Más gente en Hong Kong ve a Estados Unidos —en vez de a la China continental— como una amenaza para el territorio semiautónomo, aun cuando los residentes todavía albergan incertidumbres profundas sobre el impacto de una nueva ley de seguridad nacional impuesta por Beijing, como lo muestra un sondeo exclusivo de Newsweek llevado a cabo por la encuestadora londinense Redfield & Wilton Strategies.
A la pregunta de si considerarían al gobierno estadounidense como “más un aliado o más una amenaza para Hong Kong y sus intereses”, 38 por ciento de los encuestados sintió que era más una amenaza, 29 por ciento eligió que era más un aliado y 21 por ciento dijo que no era ni uno ni otro. Con 37 por ciento, unos pocos menos eligieron al gobierno chino como una amenaza y 34 por ciento llamó a Beijing un aliado, mientras que 16 por ciento dijo que no era ni uno ni otro.
Un 37 por ciento adicional de los residentes de Hong Kong dijo creer que una relación más estrecha con la China continental “servirá mejor a los intereses estratégicos a largo plazo de Hong Kong”, superando al 30 por ciento que pensó que lazos más fuertes con Estados Unidos beneficiarían al territorio. Al no ver ni a Beijing ni a Washington como un apoyo extranjero, 9 por ciento eligió el forjar mejores lazos con otro gobierno.
El resto de quienes respondieron a estas preguntas indicó que no sabía la respuesta. El sondeo se fijó en las actitudes de los residentes de Hong Kong sobre las preferencias políticas y expectativas de salud en medio de la pandemia del nuevo coronavirus y la seguridad después de la ley de seguridad nacional del gobierno chino. Fue llevado a cabo en línea por Newsweek con más de 1,000 adultos hongkoneses del 19 al 21 de julio.
El comienzo de julio marcó el 23 aniversario de que el Reino Unido le entregó Hong Kong a China, y 33 por ciento de los encuestados por Newsweek describió al Reino Unido como un aliado en oposición al 29 por ciento que dijo que era una amenaza. La transferencia fue el inicio del marco “Un País, Dos Sistemas” que le garantizó a Hong Kong una autonomía limitada.
Hoy, 49 por ciento de los residentes dijo que seguía apoyando este acuerdo como su sistema de gobierno preferido, según el sondeo, y 20 por ciento más bien apoyó la independencia total y 12 por ciento buscaba el control directo de Beijing. Al mismo tiempo, hasta un 55 por ciento de los encuestados dijo creer que la estructura de “Un País, Dos Sistemas” está “en riesgo de deteriorarse”; 32 por ciento no lo cree.
Conforme la nueva ley de seguridad nacional comienza su represión a las fuerzas políticas separatistas culpadas de los mítines en ocasiones violentos celebrados por más de un año en toda la ciudad, 42 por ciento no estuvo de acuerdo y 34 por ciento estuvo de acuerdo en sentirse más seguros después de que la legislación entró en vigor. En cuanto a las libertades, 34 por ciento dijo que estaba de acuerdo en que la nueva ley las había comprometido y 31 por ciento no estuvo de acuerdo.
En general, 58 por ciento dijo que el nivel de libertad en Hong Kong estaba “amenazado”, una disminución leve del 60 por ciento que dijo lo mismo durante el sondeo anterior de Newsweek el mes pasado, el cual se dio antes de que se implementara la ley de seguridad nacional.
Argumentos de Estados Unidos
La percepción de una revocación de los derechos concedidos por la constitución de facto de Hong Kong ha sido uno de los puntos predominantes argumentados por Estados Unidos en la serie de acciones que ha tomado contra la China continental y Hong Kong en sí. El presidente Donald Trump ha revocado oficialmente la condición de comercio especial con el territorio como estaba codificado en la ley estadounidense e introdujo sanciones nuevas, mientras que el Reino Unido puso fin a un tratado de extradición con Hong Kong y ofreció pasaportes para quienes tuvieran o fueran elegibles para obtener pasaportes nacionales (en el extranjero) británicos.
“El Reino Unido ha dejado en claro que necesitamos trabajar con nuestros amigos estadounidenses y también junto a otros socios en el sistema internacional para proteger nuestras libertades e intereses y —como lo hemos demostrado, pienso yo, en Hong Kong— y defender nuestros valores”, dijo Dominic Raab, secretario del exterior del Reino Unido, el martes en comentarios junto con Mike Pompeo, secretario de estado de Estados Unidos, en la Casa Lancaster en Londres.
Sin embargo, previamente ese día, Wang Wenbin, portavoz del Ministerio del Exterior de China, criticó la intervención de Occidente en el problema de Hong Kong, llamándola parte de los “asuntos internos de China que no permiten interferencia extranjera”.
“El gobierno chino está determinado en defender la soberanía nacional, la seguridad y los intereses de desarrollo, para implementar ‘Un País, Dos Sistemas’ integral y fielmente, y en oponerse a la interferencia extranjera en los asuntos de Hong Kong”, dijo Wang a los reporteros en una conferencia de prensa en Beijing. “Las tácticas de intervención y presión nunca funcionarán con China”.
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Aun así, Pompeo se reunió el miércoles en Londres con Nathan Law, un activista opositor de Hong Kong autoexiliado, en la más reciente muestra de apoyo estadounidense a las fuerzas políticas que respaldan las protestas en el territorio inquieto.
El sondeo de Newsweek mostró que 33 por ciento de los habitantes de Hong Kong tenía una opinión positiva del joven líder, en oposición al 30 por ciento que era neutral y el 26 por ciento que dijo tener una opinión negativa de él. Al preguntarles sobre la decisión de Law de dar testimonio ante el Congreso de Estados Unidos sobre la situación en Hong Kong, 36 por ciento de los encuestados aprobó la acción, 29 por ciento la desaprobó y 24 por ciento no expresó una u otra opinión.
Sin embargo, mientras Hong Kong se prepara para más medidas en represalia, 38 por ciento de los residentes dijo estar de acuerdo con que las sanciones económicas estadounidenses a China tendrán un impacto negativo en su bienestar económico y calidad de vida, en oposición al 24 por ciento que estuvo en desacuerdo y 29 por ciento que no se inclinó especialmente por una u otra opción. No obstante, sin importar cómo impactarán sus vidas, 43 por ciento indicó que apoyaba dichas medidas, 28 por ciento no estuvo de acuerdo con ellas y 22 por ciento no las aprobó ni desaprobó.
Aun así, los residentes se dividieron equitativamente 40 a 40 con respecto a si las sanciones económicas contra China por parte de gobiernos como Estados Unidos, el Reino Unido, Japón y Corea del Sur ayudarían a la situación allí.