteja su vida”, insistió.
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“Marejada ciclónica catastrófica, vientos extremos e inundaciones repentinas están sucediendo en partes de Luisiana”, advirtió el NHC.
Sumadas a la marea alta, esas marejadas -que se espera penetren unos 65 km tierra adentro- podrían causar una crecida de las aguas de entre 4.5 y 6 metros por encima del nivel normal.
Asimismo, se producían fuertes lluvias que según los pronósticos podrían llegar a entre 130 y 250 milímetros, con algunos picos de casi 400 mm en el oeste de Luisiana y el este de Texas.
Ambos estados albergan grandes centros de refinado de petróleo. Más de 100 plataformas petrolíferas en el golfo de México fueron evacuadas como medida de precaución.
Huir de Laura
El gobernador de Texas, Greg Abbott, advirtió que Laura tenía una potencia “sin precedentes” y urgió a los residentes a “salir del camino” del huracán.
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Al hablar en la tercera noche de la convención republicana, el vicepresidente Mike Pence instó a las personas en el camino de la tormenta a “prestar atención a las autoridades estatales y locales”.
La Guardia Nacional informó de la movilización de más de 1,000 efectivos en Texas para ayudar en la respuesta al huracán, así como 20 aviones y más de 15 equipos de refugio.
Entre las ciudades potencialmente en el camino de Laura y bajo órdenes de evacuación obligatoria figuran Beaumont y Port Arthur, en Texas, que sufrieron graves daños por el huracán Harvey hace tres años, que dejó 68 muertos.
Evitar contagios
Angela Jouett, que dirige las operación de evacuación en Lake Charles, Luisiana, dijo que se habían dispuesto nuevos protocolos debido a la pandemia de coronavirus.
“Las personas que entran (a los centros de evacuados) se rocían las manos con desinfectante”, tienen “controles de temperatura” y mantienen una distancia física de dos metros.
En el pueblo texano de La Porte, cerca de Houston, donde había orden de evacuación voluntaria, la gente se abastecía de productos de primera necesidad.
“Estoy un poco nervioso, pero también digo: ‘Ok, sé que voy a estar a salvo dentro de mi apartamento”, dijo a la AFP Matthew Jones, un guardia de seguridad de 28 años, quien se abastecía de alimentos.
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Más al este, en Port Arthur, cerca de la frontera con Luisiana, Jannette Zinos reunía a su familia para evacuar. “Realmente necesito irme. Tengo miedo de que la casa se nos caiga encima”, afirmó.
Patricia Como, una evacuada de Lake Charles, Luisiana, señaló que sus familiares habían decidido quedarse, pero que ella no quería arriesgarse. “No voy a jugar con Dios”, afirmó.
El gobernador de Luisiana, John Bel Edwards, dijo en Twitter que se cerraron partes de la carretera interestatal (I-10), que conecta todo el sur de Estados Unidos e instó a los evacuados a dirigirse al norte para “desviar los cierre y evitar condiciones imposibles para conducir”.
El recuerdo de Katrina
En Nueva Orleans, devastada en 2005 por el huracán Katrina, de categoría 5, el histórico Barrio Francés se vació de turistas, se apilaron sacos de arena frente a puertas y ventanas, y se protegieron los edificios de arquitectura colonial con chapas de madera.
“No me preocupa que el agua entre con la tormenta, me preocupa la lluvia y que las bombas no funcionen, y eso es lo que causará las inundaciones”, dijo a la AFP Robert Dunalp, propietario de un comercio, recordando a Katrina, que dejó 1.800 muertos y enormes daños.
Laura pasó el lunes como tormenta tropical por Cuba, provocando intensas lluvias, fuertes marejadas y algunos daños, tras atravesar la isla La Española, que comparten Haití y República Dominicana, donde dejó una estela de 25 muertos.
Se prevé que esta temporada de tormentas del Atlántico, que se extiende hasta noviembre, sea una de las más duras. El NHC pronostica hasta 25 temporales y Laura es el duodécimo hasta ahora, mientras que Marco, que llegó a tener fuerza de huracán, se disipó el martes frente a la costa de Luisiana antes de tocar tierra.